marcos313

Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él.

Marcos 3:13

MARCOS 3:13-19

“13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. 14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, 15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: 16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; 17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, ‘Hijos del trueno’; 18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa”.

Pasajes paralelos: Mateo 10:1-4; Lucas 6:12-16.

I. ANÁLISIS

En medio de Su ministerio, el Señor hizo un alto. Subió a una montaña, para alejarse de la gente (v.13a), y llamó a Sí a doce hombres, a quienes delegó el ministerio de predicar, sanar y echar fuera demonios (v.13b-15). La lista de los nombres indica una gran variedad de caracteres (v.16-19a). En algunos casos, el Señor les cambió el nombre, o les dio un apodo (v.16 y 17). A todos les concedió autoridad para el ministerio (v.15a).

Introducción

1. El Contexto del Llamado (v.13)
2. El Propósito del Llamado (v.14-15)
3. La Identidad de los Llamados (v.16-19)

Conclusión

II. EXÉGESIS

Verso 13

“Después subió al monte…”

Marcos da la impresión que el Señor subió al monte, simplemente para alejarse de la multitud. Sin embargo, Lucas nos informa que el Señor subió al monte específicamente para orar (Lucas 6:12). La Biblia no nos dice cuál fue el tema de la oración, y siempre es un poco peligroso especular; sin embargo, es probable que haya estado buscando la voluntad del Padre, y obteniendo la autoridad espiritual que delegó a los Doce.

Fue luego de pasar la noche en oración, que el Señor, por la mañana, emitió el llamado a estos hombres (ver Lucas 6:13). La oración lo preparó para un momento tan importante – la selección de los hombres a quienes iba a encargar la tarea de predicar el evangelio en todo el mundo. Si el Señor, siendo Dios, tuvo que dar tiempo a la oración antes de tomar una decisión importante, cuánto más nosotros necesitamos orar.

Ningún evangelio nombra el monte; los autores supusieron que el lugar era conocido. Probablemente era un monte a las orillas del Mar de Galilea.

“…y llamó a sí a los que él quiso…”

Marcos usa el imperfecto, que significa, “a los que él estaba queriendo (llamar)”. Había mucha gente que quería seguir a Cristo (ver v.7-8), pero Él solo escogió a 12 (comparar Lucas 6:13). Los 12 eran personas que Él quería; no eran voluntarios. “El Rey escoge a Sus ministros; la elección es un acto Suyo, no de ellos” (H. B. Sweet). Años más tarde les hizo recordar, “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí…” (Juan 15:16).

El llamado del Señor no fue sobre la base de algún mérito en ellos, sino Su libre gracia. Ninguno merecía estar entre los apóstoles. Si lo estaban, era por la gracia y misericordia de Cristo.

Debemos recordar que para algunos de ellos (quizá para todos), este era el segundo o tercer llamado (ver Juan 1:39; Marcos 1:17-20; 2:14). Tampoco iba a ser el último (ver Marcos 6:7).

“…y vinieron a él”

El verbo (‘apelthon’) es aoristo, y significa ‘fueron hacia él’. La Biblia no nos indica la actitud o la motivación con la cual se acercaron a Cristo. Algunos, seguramente, tenían un genuino deseo de aprender de Él; pero otros fueron motivados, quizá, por el deseo de gobernar con Él, o aun de luchar contra el gobierno romano.

De todos modos, al responder al llamado del Señor, estos hombres estaban dando las espaldas a su vida pasada, y comenzando una nueva vida. Estaban dejando atrás muchas cosas, sin saber exactamente qué les esperaba en el futuro. Estaban arriesgando todo; colocando sus vidas en las manos del Señor.

Verso 14

“Y estableció a doce…”

Tal como habían 12 patriarcas, que formaron la base del pueblo de Israel, así iba a haber 12 apóstoles, como la base de la Iglesia (ver Apo 21:12-14). Al escoger a doce hombres, el simbolismo sería claro para todos. Cristo (como un nuevo ‘Jacob’ – ver Juan 1:51; comparar Gen 28:12) estaba formando, o reconstituyendo, al pueblo de ‘Israel’. Estos doce hombres representaban (y luego, dirigirían) al ‘remanente’ de Israel. Por ende, Cristo (con Sus doce discípulos), no era simplemente otro rabino; Él estaba haciendo algo totalmente nuevo. Esta elección de doce discípulos fue un paso importante en el establecimiento del Reino de Dios.

