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y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios.Hechos 10:31 |
Verdad central: Con la ayuda de Dios, los cristianos pueden sobreponerse al prejuicio y ministrar de manera eficaz a otros.
Texto áureo: Pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo. Hechos 10:28
Objetivo: Reconocer que el prejuicio puede ser religioso, social o racial, y buscar la ayuda de Dios para sobreponemos a ello.
Lectura del pasaje de la Biblia - Hechos 10:1-48 10:1 Había en Cesarea un hombre llamado Cornelio, centurión de la compañía llamada la Italiana, 10:2 piadoso y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre. 10:3 Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él estaba, y le decía: Cornelio. 10:4 El, mirándole fijamente, y atemorizado, dijo: ¿Qué es, Señor? Y le dijo: Tus oraciones y tus limosnas han subido para memoria delante de Dios. 10:5 Envía, pues, ahora hombres a Jope, y haz venir a Simón, el que tiene por sobrenombre Pedro. 10:6 Este posa en casa de cierto Simón curtidor, que tiene su casa junto al mar; él te dirá lo que es necesario que hagas. 10:7 Ido el ángel que hablaba con Cornelio, éste llamó a dos de sus criados, y a un devoto soldado de los que le asistían; 10:8 a los cuales envió a Jope, después de haberles contado todo. 10:9 Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10:10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 10:11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 10:12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 10:13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 10:14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 10:15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 10:16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo. 10:17 Y mientras Pedro estaba perplejo dentro de sí sobre lo que significaría la visión que había visto, he aquí los hombres que habían sido enviados por Cornelio, los cuales, preguntando por la casa de Simón, llegaron a la puerta. 10:18 Y llamando, preguntaron si moraba allí un Simón que tenía por sobrenombre Pedro. 10:19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He aquí, tres hombres te buscan. 10:20 Levántate, pues, y desciende y no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado. 10:21 Entonces Pedro, descendiendo a donde estaban los hombres que fueron enviados por Cornelio, les dijo: He aquí, yo soy el que buscáis; ¿cuál es la causa por la que habéis venido? 10:22 Ellos dijeron: Cornelio el centurión, varón justo y temeroso de Dios, y que tiene buen testimonio en toda la nación de los judíos, ha recibido instrucciones de un santo ángel, de hacerte venir a su casa para oír tus palabras. 10:23 Entonces, haciéndoles entrar, los hospedó. Y al día siguiente, levantándose, se fue con ellos; y le acompañaron algunos de los hermanos de Jope. 10:24 Al otro día entraron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo convocado a sus parientes y amigos más íntimos. 10:25 Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. 10:26 Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre. 10:27 Y hablando con él, entró, y halló a muchos que se habían reunido. 10:28 Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo; 10:29 por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar. Así que pregunto: ¿Por qué causa me habéis hecho venir? 10:30 Entonces Cornelio dijo: hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, 10:31 y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios. 10:32 Envía, pues, a Jope, y haz venir a Simón el que tiene por sobrenombre Pedro, el cual mora en casa de Simón, un curtidor, junto al mar; y cuando llegue, él te hablará. 10:33 Así que luego envié por ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado. 10:34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 10:35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. 10:36 Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. 10:37 Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: 10:38 cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. 10:39 Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. 10:40 A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; 10:41 no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. 10:42 Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 10:43 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. 10:44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 10:45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 10:46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. 10:47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? 10:48 Y mandó bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días..
1. El problema del prejuicio (Hechos 10:1-16 A. Una visita angelical)
Cornelio no era un judío convertido, pero se describe como un hombre generoso, piadoso, que temía a Dios. Al vivir entre el pueblo judío, él evidentemente se había convencido de que Dios es el Dios verdadero. Al vivir rectamente y tener una vida de oración, estaba haciendo todo lo posible para tener una relación con Dios. Cornelio era la clase de persona que se aprovechaba de toda la revelación de la luz espiritual que había en ese tiempo. A esta clase de persona el Espíritu Santo los dirige a donde hay más luz.
Hasta cierto punto Cornelio seguía el ejemplo de los judíos en cuanto a las actividades religiosas. Su tiempo para orar era a las 3 de la tarde, la misma hora del sacrificio judío de la tarde. Un día, cuando Cornelio estaba orando, vio a un ángel parado delante de él.
B. Una visión rara
Pedro igualmente tenía que ser preparado para la reunión con Cornelió. En casos como éstos. Dios siempre trabaja en aquellos que están para ser usados. Si Él da instrucciones a una persona para otro, El siempre lo confirmará en esa persona. Cornelio no perdió tiempo en enviar a dos de sus criados y a uno de sus soldados para traer a Pedro desde Jope. En Jope pronto se desarrollaría otro drama, uno que cambiaría la historia de la Iglesia Primitiva y del mundo.
