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El texto bíblico de hoy: 2ª Samuel 5 al 14
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2ª Samuel capítulo 14

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+ Banco de cheques de la fe
El banco de cheques de la fe 2011 de C. H. Spurgeon
15 de Febrero

“El Señor se acordó de nosotros; nos bendecirá.” Salmo 115: 12.
Yo puedo poner mi sello en la primera frase. ¿No puedes hacerlo tú? Sí, Jehová se ha acordado de nosotros, nos ha provisto, nos ha consolado, nos ha liberado y nos ha guiado. En todos los movimientos de Su providencia se ha acordado de nosotros, sin pasar nunca por alto nuestros nimios asuntos. Su mente ha estado llena de nosotros: esa es otra forma de decir que “se acordó”. Este ha sido el caso todo el tiempo, sin ninguna interrupción. Sin embargo, en momentos especiales, hemos visto más claramente Su interés, y queremos recordar esos momentos con desbordante gratitud. Sí, sí, “el Señor se acordó de nosotros.”
La siguiente frase es una inferencia lógica de la anterior. Como Dios es inmutable, Él continuará acordándose de nosotros en el futuro, tal como lo ha hecho en el pasado; y que nos recuerde es equivalente a que nos bendiga. Pero tenemos aquí no sólo una conclusión de la razón sino una declaración de la inspiración: recibimos esto sobre la base de la autoridad del Espíritu Santo: “NOS BENDECIRÁ”. Esto quiere decir cosas grandes e inescrutables. La propia amplitud de la promesa indica su infinito alcance. Él nos bendecirá de conformidad a Su propia divina manera, y lo hará por siempre y para siempre. Por tanto, cada uno de nosotros ha de decir: “¡Bendice, alma mía, a Jehová!”
+ Programa de formación Bíblica
2- Teología Sistemática
En la Teología Sistemática en su primera etapa de 26 lecciones, tendremos el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

8. Dios el Hijo: Su Encarnación por Lewis Sperry Chafer

Al considerar la encarnación deben de admitirse dos verdades importantes:

1) Cristo fue al mismo tiempo, y en un sentido absoluto, verdadero Dios y verdadero hombre; y

2) al hacerse Él carne, aun que dejó a un lado su Gloria, en ningún sentido dejó a un lado su deidad.

En su encarnación Él retuvo cada atributo esencial de su deidad. Su total deidad y completa humanidad son esenciales para su obra en la cruz. Si Él no hubiera sido hombre, no podría haber muerto; si Él no hubiera sido Dios, su muerte no hubiera tenido tan infinito valor.

Juan declara (Jn. 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.) que Cristo, quien era uno con Dios y era Dios desde toda la eternidad, se hizo carne y habitó entre nosotros.

Jn. 1:14 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Pablo, asimismo, declara que Cristo, quien era en forma de Dios, tomó sobre sí mismo la semejanza de hombres, «Dios fue manifestado en carne»

Fil. 2:6-7 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

1Ti. 3:16 16 E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria.

Y Él, quien fue la total revelación de la gloria de Dios, fue la exacta imagen de su persona.

He. 1:3 3 el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,

Lucas, en más amplios detalles, presenta el hecho histórico de su encarnación, así como ambos su concepción y su nacimiento.

Lc. 1:26-38 26 Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. 29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. 30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Lc. 2:5-7 5 para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. 6 Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

La Biblia presenta muchos contrastes, pero ninguno más sorprendente que aquel que Cristo en su persona debería ser al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. Las ilustraciones de estos contrastes en las Escrituras son muchas: Él estuvo cansado.

Jn. 4:6 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.

Y Él ofreció descanso a los que estaban trabajados y cargados.

Mt. 11:28 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Él tuvo hambre.

Mt. 4:2 2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.

Y Él era «el pan de vida»

Jn. 6:35 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Él tuvo sed.

Jn. 19:28 28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed.

Y Él era el agua de vida.

Jn. 7:37 37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

Él estuvo en agonía, y curó toda clase de enfermedades y alivió todo dolor.

Lc. 22:44 44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Aunque había existido desde la eternidad.

Jn. 8:58 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

Él creció «en edad» como crecen todos los hombres.

Lc. 2:40 40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.

Sufrió la tentación.

Mt. 4:1 1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

Y, como Dios, no podía ser tentado. Se limitó a sí mismo en su conocimiento, aun cuando Él era la sabiduría de Dios.

Lc. 2:52 52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.

Refiriéndose a su humillación, por la cual fue hecho un poco menor que los ángeles.