Estos hombres iban a ser los nuevos ‘príncipes’ de Israel (Mat 19:28; Lucas 22:29-30). Su ministerio iba a ser dirigido principalmente a los judíos (ver Gál 2:7-9).
Algunos manuscritos antiguos tienen, a continuación, las palabras, “a quienes nombró apóstoles”; esta es la base para la traducción de la RVA, la NVI, y DHH. Estas palabras conforman parte del texto original de Lucas 6:13, y es probable que deben ser retenidas aquí también, aunque la RV las omite.

La palabra, ‘apostolos’, se deriva del verbo, ‘apostello’, que significa ‘enviar’ (dicho verbo se encuentra en la última parte de este verso – “para enviarlos a predicar”). El sustantivo, ‘apostolos’, significa ‘mensajero’ o ‘delegado oficial’. Se usa en este sentido en 2 Cor 8:23; Fil 2:25; Hch 14:14. Pero en el NT, la palabra se refiere principalmente a los doce hombres escogidos por Cristo, preparados y enviados a Israel, con la tarea de predicar el evangelio.

Como un comentarista bien observa, “Hay que ser un ‘discípulo’ primero, antes de ser un ‘apóstol’”. Antes de poder predicar y enseñar a otros, hay que ser seguidores y aprendices.

“…para que estuviesen con él…”

Al llamarlos, el Señor no los envió inmediatamente a la obra (eso no ocurrió hasta Marcos 6:7). Primero quería que estuviesen cerca de Él, para aprender de Él. ¿Aprender qué? Muchas cosas: la importancia de la oración en el ministerio cristiano; la necesidad de tener pasión por las almas, y un espíritu de entrega y servicio hacia ellos; la manera de desarrollar el ministerio, enfrentando los sufrimientos y el rechazo que muchas veces lo acompaña; etc.

Al llamar estas personas a Su lado, el Señor se estaba distanciando de Su propia familia (ver v.20-21 y 31-35). Él quería que Sus discípulos vean Sus milagros y escuchen Su enseñanza, más que Su propia familia (quienes no creían en Él).

“…y para enviarlos a predicar”

Este es el primer elemento que el Señor menciona del ministerio de los apóstoles, e iba a ser el más importante (ver Hch 6:2-4). El verbo (‘kerusso’) viene del sustantivo, ‘kerux’, que significa ‘heraldo’. ¡Cuán apropiado que un ‘apóstol’ sea un ‘heraldo’!

NOTA: Para predicar bien, y servir bien al Señor, tenemos que conocerle. Tenemos que estar
con Él suficiente tiempo, como para entender Su carga, Su preocupación, Sus deseos y
anhelos, lo que Él quiere de nosotros; lo que Él siente por los pecadores, etc.

Verso 15

“y que tuviesen autoridad…”

El tema de ‘autoridad’ (‘exousia’) es importante en la vida de Cristo. Constantemente, la gente quedaba atónita ante la autoridad del Señor (Marcos 1:22, 27; 2:10, 12). El ministerio del Señor se fundamentó en la autoridad otorgada a Él, por el Padre; el ministerio de los apóstoles se iba a fundamentar en la autoridad otorgada a ellos, por Cristo. Al darles esta autoridad, el Señor estaba indicando que los estaba invitando a ser partícipes de Su ministerio, como una suerte de colaboradores, en la tarea de proclamar el Reino. ¡Qué tremendo privilegio! ¿Lo entendían así?

“…para sanar enfermedades…”

Estas palabras no están en varios manuscritos antiguos del NT; por ende, son omitidas en las versiones modernas de la Biblia (p.e. BDLA, NVI, RVA). Es probable que esta referencia al poder de sanar haya sido insertada aquí, de Mat 10:1. Debemos observar que en Marcos 6:7, cuando el Señor envió a los Doce a predicar, el evangelista solo menciona autoridad sobre demonios, no el ministerio de sanidad.

“…y para echar fuera demonios”

Esta era una de las evidencias de la manifestación del reino de Dios (ver Mateo 12:28). Estos doce hombres fueron investidos de poder de lo alto, como agentes del reino de Dios, que estaba irrumpiendo en la historia del pueblo de Israel.

NOTA: Al llamar a estos hombres, Cristo estaba indicando que Él mismo no iba a hacer todo el
trabajo. Que la misión que Dios le había encomendado hacer incluía involucrar a otros
en el ministerio. El llamamiento de estos hombres era el comienzo del proceso de involucrar a otros en la obra del Reino de Dios.

