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No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres1ª Corintios 15:33 |
1ª Corintios 15:33“33No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”
(NVI) 1ª Corintios 15:33“33 No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.”
Lo que enseña este versículo es que las personas con las que acostumbres conversar te van a influenciar para tomar decisiones, ya sea para bien o para mal, según lo que hables con ellos.
No está hablando de lo que escuchas por ahí, sino de las conversaciones o compañías que tienes. Tener compañía implica conversar, a menos que esa compañía sea un perro o un gato o un gato, pero si es una persona, implicará conversar. conversaciones y compañía es una misma palabra en griego: Homilia, y ambas significan: Dedicarle tiempo a alguien conversando.
Cuando tú le dedicas tiempo a alguien para establecer una conversación o para que te haga compañía estarás abriéndole las puertas de tu mente y eso puede significar que se convierta en una influencia y tú tomes decisiones en base a esa influencia.
Entonces, tienes que cuidar a quien le dedicas tiempo para conversar.
II EN MEDIO DE LA BENDICIÓN Y LA MALDICIÓN
La vida tiene sus voces, y esas voces nos llevan a tomar decisiones y esas decisiones tendrán consecuencias.
Tomar buenas decisiones hará que tengamos días de gloria y tomar malas decisiones hará que tengamos vidas problemáticas. Este fue el mensaje que Josué le dio al pueblo de Dios en el valle de Siquem.
El valle de Siquem está en medio de dos montes, el Monte Ebal (conocido como el monte de las maldiciones) y el Monte Gerizim (conocido como el monte de las bendiciones).
Josué 8:30-35“30Entonces Josué edificó un altar a Jehová Dios de Israel en el monte Ebal,31como Moisés siervo de Jehová lo había mandado a los hijos de Israel, como está escrito en el libro de la ley de Moisés, un altar de piedras enteras sobre las cuales nadie alzó hierro;y ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, y sacrificaron ofrendas de paz.32También escribió allí sobre las piedras una copia de la ley de Moisés, la cual escribió delante de los hijos de Israel.33Y todo Israel, con sus ancianos, oficiales y jueces, estaba de pie a uno y otro lado del arca, en presencia de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, así los extranjeros como los naturales. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim, y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés, siervo de Jehová, lo había mandado antes, para que bendijesen primeramente al pueblo de Israel.34Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la ley.35No hubo palabra alguna de todo cuanto mandó Moisés, que Josué no hiciese leer delante de toda la congregación de Israel, y de las mujeres, de los niños, y de los extranjeros que moraban entre ellos.”
Cuando dice que Josué leyó todas las bendiciones y las maldiciones, conforme a lo que está escrito en el libro de la Ley, se refiere a que les leyó lo que está en Deuteronomio 27 y 28.
Deuteronomio 27:11-14 “11Y mandó Moisés al pueblo en aquel día, diciendo:12Cuando hayas pasado el Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizimpara bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.13Y éstos estarán sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.14Y hablarán los levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:”
Y comienza a leerles varias maldiciones y la, ultima, como para obviar tiempos, encierra toda la Ley:
Deuteronomio 27:26“26Maldito el que no confirmare las palabras de esta ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.”
Deuteronomio 28:1-3“1Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra.2Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.3Bendito serás tú en la ciudad, y bendito tú en el campo.
Josué y el pueblo obedecieron e hicieron todo lo que Moisés les había dicho que hicieran.
Quiero que note que a cada maldición que escuchaban gritaban ¡Amén!, porque ellos sabían que la bendición y la maldición dependen de obedecer o no obedecer a Dios, y ellos querían obedecer a Dios.
La historia previa.
Pero le cuento la historia previa a este momento: Josué había metido al pueblo a Canaán, la tierra prometida, y había comenzado con éxito la conquista del territorio enemigo, habían conquistado con gran estruendo la ciudad de Jericó, una ciudad amurallada, con muros de más de 7 metros de ancho y 30 metros de alto, con sus voces hicieron que cayeran los muros y después a filo de espada conquistaron la ciudad.
Después vino la gran derrota en Hai, porque uno del ejercito de nombre Acán, había desobedecido la orden de no tomar nada del botín porque todo sería una contaminación al pueblo de Dios, y como Acán desobedeció, Dios los entregó a Hai, que era un pueblo pequeño. Esta fue una gran deshonra para Israel.