Nadie estaba más orgulloso de su herencia judía que Pedro. Era un seguidor de Jesús, pero todavía retenía muchas de las enseñanzas de la ley y sus tradiciones. Sin embargo, Pedro era el mensajero que Dios usaría para abrir el camino de la fe a los gentiles.
Luego de levantar a Dorcas, Pedro “se quedó muchos días en Jope”. (Hechos 9:43). Era el huésped de un curtidor, un trabajo que los judíos normalmente despreciaban por el contacto que la persona tenía con animales muertos. Tal vez el Señor ya estaba preparando a Pedro para que abandonara sus prejuicios.
La visión de Pedro trató con la eliminación de sus prejuicios.Aparentemente Pedro necesitaba una revelación especial de parte de Dios para traer un cambio radical en cuanto a sus convicciones de toda una vida. Mientras oraba, de repente le dio mucha hambre ya que era casi el mediodía. Dios usó el hambre para preparar a Pedro para la visión.
Pregunta: ¿Qué significado tuvo el éxtasis de Pedro?
El éxtasis que tuvo Pedro en la azotea no es el mismo al que los ocultistas se refieren. La palabra griega también se traduce “espanto” (Marcos 5:42) y “asombro” (Hechos 3:10). Pedro estaba tan absorto en la visión que no se daba cuenta de lo que le rodeaba. Este éxtasis fue una visión de Dios, no de Satanás.
Mientras estaba bajo este éxtasis, Pedro vio una visión. Algo así como una enorme sábana llena de animales y aves que bajaba del cielo. Una voz le dijo: “Mata y come.” La devoción de Pedro a las leyes judías en cuanto a los alimentos produjo una respuesta inmediata. El no podía comer nada común o inmundo. La palabra griega traducida “común” significa impuro. La voz le rearguyó con estas palabras: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común.”
La escena se repitió dos veces más. Dios estaba enfatizando claramente lo que quería que Pedro hiciera.
II. Venciendo el prejuicio (Hechos 10:17-35)
A. Recibiendo a visitantes gentiles
Este pasaje es un ejemplo de cómo Dios dirige a su pueblo a adquirir entendimiento espiritual un paso a la vez. Aun después de la visión, Pedro no estaba completamente seguro de lo que el Señor le estaba enseñando. Sin embargo, en ese momento, los hombres enviados por Cornelio estaban a la puerta preguntando por él. El Espíritu Santo le habló a Pedro, informándole de la presencia de estos hombres. Ellos explicaron la experiencia de Cornelio y por qué habían venido.
Pregunta: ¿Da alguna indicación el versículo 23 de que el prejuicio de Pedro estaba deshaciéndose?
Pedro invitó a estos gentiles a quedarse la noche, algo que un judío nunca haría. Pero era demasiado tarde para regresar a Cesárea, así que esperaron hasta el día siguiente. Pedro sabiamente escogió a seis judíos para acompañarlo en su viaje (11:12), tal vez anticipando que alguna controversia podría producirse entre los líderes de la Iglesia por su misión a los gentiles.
B. Confesando prejuicios pasados
Para su sorpresa, ¡una gran congregación le esperaba a Pedro en el hogar de Cornelio!. Cornelio había reunido a su familia, sus criados, sus amigos más cercanos, y probablemente hasta algunos soldados. Esto muestra que Cornelio deseaba que otros escucharan las buenas nuevas que Pedro les contaría. El no quería ser el único que disfrutaría de la bendición de escuchar el plan de salvación.
Pregunta: ¿Por qué reaccionó Pedro de cierta manera ante la demostración de reverenda de parte de Cornelio?
Ya que el ángel de Dios le había dicho a Cornelio que enviara buscar a Pedro, él sintió que el apóstol era digno de tal reverencia. Sin embargo, Pedro rechazó este homenaje. No quería dar una mala impresión. Cornelio tenía que reconocer que Pedro era un humilde mensajero de Dios. Toda la atención de Cornelio debía dirigirse a Jesús, el Salvador y Señor.
Luego de entrar en la casa, Pedro se dirigió a los que estaban reunidos allí. Confesó abiertamente los prejuicios que había tenido. Ellos conocían las restricciones judías en cuanto a asociarse con los gentiles, tal como indica lo afirmado por Pedro (10:28). Estar en la misma casa con tales personas era repugnante para la mayoría de los judíos. Hasta ahora, Pedro había pensado igual.
Lo que Pedro acababa de comprender es un principio eterno. Cuando Dios limpia al individuo, éste ya no es una persona común, sea cual sea su raza, cultura o posición social. Esa persona es un hermano o una hermana de todos los que han sido limpiados por la sangre de Jesús.
Cornelio habló de su propia visión, repitiendo detalladamente lo que sus criados habían relatado anteriormente. Su humildad y sumisión a Dios se ven claramente en el versículo 33. Para parafrasear sus comentarios: “Pedro, estamos listos para escuchar todo lo que Dios te ha dado para decimos, así que comienza a hablar.”