Verso 16

“a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro”

Este nombre fue dado por el Señor en Juan 1:42, cuando Simón se encontró con Cristo por primera vez (aunque en ese caso se usó el nombre arameo, “Cefas”). El nombre, “Pedro”, significa ‘piedra’ o ‘roca’. Cristo le dio este nombre, ¿porque ya lo era, o porque iba a serlo un día? El nombre “Boanerges”, dado a Juan y a Jacobo (v.17), describe lo que eran; sin embargo, lo que leemos de Pedro en los evangelios no nos hace pensar que ya era un ‘piedra’.

Tenemos que ir a Mateo 16:18 para tener una mejor explicación de este nombre. Ahí el Señor afirma, “Tu eres Pedro”. Humanamente, Pedro tenía cierta solidez; vemos eso cuando cortó la oreja de un hombre, defendiendo al Señor en Getsemaní. Sin embargo, mientras no estaba lleno del Espíritu Santo, la solidez de Pedro podía ser efímera, y se volvía arena movediza, como cuando negó conocer al Señor ante la muchacha.

Como comenta Hendriksen, “…por la gracia y el poder del Señor, ‘Simón el inconstante’ fue transformado en un verdadero ‘Pedro’”.

Verso 17

“y a Jacobo hijo de Zebedeo…”

Jacobo fue uno de los primeros hombres en ser llamados por Cristo a ser Su discípulo (ver Marcos 1:19). Parece haber sido el hermano mayor de Juan. Jacobo fue conocido en la Iglesia como, ‘Jacobo el Grande’. Fue el primer apóstol en morir como mártir (Hch 12:2). El hecho que Herodes lo haya asesinado primero, parece apuntar a la vehemencia de su carácter y predicación.

“…y a Juan hermano de Jacobo…”

Los dos hermanos eran similares en carácter (ver el apodo que el Señor les dio). Sin embargo, sus vidas y ministerios fueron muy diferentes. Jacobo sirvió muy poco tiempo, y fue el primer apóstol en llegar al cielo; Juan sirvió largísimos años, y fue el último en llegar al cielo.

“…a quienes apellidó Boanerges , esto es, ‘Hijos del trueno’”

La expresión, “Hijos de trueno”, es un modismo hebreo, que significa ‘hombres que truenan’.

Marcos no ofrece una explicación por este apelativo. Algunos piensan que el Señor les dio este nombre porque eran los predicadores más fervientes y enérgicos. Sin embargo, es más probable que este nombre se debió al conocimiento que el Señor tenía de su carácter – un carácter que se iba a manifestar, posteriormente, en el pedido de llamar fuego del cielo para consumir a los habitantes de un pueblo (samaritano) que no los aceptó (Lucas 9:54).

Jacobo murió a los pocos años después del Señor, así que sabemos poco acerca de su carácter. Pero Juan vivió por muchos años, y llegó a ser conocido como ‘el teólogo’ y ‘el apóstol del amor’ (tal fue la obra del Espíritu Santo sobre su carácter, a lo largo de los años). Sin embargo, podemos detectar, quizá, algo de su fervor y ‘fuego’, en algunos términos que usó en sus cartas, tales como ‘anticristo’, ‘mentiroso’, ‘hijos del maligno’, etc.

Verso 18

“a Andrés”

Andrés fue el hermano de Pedro; responsable por traer a su hermano a los pies del Señor (Juan 1:41-42). Su nombre es griego; viene de la palabra, ‘aner’, que significa ‘hombre’.

“Felipe”

Otro de los primeros seguidores de Cristo (Juan 1:43). También era de Betsaida, la ciudad de Pedro y Andrés. Fue la persona que trajo Natanael al Señor (Juan 1:45). Su nombre es griego, y significa ‘amante de caballos’.

“Bartolomé”

Otro nombre para Natanel (ver Juan 1:45), quien era de Caná de Galilea (Juan 21:2). Su nombre completo era ‘Natanael Bar Tolomai’.

“Tomás”

También conocido como “Dídimo” (Juan 11:16). Ambos nombres significan, “mellizo”; el primero en arameo, el segundo en griego. Este fue el discípulo que expresó dudas acerca de la resurrección de Cristo.

“Jacobo hijo de Alfeo”

Conocido como ‘Jacobo el Menor’ (Marcos 15:40), quizá por haber sido menor en edad que el otro Jacobo (otros sugieren, que era de menor estatura). Aunque Mateo (Levi) también era ‘hijo de Alfeo’ (ver Marcos 2:14), no parece haber sido hermano de este Jacobo.