He. 2:6-7 7 Le hiciste un poco menor que los ángeles,

Le coronaste de gloria y de honra,

Y le pusiste sobre las obras de tus manos;

Él dice: «Mi Padre es mayor que yo» (Jn. 14:28); y «Yo y el Padre uno somos» (Jn. 10:30), y «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn. 14:9).

Él oraba.

Lc. 6:12 12 En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.

Y Él contestaba las oraciones.

Hch. 10:31 31 y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.

Lloró ante la tumba de Lázaro.

Jn. 11:35 35 Jesús lloró.

Y resucitó a los muertos.

Jn. 11:43-44 43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.

Él preguntó: « ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?» (Mt. 16:13), y «no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre» (Jn. 2:25). Cuando estaba en la cruz exclamó: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mr. 15:34). Pero el mismo Dios quien así clamó estaba en aquel momento «en Cristo reconciliando al mundo a sí».

2 Co. 5:19 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.

Él es la vida eterna; sin embargo, murió por nosotros. Él es el hombre ideal para Dios y el Dios ideal para el hombre. De todo esto se desprende que el Señor Jesucristo vivió a veces su vida terrenal en la esfera de lo que es perfectamente humano, y en otras ocasiones en la esfera de lo que es perfectamente divino. Y es necesario tener presente que el hecho de su humanidad nunca puso límite, de ningún modo, a su Ser divino, ni le impulsó a echar mano de sus recursos divinos para suplir sus necesidades humanas. Él tenía el poder de convertir las piedras en pan a fin de saciar su hambre; pero jamás lo hizo.

A. EL HECHO DE LA HUMANIDAD DE CRISTO.

1. La humanidad de Cristo fue determinada antes de la fundación del mundo.

Ef. 1:4-7 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

Ef. 3:11 11 conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor,

Ap. 13:8 18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas.

El principal significado del tipo del Cordero está en el cuerpo físico que se ofrece en sacrificio cruento a Dios.

2. Cada tipo y profecía del Antiguo Testamento concerniente a Cristo, anticipa el advenimiento del Hijo de Dios en su encarnación.

3. El hecho de la humanidad de Cristo se ve en la anunciación del ángel a María y en el nacimiento del Niño Jesús.

Lc. 1:31-35 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

4. La vida terrenal de Cristo revela su humanidad:

a) Por sus nombres: «el Hijo del hombre», «el Hijo de David», u otros semejantes;

b) por su ascendencia terrenal: Se le menciona como «el primogénito de María»

Lc. 2:7 7 Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

«la descendencia de David»

Hch. 2:30 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono,

Hch. 13:23 23 De la descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por Salvador a Israel.

«la descendencia de Abraham»

He. 2:16 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.

«Nacido de mujer»

Ga. 4:4 4 Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,

«Vástago de Judá»

Is. 11:11 Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

c) por el hecho de que Él poseía cuerpo, y alma, y espíritu humanos.

Mt. 26:38 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Jn. 13:21 21 Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.

1Jn. 4:2, 9 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 9 En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

d) por las limitaciones humanas que Él mismo se impuso.

5. La humanidad de Cristo se manifiesta en su muerte y resurrección. Fue un cuerpo humano el que sufrió la muerte en la cruz, y fue ese mismo cuerpo el que surgió de la tumba en gloriosa resurrección.

6. La realidad de la humanidad de Cristo se ve también en su ascensión a los cielos y en el hecho de que Él está allí, en su cuerpo humano glorificado intercediendo por los suyos.

7. Y en su segunda venida será «el mismo cuerpo» aunque ya glorificado que adoptó en el milagro de la encarnación.

B. LAS RAZONES BIBLICAS DE LA ENCARNACION

1. Cristo vino al mundo para revelar a Dios ante los hombres.

Mt. 11:27 27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Jn. 1:18 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

Jn. 14:9 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

Ro. 5:8 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

1Jn. 3:16 16 En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.

Por medio de la encarnación, el Dios, a quien los hombres no podían comprender, se revela en términos que son accesibles al entendimiento humano.

2. Cristo vino a revelar al hombre. Él es el Hombre ideal para Dios, y como tal, se presenta como un ejemplo para los que creen en Él, aunque no para los inconversos, pues el objetivo de Dios en cuanto a ellos no es meramente reformarlos, sino salvarlos.

1P. 2:21 21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;

3. Cristo vino a ofrecer un sacrificio por el pecado. Por esta causa, Él da alabanza por su cuerpo a Dios, y esto lo hace en relación con el verdadero sacrificio que por nuestro pecado Él ofreció en la cruz.

