nehemias86

Mírate al espejo.

¿Estás conforme con tu imagen?

Eres el diseño perfecto de Dios, preparado y capacitado para el verdadero propósito en tu vida

FUIMOS CREADOS PARA ADORAR A DIOS

Salmo 113: 1-14: “1 Alabad, siervos de Jehová, Alabad el nombre de Jehová. 2 Sea el nombre de Jehová bendito Desde ahora y para siempre. 3 Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el nombre de Jehová. 4 Excelso sobre todas las naciones es Jehová, Sobre los cielos su gloria”.

¿QUÉ ES ADORAR A DIOS?

Este pasaje que leímos nos cambia el concepto de lo que siempre hemos entendido que es adorar. La máxima expresión de amor es adorar por lo tanto adorar es amar. Adorar a Dios, es amarle; cuando uno ama a Dios, todo lo que hace es para su gloria, todo lo que hace es para agradarle. Vamos a introducir un nuevo concepto de adoración o una nueva manera de adorarle; dice la Biblia que todas las cosas que él ha creado le dan gloria y que todo lo ha hecho para su gloria y aún que nos ha creado para su gloria; todo lo que ha hecho es bueno y bueno en gran manera. Dice también la Biblia que Dios ha perfeccionado la alabanza en la boca de los que maman y aun cuando las aves cantan, alaban a Dios. Si un ave canta, está alabando a Dios.

¿Qué significa alabar a Dios? Todo lo que él ha creado, lo ha hecho con un propósito y cuando lo que él ha creado cumple con el propósito para lo cual Dios lo creó, esa cosa o esa persona le da gloria a Dios. Si Dios hizo un ave para cantar, cuando canta, adora a Dios porque está haciendo aquello para lo cual fue creado. Todas las cosas que él ha creado, que cumplen su propósito, le dan gloria a él.

¿Qué se espera del hombre? Que haga aquello para lo cual fue creado y cuando lo hace, le está dando gloria a Dios.

Una persona que hace lo que Dios quiere, le da gloria a Dios, le está adorando; así pues, es fácil adorarle, desde ahora y hasta la eternidad, desde que sale hasta que se pone el sol, porque todo lo que hacemos debe darle la gloria a Dios.

Adorar pues, no es un momento del culto. Cuando el predicador está predicando lo que Dios quiere, le está dando gloria a Dios. Es posible que tú glorifiques a Dios en cada momento de tu vida. Así que adorar a Dios y alabarle es mucho más que música. Muchas veces hemos confundido las cosas y hemos creído que determinada música adora a Dios y otra no… ¡pero no es así! Cualquier música puede ser un canal a través del cual alabar y adorar a Dios. No había instrumentos cuando Adán adoraba a Dios; primero fue la adoración y después la música. Así que se puede adorar con o sin música; adorar es amar profundamente a Dios, puedo amar a Dios con o sin música. Mi amor provoca esa adoración. ¡Adorar es aquello para lo cual fui creado!

Dice la Biblia que Dios perfeccionó la adoración en la boca de los que maman (Mateo 21:16); ¿Y quiénes son los que verdaderamente le adoran? Los que le adoran en espíritu y en verdad, así dice la Biblia (Juan 4:23).

La adoración no es con el objeto de beneficiarme a mi o de lograr algo que anhelo, sino que en ella está implícito el anhelo de agradar a Dios y complacerle. Dice el Salmo 34:1-3: “1 Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca. 2 En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán. 3 Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre”. Todo el día y todos los años de tu vida son tiempo para adorar a Dios. ¡Dios te hizo para él! Todo lo que ha hecho, lo hizo para mostrar su gloria, su inteligencia,

su sabiduría, su bondad, su misericordia, su paciencia. ¡Todo lo que él ha hecho manifiesta sus virtudes por las cuales debe ser exaltado!

EL SER HUMANO FUE CREADO PARA ADORAR

Los antropólogos dicen que el hombre es un adorador por naturaleza; ¿qué significa eso? Que si no adora a Dios, algún sustituto encontrará para adorar. ¿Qué es lo que tú adoras? ¡Lo que más amas! Todos tenemos una lista de cosas que amamos, y aunque no sepamos ordenarlas en nuestra mente, hay cosas que amamos más que otras. Hay personas que descuidamos y hay otras que nos esmeramos en atenderlas. Las que menos presente tenemos, son las que menos amamos, las que más llaman nuestra atención, son las que más amamos, entonces, si Dios está en primer lugar, él y lo que a él le agrada y lo que él quiere estará en primer lugar en nuestra vida. Si después de Dios está mi señora, amaré a Dios primero, luego a mi señora; siempre hay un orden de prioridades aunque no nos demos cuenta de ello; simplemente aquellas cosas que uno ama le dedica atención, tiempo y esfuerzo. Cuando comienzas a desvalorizar algo, lo bajas de categoría; si te enojas con tu esposa y ya no sientes lo mismo que antes por ella, ya la estás bajando de categoría y estás poniendo otra cosa en su lugar… puede ser otra mujer u otra cosa, quizás el trabajo, el auto, etc. Si no adoras a Dios, hay algo que ocupa el primer lugar en tu vida en lugar de Dios. No te engañes: Si siempre estás cansado a la hora de leer la Biblia, si estás cansado para ir a la iglesia, no digas que le amas, ¡eres un mentiroso! Si tú no buscas a Dios y le das a él la prioridad por sobre todas las cosas, no amas a Dios. Para que puedas decir que amas a Dios, le debe quedar claro a todo el barrio que él es el primero en tu vida. Eso honra a Dios, y le da gloria. ¡Eso es adorar a Dios!

Tengo que ver qué cosas son las que más atención le presto, que más tiempo, atención, esfuerzo, inteligencia y sabiduría me llevan; si lo hago en Dios, le estoy honrando y poniendo en primer lugar. ¡Esta iglesia se transformará en una iglesia de adoradores, hasta la alfombra le dará la gloria a Dios! Todo lo que hacemos de hecho o de palabra debe ser hecho para la gloria de Dios, tenemos que adorar a Dios porque alguna otra cosa estará en su lugar y se convertirá en un ídolo. ¿No te das cuenta que Dios es el postergado en tu vida? ¡Debes adorarle desde que sale hasta que se pone el sol, desde ahora y hasta la eternidad! ¡El nombre del Sr. debe ser exaltado!

Es necesario que pongamos esta palabra en nuestro corazón y que venga a formar parte de nuestros huesos; es necesario que la adoración sea un fruto natural de nuestro ser. Hay que obligar a nuestra alma a adorar a Dios, así lo hacia el rey David, de modo que cuando no tengas ganas, di: “Alma mía alaba, has sido creada para alabar a Dios”. ¡Qué hermosa sinfonía habrá cuando todos alabemos a Dios! Nadie puede alabar igual a otro porque cada alma es única y particular delante de los ojos de Dios, él te ha dado características y dones únicos y tu le agradas a Dios con esa característica que él te ha dado que es única. Por lo tanto, cuando tú le alabas es como cuando llora un niño en el hospital: Hay cientos de niños llorando, pero la madre sabe reconocer a su hijo en medio de los otros llantos; igual es Dios, conoce exactamente cada hijo que le adora y le alaba.

CONCLUSIÓN

Si reconoces que hasta hoy has vivido para ti, para tus propios deleites y no para cumplir el propósito de Dios en tu vida, hoy es tiempo de cambiar, hoy es tiempo de regresar a Dios

Tu mayor prueba de adoración – Itiel Arroyo

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