Lo primero que Pedro dijo era tal vez tanto para él mismo como para sus oyentes: “En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas.” El reconoció que el Señor ama a la gente de todas las naciones. La Iglesia nunca deberá ser una institución exclusivista. La cruz ha derribado toda barrera. Dios ofrece salvación a “toda nación” (v. 35).
III. El Evangelio es para todos (Hechos 10:36-48)
A. Predicando a Cristo
El mensaje de Pedro fue inspirado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo siempre se concentra en la verdad fundamental del evangelio, “Jesucristo; éste es Señor de todos” (v. 36).
El versículo 37 indica que estos gentiles estaban conscientes del mensaje del evangelio. También sugiere que ellos sabían del ministerio de Juan el Bautista. Oír de la predicación de Juan y el ministerio de Jesús debe haber conmovido el hambre espiritual en esta gente. Estos no comprendían el plan de salvación, pero el tema de la obra de Jesús no les era totalmente desconocido.
La referencia de Pedro a la unción de Jesús, nos recuerda cuando nuestro Señor leyó las palabras de Isaías en la sinagoga de Nazaret: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido” (Lucas 4:18). “Y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia” (Lucas 3:22).
Mientras Jesús iba haciendo el bien, libraba a muchos de la esclavitud de Satanás. Pedro describió esta liberación como una obra de sanidad. Por cierto lo era, porque el pecado es la más mortal de todas las enfermedades. Pedro y muchos otros podían dar testimonio de los resultados positivos del ministerio de Jesús. Ellos habían visto sus milagros y actos de misericordia. Sobre todo, Pedro y más de quinientas personas habían presenciado la resurrección de Jesús. Los profetas del Antiguo Testamento también dieron testimonio de su venida y de su obra.
Pregunta: ¿Qué significado tienen las últimas palabras del mensaje de Pedro (lea el versículo 44): “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras…”?
Lo dicho por Pedro en el versículo 48 resume el mensaje del evangelio: todos los que creen en Jesús recibirán remisión de pecados.
B. El derramamiento del Espíritu Santo
Las maneras en que Dios trata con las personas no siguen un estereotipo. El sermón de Pedro fue interrumpido cuando Cornelio y los demás comenzaron a hablar en lenguas como los creyentes en el Día de Pentecostés. Si a Pedro le quedaban algunas dudas, pronto desaparecieron. Ya que Dios había dado el Espíritu a los gentiles, ¿cómo podían los creyentes judíos negarse a confraternizar con ellos? Pedro no perdió tiempo en bautizar a los nuevos conversos. La evidencia física inicial de hablar en otras lenguas era una prueba inequívoca para él y sus compañeros judíos de que los gentiles al igual que ellos habían recibido el Espíritu Santo.
Pregunta: Ya que la salvación debe preceder al bautismo en el Espíritu Santo, ¿cuándo fueron salvos estos gentiles?
Todas las experiencias de esta gente fueron diferentes al orden normal. Su bautismo en agua siguió a su bautismo en el Espíritu más bien que a la inversa. Sólo unos pocos segundos deben haber transcurrido entre su aceptación de Jesús como Salvador y el bautismo en el Espíritu. Dios conoce cada corazón y vio cuándo estos gentiles recibieron a Jesús.
Aplicación
Sabemos que Dios ama a todo el mundo y que Jesús murió por todos. Pero, ¿será que inconscientemente cerramos nuestro corazón a quienes son diferentes? Si los creyentes que habían estado con Jesús y lo vieron después de su resurrección tenían problemas con el prejuicio, no debemos pensar que nosotros no los tenemos. La salvación no quita automáticamente todas nuestras ideas del pasado. Es posible que desde nuestra niñez alguien nos haya llenado la cabeza con ideas acerca de ciertas personas que nos hagan aislarnos de ellas. Este era el caso con los judíos, aun con los que se convirtieron en discípulos de Jesús. Los prejuicios hacia los gentiles amenazaban el alcance evangelístico de la Iglesia Primitiva.
Podemos estar agradecidos porque una vez que el Señor le mostró a Pedro dónde estaba equivocado, éste pronto cambió su actitud, aun a riesgo de ser criticado por sus más íntimos amigos. ¿Puede el temor de lo que opinan otros hacer que no estemos dispuestos a alcanzar a todos con el evangelio?
Cuando Pedro quedó libre de sus prejuicios, debe de haber sentido que se deshacía de un gran peso. Quizá sea difícil reconocerlo, pero los prejuicios pueden ser una carga pesada. Si nos impiden testificar de Cristo, se vuelven un problema serio. Nuestro deseo es que Dios abra la puerta de nuestro corazón así como lo hizo con Pedro cuando éste reconoció que Dios ama a la gente de toda raza y cultura aun si es diferente a la nuestra. En nuestros barrios hay oportunidades para alcanzar a los que necesitan a Cristo aun si son diferentes.