He. 10:1-10 1 Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan. 2 De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. 3 Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; 4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. 5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:

Sacrificio y ofrenda no quisiste;

Más me preparaste cuerpo.

6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.

7 Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para

hacer tu voluntad,

Como en el rollo del libro está escrito de mí.

8 Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), 9 y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

4. Cristo se hizo carne a fin de destruir las obras del diablo.

Jn. 12:31 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

Jn. 16:11 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.

Col. 2:13-15 13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, 15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.

He. 2:14 14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

1Jn. 3:8 8 El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

5. Cristo vino al mundo para ser «misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere»

He. 2:16-17 16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham. 17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

He. 8:1 1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,

He. 9:11-12, 24 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención. 24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;

6. Cristo se hizo carne para poder cumplir el pacto davídico.

2S. 7:16 16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

Lc. 1:31-33 31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

Hch. 2:30-31, 36 30 Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 31 viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 36 Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Ro. 15:8 8 Pues os digo, que Cristo Jesús vino a ser siervo de la circuncisión para mostrar la verdad de Dios, para confirmar las promesas hechas a los padres,

Él aparecerá en su cuerpo humano glorificado y reinará como «Rey de reyes y Señor de señores», y se sentará en el trono de David su padre.

Lc. 1:32 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

Ap. 19:16 16 Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

7. Por medio de su encarnación, Cristo llegó a ser «Cabeza sobre todas las cosas y de la iglesia», la cual es la Nueva Creación , o sea, la nueva raza humana.

Ef. 1:22 22 y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,

En la encarnación, el Hijo de Dios tomó para sí, no solamente un cuerpo humano, sino también un alma y un espíritu humanos. Y poseyendo de este modo tanto la parte material como la inmaterial de la existencia humana, llegó a ser un hombre en todo el sentido que esta palabra encierra, y a identificarse tan estrecha y permanentemente con los hijos de los hombres, que Él es correctamente llamado «el postrer Adán»; y «el cuerpo de la gloria suya» es ahora una realidad que permanece para siempre.

Fil. 3:21 21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

El Cristo que es el Hijo Eterno, Jehová Dios, fue también el Hijo de María, el Niño de Nazaret, el Maestro de Judea, el Huésped de Betania, el Cordero del Calvario. Y un día se manifestará como el Rey de gloria, así como ahora es el Salvador de los hombres, el Sumo Sacerdote que está en los cielos, el Esposo que viene por su Iglesia, y el Señor.

PREGUNTAS
1. ¿Qué dos verdades importantes deben destacarse en el estudio de la encarnación del Hijo de Dios?
2. Por qué es importante sostener ambas cosas: la completa deidad y la completa humanidad de Cristo?
3. ¿Qué evidencia hay de que Cristo tenía una total humanidad?
4. ¿Qué evidencia hay de que Cristo tuvo experiencias humanas normales?
5. ¿Cómo se sostiene el hecho de su deidad aun cuando Cristo estuvo en la tierra?
6. ¿Cómo está relacionada la encarnación con la revelación de Dios al hombre?
7. ¿Cómo está relacionada la encarnación con el sacrificio de Cristo por el pecado?
8. ¿Cuál es la relación de la encarnación con respecto a destruir las obras del diablo?
9. ¿Cómo se relaciona la encarnación de Cristo con su oficio de Sumo Sacerdote?
10. ¿Cuál es la relación del pacto davídico con la encarnación?
11. ¿Cómo se relaciona la posición de Cristo como Cabeza sobre la iglesia con respecto a la encarnación?

+ Meditación semanal

Esta semana está pensada para jóvenes con la serie: “Espiritualidad en la vida cotidiana”.
1. La fe cristiana como cosmovisión – Sugel Michelén


+ Música cristiana:
Esta semana podrás escuchar la música de Oscar Medina
Camina Conmigo Jesús
Corazones De Piedra
Cuando Era Yo Un Niño
Cuando tú naciste
Abrele las puertas al amor
Aguas turbulentas
Amar Bien Pudo Hacer
Buscale Cada dia te amo mas
Pulsa aquí para escuchar la lista completa

+ El libro de la semana:
Esta semana puedes dispone de un libro cristiano de:
A.W. Tozer – Diseñados para Adorar
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+ La película de la semana:
Durante esta semana tendremos:
SALVANDO UNA VIDA – PELÍCULA CRISTIANA

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