“Tadeo”

En Lucas 6:16, es llamado “Judas hermano de Jacobo”. “Tadeo” podría haber sido su apellido.

“Simón el cananista”

La palabra “cananista” no debe ser confundido con ‘Cananeo’ (un habitante de Canaan). El término proviene de la palabra hebrea, ‘kana’, que significa ‘celoso’ o ‘fanático’. Los Zelotes eran ‘celosos’ o ‘fanáticos’ por la ley de Dios, y se atribuyeron el derecho de castigar a las personas que infringían la ley. Posteriormente, este grupo ofreció tremenda resistencia a los romanos.

No sabemos nada más de este personaje. Es el único discípulo del cual no leemos nada fuera de la lista de los doce apóstoles.

NOTA: Entre los Doce tenemos a uno que antes recaudaba impuestos para los romanos
(Mateo), y otro que luchaba contra los romanos. ¡Qué variedad de gente!

Verso 19

“y Judas Iscariote, el que le entregó…”

El nombre, “Iscariote”, significa ‘el hombre de Keriot’, que era un pueblo en Judá. Una pregunta importante es, “¿Qué llevó a un hombre, escogido por Cristo, y dotado con autoridad espiritual, a traicionar al Señor?” Probablemente fueron los sueños frustrados, de querer socavar el poder de los romanos. Posiblemente incluyó un fuerte egoísmo, y la avaricia. Lo que es claro, es que de todos los discípulos, éste era el más egocéntrico.

¿Por qué, entonces, escogió el Señor a Judas? La razón principal es porque esa era la voluntad del Padre. Judas tenía que estar entre los más allegados a Cristo, para que se cumpliera la Escritura (ver Hch 1:16-19). Algunos afirman, también, que al escoger a Judas, el Señor nos estaba enseñando que siempre habrán falsos maestros, ocupando puestos en la iglesia.

NOTA: La gran mayoría de estos hombres, sino todos, fueron tomados de gente sencilla. No había personas de la clase alta; no había personas distinguidas, como grandes eruditos, etc. Cristo, a propósito, escogió gente que no era conocida o importante, para
establecerlos como pilares en la Iglesia.

No solo eso, sino logró formar una comunidad de gente, partiendo de personas tan
diferentes, y hasta opuestos entre si. Esto apunta a la grandeza de Su liderazgo.

“…Y vinieron a casa”

Habiendo llamado los discípulos en el monte, el Señor ahora vuelve a la ciudad, e ingresa a una casa en particular. El texto no indica de quién era la casa, o dónde era. Quizá era la casa de Pedro, en Capernaum (comparar Marcos 3:1).

III. HOMILÉTICA

TEMA: “El Llamado al Ministerio”

Introducción

En el AT, los ‘ministros’ eran principalmente los sacerdotes. Sin embargo, el deseo de Dios era que la nación entera sean sacerdotes (Ex 19). Este deseo de Dios se cumple en la Iglesia, donde todo creyente es un ‘sacerdote’ (1 Ped 2); todo creyente tiene la oportunidad, y la responsabilidad, de servir a Dios, usando los dones espirituales que ha recibido (Rom 12; Efe 4; ¡ Ped 4)). Este pasaje habla de cómo el Señor llamó a doce hombres para ser Sus mensajeros (siervos). ¿Qué podemos aprender acerca del llamado al servicio cristiano?

1. Cristo Llama a una Variedad de Personas

En este grupo de doce, había tanta variedad de personas (v.16-19a)– los contemplativos (como Natanael), los fuertes (como Pedro), los enérgicos (como Jacobo y Juan), los fanáticos (como Simón el cananista), los considerados (como Andrés y Felipe, quienes llevaron a otros a Cristo), etc.

¡Cristo puede usar a toda clase de gente!

2. Cristo Llama a Gente Sencilla

Este es denominador común entre los doce apóstoles – ninguno era gran persona, conocida en su tiempo. Nadie merecía ser llamado; nadie ganó el derecho de ser llamado (v.13). Para todos, el llamado de Cristo fue un llamado de gracia y misericordia.

3. Cristo Llama a Gente para ser Preparada

No estaban listos para servir al Señor. Tenía que ser preparados. ¿Cómo? En primer lugar, estando con Él (v.14a, 19b); en segundo lugar, recibiendo autoridad espiritual (v.15a).

4. Cristo Llama a Gente para Trabajar

Posteriormente, envió a estos doce hombres a servir a Dios – predicando la Palabra, y luchando contra Satanás (v.14b, 15b).


Elección de los doce apóstoles (Marcos 3:13-19)

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