![]() |
¿PARA QUÉ VOY A ESTAR A SOLAS CON DIOS?«(Jesús) Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba». Marcos 1:35 |
Algunas personas que también practicaban un tiempo a solas con Dios:
Abraham (Génesis 19:27)
Moisés (Éxodo 34:4)
Job (Job 1:5)
Ana y Elcana (1 Samuel 1:19)
Jacob (Génesis 28:18)
David (Salmo 5:3; 57:7,8)
(También ve el Salmo 143:8; Isaías 26:9; y Ezequiel 12:8)
“Tienes tiempo para aquello que deseas tener tiempo, esto es así, y siempre será así”.
El día tiene 24 horas y lo tenemos todo ocupado, a veces decimos que nos faltan horas para hacer todo aquello que quisiéramos hacer, y cuando nos piden hacer alguna cosa, y no es de nuestro agrado, enseguida decimos “No tengo tiempo”, y si queremos quedar mejor con aquella persona que nos hace esa petición, decimos “ojala el día tuviera más horas”, pero en el fondo y aunque tengamos el día totalmente ocupado, la realidad es que no deseamos hacer aquello que nos han pedido.
Pero veamos un ejemplo: llega un día, que nos enamoramos.
Tenemos delante la persona amada y queremos pasar tiempo juntos cada día, pero por otro lado tenemos el día totalmente cubierto, ¿Qué hacemos?. La respuesta ya la sabemos, “Buscamos el tiempo, quitándonos de otras cosas que hemos estado haciendo.
Entonces la respuesta es “distribuimos el tiempo en prioridades”, porque entendemos que esas prioridades nos traen mayores beneficios en cualquiera de nuestras áreas.
Así decimos que si invierto cada día tiempo en: (estar con la persona que amo es porque me hace sentir amado), (estar en el trabajo más tiempo es porque aumento mi nivel económico), etc.
Y ahora viene la pregunta que todos tememos:
¿Qué grado de prioridad es para ti, pasar tiempo cada día a solas con Dios?
¿Qué beneficio voy a obtener por estar un tiempo diario a solas con Dios?.
Y puestos ya en esta situación, pueden salir otras preguntas: ¿Cuánto tiempo?, ¿A qué hora?, ¿Qué tengo que hacer?, y otras parecidas.
Algunas personas te dirán algo parecido a esto: Comienza con una oración, sigue con una lectura, continúa con una meditación de lo leído y unas anotaciones personales, invierte algo más de tiempo con una lista de oraciones, y ya está. ¿Qué opinas?. Parece sencillo ¿Verdad?.
No digo que esto esté mal, está bien, pero aplicado por ejemplo a esa pareja de enamorados: Se saludan, oran juntos, leen juntos, toman notas, sacan su lista de oración conjunta, y se despiden. ¿Verdad que falta algo?. Yo veo cosas que faltan en esa relación, por decir dos de ellas, faltan: comunión y visión.
Entonces yo entiendo que “estar a solas con Dios”, tiene que haber aparte de lo anterior, comunión y visión.
Hablemos un momento de la comunión con Dios.
La comunión diaria con Dios lleva su tiempo, y algunas veces ese tiempo se convierte en horas, ¿dime cuanto tiempo estuvo Jesús orando en el huerto de los olivos, antes de dejarse prender?, ¿fueron minutos o fueron horas?. Y piensa que Él tenía una comunión perfecta con Dios. Si Él necesitaba ese tiempo, cuanto más tu y yo, que somos pecadores.
Prueba mañana, reserva una hora concreta para estar a solas con Dios, y comprobarás una cosa, conforme se vaya acercando esa hora, aparecerán acontecimientos y pensamientos que reclamen ese tiempo con mucha fuerza, y si resistes ese momento y llegas a esa hora y pasas a estar a solas con Dios, comprobarás enseguida que tu cuerpo y tu mente se pondrán en contra de lo que vas a hacer, comenzarás a sentir miedo, nerviosismo, inquietud, entre otras cosas, porque tu mente estará realizando un doble proceso, por un lado, vienen pensamientos de lo útil que sería ese tiempo invirtiéndolo en otras cosas muy importantes y que estás abandonando, y por otro lado la mente te estará diciendo que vas a ponerte en las manos de un dios que emite juicio, de un dios que te va a pedir cuentas de todo aquello que intentas esconder , de un dios que te va a exigir todo aquello que nunca has querido dejar y que consideras tuyo. Y ante este panorama que vivirás los primeros minutos de ese tiempo a solas con Dios, deberás decidir si dejarlo y marchar o continuar con todas las consecuencias.
Esto es solo un breve vistazo con respecto a la comunión con Dios en ese tiempo a solas con Él, podemos seguir profundizando, o podemos seguir con el otro apartado “la visión”, pero quería dejarte solo un breve ejemplo que puedes verificarlo en tu propia experiencia si lo haces mañana.
Si con esto que te he comentado tienes alguna duda si es beneficioso comenzar ese tiempo a solas con Dios, te dejo algunos versículos que te ayudarán a decidir:
Santiago 4:7-10 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará.
Isaías 1:18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Juan 6:37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.
Mateo 26:40-41 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Éste es el Dios con el que te vas a citar, que ya está en ese lugar esperándote, que ha reservado ese tiempo para estar contigo, solamente contigo y nada más que contigo.
Te propongo un reto
Ahora yo quisiera proponerte un reto, y si quieres puedes compartirlo con todos nosotros, el reto es comenzar (si no lo estás haciendo ya) un tiempo a solas con Dios y comprometerte a estar pase lo que pase durante 21 días (3 semanas), sin dar marcha atrás, decide tú el lugar, la hora y la duración, diseña tus propios espacios que quieras en ese tiempo.
¿Te atreves?, ¿Cuento contigo?, si has decidido que sí , ¡Enhorabuena!, ¡Gloria a Dios!.
Si has decidido que no, entonces recuerda esto: “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida” Juan 5:40
Anterior | Siguiente |