En mi adolescencia, salí con varios muchachos y me lastimaron mucho. Era una chica muy vulnerable porque deseaba que alguien me amara.Escrito por alguien que aprendió demasiado tarde. |
EL tema del Amor, Noviazgo y Matrimonio es muy delicado de poner por escrito, porque hay muchos matices y si actuamos de forma incorrecta podemos salir muy lastimados, para poder contestar algo de esta pregunta: ¿Qué es el amor?.
Me gustaría que me acompañaras a través de estos 12 apartados.
- + 1. ¿Qué es el amor?
-
En mi adolescencia, salí con varios muchachos y me lastimaron mucho. Era una chica muy vulnerable porque deseaba que alguien me amara.
Deseaba que alguien se interesara en mí de verdad. El problema era encontrar a la persona correcta para amar y que ella apreciara y disfrutara mi amor.
Cuando llegué a la universidad, no tenía intenciones de casarme o de enamorarme. Sólo pensaba: “Voy a pasarla bien. Voy a experimentar todo y no voy a atarme a ninguna persona o cosa. Voy a empezar con borrón y cuenta nueva. Simplemente voy a tener relaciones buenas y saludables, me voy a divertir y voy a descubrir de qué se trata asistir a la universidad”.
Todo iba bien hasta que conocí a José. No creo que exista tal cosa como amor a primera vista, pero en ese tiempo yo era una joven romántica y cuando lo vi por primera vez pensé que era fantástico. El tenía mucho carisma y una personalidad dinámica. Cuando al fin me pidió que saliera con él, rebosaba de felicidad.
En nuestro primer paseo, hablamos mucho y nos esforzamos por impresionarnos el uno al otro. Pasó un mes antes de que me hablara y me invitara a otro paseo. Creo que para entonces él sabía que yo quería seguir saliendo con él. También se aprovechó de eso, y las cosas se volvieron muy íntimas.
En realidad, nuestra relación no empezó con el “pie derecho“, porque cada uno intentaba impresionar al otro. Yo no quería que él saliera con ninguna otra chica. Creo que a esas alturas no abandoné ninguna de mis normas de moralidad, pero sí hice algunas cosas para impresionarlo y fortalecer mi relación con él.
Seguimos saliendo y tuvimos unas conversaciones muy serias. También tuvimos unas discusiones muy feas. El me fastidiaba a propósito con sus bromas. Yo intentaba esconder mis sentimientos heridos cuando él hacía esas cosas. Intentaba reírme con él, pero sí me dolía. Muchas veces en las fiestas él simplemente se iba y me dejaba sola. No me daba atenciones especiales y yo me sentía herida por eso.
Para entonces me di cuenta que nuestra relación estaba muy dispareja así que me esforcé mucho por lograr que él sintiera lo mismo por mí que yo sentía por él. Fue entonces que me metí en problemas. Me esforcé demasiado. Empecé a hacer cosas que yo sabía que él deseaba—cualquier cosa que le agradara. Eso incluía algunas cosas bastante sexuales. Pensaba: “Si yo no lo hago, él buscara por otra parte, y no quiero perderlo”.
El tiempo pasó y terminamos en la cama juntos haciendo cosas que yo sabía que no eran correctas, pero sacrifiqué mis normas para no perderlo. Ese es el error más grande que puede cometer una chica. Ella cree que si sigue haciendo lo que un muchacho quiere, él va a estar loco por ella, pero eso no es verdad.
Sé que José dejó de respetarme. ¡Y yo había perdido tanto el respeto por mí misma que era terrible! Puesto que yo tenía un trasfondo cristiano, agonizaba constantemente por mi propio sentir de culpabilidad. Pero no lograba decir: “Perdóname, Señor”, porque sabía en lo profundo de mí misma que lo volvería a hacer. Yo estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de no perder a mi novio.
