proverbios35

Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.

Proverbios 3:5-6

El libro de Proverbios es una colección de sabiduría práctica para la vida dada en frases cortas y directas que, en muchas ocasiones, contrastan la conducta del justo con la de la persona que no lo es.

Aunque es parte de un conjunto de libros de sabiduría que incluye Job, Salmos, Eclesiastés y Cantares, el libro de Proverbios es único. Es único en cuanto a su estructura, siendo, en su mayor parte, una colección de frases individuales sin mucho contexto ni organización por tema. Es único en su teología al tratarse de un libro enfocado en sabiduría para la vida más que en ideas sobre Dios y Su obra de salvación.

Este es uno de mis pasajes favoritos en la Biblia. Es un pasaje que viene a mi mente especialmente cuando tengo que tomar decisiones o cuando no sé exactamente qué hacer.

Es en esos momentos de incertidumbre en los que el Señor me recuerda…

Confía en mí.

Fíate de Jehová de todo tu corazón.

Salomón aconseja a su hijo a vivir una vida de confianza en el Señor.
Salomón había experimentado que Dios merecía su confianza. Está en nuestra naturaleza poner nuestra confianza en cosas o en personas. Confiamos en recursos, en trabajos, en amigos, en familia. Pero Salomón nos dice que en quien debemos poner nuestra confianza es en Dios.

En ese Dios que perdona todas tus iniquidades,
En el que sana todas tus dolencias;
que rescata del hoyo tu vida,
que te corona de favores y misericordias;

En ese Dios que sacia de bien tu boca
De modo que te rejuvenezcas como el águila.

En ese Dios que hace justicia
Y derecho a todos los que padecen violencia.

En ese Dios que es misericordioso y clemente,
Lento para la ira y grande en misericordia.

En ese Dios que hace alejar de nosotros nuestras rebeliones,
Que se compadece de los que lo temen.

– Extractos del Salmo 103 –

De todo tu corazón

La confianza en Dios debe ser verdadera, completa, total. Poner solo la mitad de nuestra confianza en Él no sirve de nada. Debemos, de manera intencional y deliberada, dejar todo en Sus manos sin ningún género de dudas.

Ahora bien, para poner toda confianza en alguien debemos conocerlo muy bien. Piensa en las personas a tu alrededor. ¿Con quiénes tienes más confianza? Probablemente con aquellas con las que pasas más tiempo, con las que compartes más cosas, con las que hablas más y te relacionas más.

Lo mismo sucede con nuestra relación con Dios. Cuanto más profunda sea, cuanta más relación tengamos con Él, más podremos confiar en Él. Debemos ocuparnos de esa relación pasando tiempo en oración, tiempo en la Palabra y tiempo en Su servicio. Solo así podremos confiar de todo nuestro corazón en Él y en lo que esté haciendo en nuestras vidas.

Y no te apoyes en tu propia prudencia.

El gran error de la humanidad es querer vivir una vida independiente de Dios. Lo hemos visto desde Adán hasta nuestros días. Queremos vivir siendo autosuficientes y valernos por nosotros mismos en toda circunstancia.

La realidad es que depender de alguien nos hace sentirnos débiles y pensar menos de nosotros mismos. Cuando, en verdad, nuestra fortaleza está en cuánto somos capaces de depender de Dios.

¿No te ha pasado que, muchas veces, al querer resolver tus problemas por ti misma, en el fondo, lo que has hecho no ha sido más que empeorarlos? Dios sabe más que nosotras, Dios sabe mejor que nosotras, Dios tiene todo bajo control, es Soberano y tiene toda la información en la mano. ¿Por qué vamos a confiar más en nosotras mismas que en Él?

Reconócelo en todos tus caminos

Confiar en Dios con todo nuestro corazón significa honrarle y reconocer que Él está presente en lo que somos y en todo lo que hacemos. Él está ahí siempre, somos nosotras las que a veces no queremos que sea parte de nuestra vida. Somos nosotras las que en ciertas ocasiones no queremos contar con Él e intentamos alejarnos de nosotras.

Pero Él no se va. Nunca se aparta de tu lado. Reconocerlo en tus caminos es invitarle a participar en cada aspecto de tu vida, a ser parte de tu día a día, de lo grande y de lo pequeño. Es practicar la presencia de Dios en las cosas comunes, en las rutinas, en lo de todos los días.

Busquemos Su consejo a través de Su Palabra y a través de personas piadosas. Busquemos Su sabiduría y apliquémosla a nuestra vida.

Y él enderezará tus veredas

¡Qué hermosa promesa de Dios! Reconocerle en nuestro día a día, en nuestras luchas, en nuestras decisiones, nuestros problemas… hace que Él “enderece nuestras veredas”.

Dios siempre responde a los que le buscan y Él siempre los dirigirá al cumplimiento de Su voluntad, a lo que Él ha designado para nosotras, a Su buena y perfecta voluntad.

No tengas miedo a que el Señor tome el control de tu vida, por el contrario, decide poner tu confianza en Él, decide dar prioridad a lo que Dios dice por sobre lo que tú sientes y decide hacerle parte de todo lo que hagas.


Mensaje: El Valor de la Confianza (Conferencia de Parejas) – Ericson Alexander Molano

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