Uno de los muchos nombres del Señor es Consolador.

Su presencia puede consolarte en las más difíciles situaciones.

Él puede sacarte de cualquier situación en la que pensaste haber quedado atrapado para siempre.

Él tiene la capacidad de traer paz a todo trauma humano.

En realidad, este Dios de toda consolación aun enjuga tus lágrimas y te hace recobrarse del dolor.

Él está contigo cuando algo te duele y siempre estará ahí a tu disposición.

Tú vivirás y amarás y experimentarás pérdidas antes de que tu vida termine.

Perder algunas cosas te ayudará a apreciar lo que aún tienes.

Es el amargo sabor de la pobreza lo que hace tan dulce la prosperidad.

¿ Cómo puedes celebrar la victoria si nunca ha enfrentado la derrota?

Vivirás cada día sin saber lo que te depara el siguiente.

No siempre serás capaz de ver lo que te reserva el mañana, pero es un gran consuelo saber que Dios tiene en sus manos todas tus mañanas.

El mañana no está a tu disposición para que lo manipules o lo controles.

El mañana está en manos del Señor.

Cualquier cosa que hagas, toma tiempo para hacérselo saber a Él, porque necesitarás de Dios.

Háblale al Dios de toda consolación, porque Su consuelo es seguro en cada mañana.

Él estará ahí cuando todos, el marido, la mujer, los amigos, los hijos, los trabajos y el dinero se hayan ido.

Él está ahí para todos los momentos difíciles.

Ahora ten valor, y comprende que “por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría ( Salmo 30:5)

La noche puede parecerte larga, pero cuando termine, siempre habrá un amanecer.

No importa lo larga que sea la noche, siempre has vivido para ver la luz.

Comprende que es la gracia de Dios la que te ha protegido y ha provisto para ti, la que te ha sacado adelante y la que te ha dado seguridad; te ha calmado y te ha consolado.

Los tiempos cambian y también las estaciones, pero Dios no cambia. Él es siempre el mismo.

Él es el mismo Dios que te ha permitido superar tu pasado y te promete tu futuro.

El Dios de toda consolación ha vencido.

Estate tranquilo ahora, Él te levantará.

Chuy Olivares – El Dios de toda consolación

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