Si ahora pudiera decirles algo a las jóvenes, sería esto: Cuando llegues a la edad en que te interesan los chicos, busca a un joven cristiano—alguien que no se avergüence de decir: “Soy cristiano, y tengo mis propias normas”. Sé que parece un poco atrevido y emocionante salir con jóvenes que sabes que no son cristianos, quienes son un poco locos. Pero aléjate de esa clase de muchachos, porque si no, perderás algo por el camino.
José y yo teníamos problemas en nuestra relación. Discutíamos bastante. Me fastidiaba mucho y eso me lastimaba en gran manera. Intenté explicarle que tenía un sentir de culpabilidad por dormir con él. Yo intenté ponerle fin a esa situación, pero él no aceptaba eso.
Tuve que evaluar nuestra relación, y francamente, no era nada agradable. El no me trataba bien en lo absoluto. Pero yo pensaba algo vagamente: “Si nos casamos, todo será diferente. El va a amarme. Va a cuidarme, y se va a interesar en mí“. Ese fue un grave error de mi parte. Uno no puede cambiar a otra persona por más que lo intente ni por más que le ame.
Si tú observas la relación que tienes con tu novio y te imaginas cómo sería esa relación si se aumentara diez o veinte veces—entonces tendrás una idea de más o menos cómo será tu matrimonio en el futuro. La televisión, los libros, las películas, las canciones—todos estos medios de comunicación que tienen una influencia en nuestras vidas actualmente te hacen pensar que puedes sacar otro truco de la manga y hacer que todo salga bien. Pero no es así. El matrimonio es difícil. Incluso cuando dos personas se aman de verdad y ambos se esfuerzan para que las cosas marchen bien, sigue siendo difícil.
Si yo me hubiera imaginado cómo sería nuestra relación si aumentara diez veces, o tan siquiera cinco veces, me hubiera dado cuenta que en el futuro José me iba a ser infiel. Andaría con otras chicas, se enojaría, me golpearía, no me trataría como esposa ni tomaría la responsabilidad de ser esposo.
Pero no hice eso. Me movilicé rápidamente. Nos escapamos y nos casamos. Yo no puedo echarle la culpa a nadie más que a mí misma por el hecho de que huí con él y me casé, porque sabía que no debía hacerlo. Pero en ese momento, tomé la decisión sin pensar mucho. Decidí que si no lo hacía, lo perdería. Lo que debía haber decidido era que si él no me podía esperar y hacer las cosas a mí manera, entonces no valía la pena. Pero mis emociones ejercían un control completo, y no había claridad en mis pensamientos. Estaba muy confundida. No quería que me lastimara. Pero me lancé al matrimonio sin saber que sería el dolor más grande de mi vida.
Cuando les dijimos a nuestros padres, estaban muy heridos y desilusionados. Yo dejé de estudiar para poder pagar la universidad de él. Tomé cualquier trabajo que podía conseguir. Fui mesera. Trabajé en un bar de cócteles de noche, lo cual fue terrible. Trabajé como empleada en una tienda. Tuve muchas clases de trabajo para que saliéramos adelante.
Nuestro matrimonio no era nada. El no me amaba. Sólo yo le amaba a él y procuraba hacer que él me amara, intentando desesperadamente agradarle, sacrificando mis propios sentimientos. Pero no funcionaba. No podía funcionar. Tú no puedes hacer que otra persona te ame. O te ama, o no te ama. Vivía con temor constante de que él se buscaría a otra persona, y eso fue exactamente lo que hizo. No quería reconocerlo, porque deseaba que nuestro matrimonio funcionara.
Cinco meses después de casarnos, me embaracé y tuvimos una hermosa niña. Después de eso las cosas cambiaron por un tiempo. El se emocionó mucho por tener una bebé. Pero un mes después de que nació la niña, las cosas empezaron a ser como antes—se enojaba y me dejaba sola con la bebé todo el tiempo, llevando sola la carga, intentado criar a una hija y proveer para nuestra familia.