Después, Josué, como líder de Israel, se pone a cuentas con Dios, Dios le pide que elimine al desobediente Acán y vuelven a la batalla con Hai, y ahora obtienen la victoria. Ellos siguen avanzando en medio de territorio enemigo cuando Josué detiene al pueblo para hacer lo que Moisés les había pedido:
III GANANDO LA GUERRA ESPIRITUAL CON LA OBEDIENCIA
Quiero que note que en medio del campo enemigo, Josué detiene la guerra físicapara hacer la guerra espiritual. Ellos eran ahora un pueblo fortalecido por Dios, habían derrotado a dos pueblos e iban por el tercero, pero llegaron al lugar del mandato: Siquem, la pradera entre el monte de Ebal y el monte Gezim y ellos decidieron obedecer la voz de Moisés.
Deja decirte que aun en medio de nuestros tiempos de batallas es más importante poner atención a la palabra de Dios que pelear “la batalla de Dios”. Tú sabes, todas nuestras batallas, si estás en Cristo, son batallas de Dios, si estás luchando por sostener o mejorar tu matrimonio, si estás luchando por tus finanzas, o luchando contra las deudas o contra una enfermedad, son las batallas que Dios te ha mandado a luchar, pero aun en medio de ellas, es más importante ponerle atención a lo que dice la palabra de Dios que a pelear esa batalla a la que Dios te mandó.
De hecho, el prestar atención a la palabra de Dios es pelear la verdadera guerra de Dios. Dicho en sentido contrario: La conquista viene cuando obedecemos la palabra de Dios.
(NVI) Proverbios 21:31“31 Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.”
No pienses que si escuchas las voces equivocadasy tomas las decisiones equivocadas, te vas a librar de las consecuencias.
La obediencia atrae el favor y las bendiciones de Dios.
La última semana que me tocó predicarles les preguntaba ¿Qué voz escuchas tú? Y concluí diciéndoles que la voz que tenemos que escuchar es la de Jesús y que su Biblia es la voz de Dios y la voz de Dios es Jesús, porque el Verbo de Dios se hizo carne.
Hoy el mensaje es complementario a ese: Lee tu Biblia, pero léela con la verdadera intención de obedecerla, pídele que su palabra te cambie, te transforme, si no, las consecuencias no serán de gloria, sino de problemas.
IV OBTENIENDO BENDICIONES GENERACIONALES
La obediencia atrae las bendiciones generacionales.
(NVI) Éxodo 20:5(b)-6“5…Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. 6 Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones.”
Obedecer su palabra garantiza la bendición a tus hijos, nietos, bisnietos y muchas más generaciones, pero cuando no la obedecemos, estamos poniéndole obstáculos a la vida de nuestros hijos y nietos.
Jesús lo enseñó muy claramente:
Mateo 7:24-27“24Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.25Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.26Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;27y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.”
Los dos hombres de la historia escucharon la misma enseñanza, la diferencia no era conocimiento e ignorancia, la diferencia fue obediencia y desobediencia. La seguridad y la firmeza en la construcción de nuestras vidas y la de nuestros hijos vienen por la obediencia a los preceptos de Dios. Somos tan fuertes como nuestra obediencia.
Por eso el apóstol Santiago dice:
(NVI) Santiago 1:22“22 No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes mismos. Llévenla a la práctica.”
V MINISTRACIÓN
Cuando la gente llega a Cristo y no toma en serio lo que dice la Bibliay no le toma el interés a la palabra de Dios y menos a dejarse cambiar por ella, su vida no cambia. La gente así sigue siendo egoísta, haciendo de su vida lo que piensa y siente, sin tomar en cuenta a Dios.
La gente que no tiene a la palabra de Dios como guía firme de sus vidas, seguirá oyendo voces equivocadas, tomando decisiones equivocadas y sufriendo las consecuencias de ello. ¿Amen?
Usted tendría que decir “Amén, así sea”, para que la palabra de Dios tome la prioridad de su corazón. Vamos a orar para que sus mandamientos y preceptos los pongamos por obra.
Si hacemos la pregunta del mensaje de hoy ¿Quién te ayudará a dejar las malas costumbres? Nuestra respuesta debe ser Jesús, que es la Palabra de Dios.
Ame la palabra de Dios, ame obedecer a Dios en todo, si se equivoca, usted sabe que tiene un Padre que le perdonará, pero en su corazón debe estar el agradarle, y usted agrada a Dios si le obedece.
Si quiere ver días llenos de gloria y el favor de Dios, pida que suba a su corazón el obedecerlo, tener una vida íntegra le hará tener una vida más fácil, un conciencia limpia le hace sabedor del favor de Dios, por eso la Biblia dice:
(NTV) Salmo 34:19″ La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión»
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