Habíamos estado casados tres años cuando sucedieron algunas cosas que me hicieron reconocer que él no me amaba, que nunca me amaría, que no era un buen padre y que tampoco era un esposo responsable. No pude aguantar las cosas por más tiempo, así que nos divorciamos.
Al mirar hacia atrás, puedo ver que cometí muchos errores. Mi primer error fue el más grande—no acepté ni mantuve una relación constante con Dios. Si hubiera hecho eso, no me hubiera encontrado en la posición donde estaba. El amor de Dios es gratuito y Su amor no se puede comparar a ningún otro amor porque es completo.
No le falta nada al amor que Dios te puede dar. No creas nunca que puedes vivir sin amor, porque no puedes. Tampoco puedes confiar en las personas que te rodean para que te den ese amor, pero sí puedes confiar en Dios. El siempre está allí y nunca cambia.
Otro error fue empezar con demasiada prisa. Parece ser lo más popular hoy en día. Uno piensa: “Bueno, me gusta y yo le gusto. Quizás estamos enamorados. ¿Por qué no vemos si las relaciones sexuales funcionan para nosotros y si de veras nos gustan?” De esta manera uno pasa por alto la parte donde los dos se vuelven buenos amigos. Eso era lo que faltaba en mi relación con José. No había respeto ni amistad. En realidad él no me respetaba ni yo lo respetaba a él. No había una amistad entre nosotros.
Otro error fue involucrarnos sexualmente cuando no tenía yo derecho de hacerlo. No era casada. No tenía ni la edad ni la madurez para enfrentarme a las consecuencias de una relación sexual. El simple hecho de tener todas las características físicas necesarias para una relación sexual no significa que uno está preparado. No es simplemente un acto físico—involucra todas las emociones. Uno puede trastornar todas sus emociones al involucrarse sexualmente con alguien cuando no está preparado. Es algo que se debe conservar como sagrado para el matrimonio.
Si uno se pone a analizar cuáles son las bases de una relación, se dará cuenta que primero viene la amistad, en segundo lugar ambos son cristianos, y desde esas bases crece el amor. Y Dios ayuda a sostener ese amor. Entonces inicia el noviazgo y un compromiso formal y después el matrimonio.
—Escrito por alguien que aprendió demasiado tarde.
La mujer que escribió esta historia verídica estaba buscando amor. Es natural desear que alguien te ame y tener a quién puedas amar tú también. Esto es especialmente cierto en los jóvenes.
Si tú eres adolescente, lo más probable es que estés enamorado de alguien ahora mismo, o crees estarlo. Pero hay muchos conceptos erróneos en cuanto al amor.
Muchas personas confunden un capricho con el amor verdadero. Otros piensan que el “amor a primera vista” es real. Otros más no saben distinguir entre la lujuria y el amor, o entre la atracción sexual y el amor.
¿Qué es un capricho y cómo te afecta? ¿Cuál es la diferencia entre la lujuria y el amor? ¿Qué es la atracción sexual? ¿Qué es el amor verdadero? Vamos a considerar estas preguntas importantes.
¿Qué es un capricho?
Un capricho es estar completamente dominado por la atracción a una persona. El diccionario dice que el capricho es un deseo que no reflexiona. En otras palabras, uno siente tanto deseo que no sabe lo que está haciendo, pues no toma el tiempo necesario para reflexionar en las cosas.
La persona que tiene un capricho romántico generalmente no puede pensar en nada o nadie más sino sólo en la persona de la que está “enamorada”. Un capricho es una experiencia emocionante—un éxtasis—pero nunca dura mucho tiempo, porque NO es amor verdadero.
Una de las señales de que estás encaprichado es que tienes la tendencia de idolatrar a la persona que crees amar. Todo lo que dice o hace te parece perfecto. No puedes ver sus errores. Otras personas pueden ver muchas “señales de peligro“ pero tú no puedes porque estás “locamente enamorado“. Tus sentimientos románticos dominan y no puedes usar tu sentido común.
Cuando estás involucrado en un capricho romántico, tienes la tendencia de ser desorganizado. No te portas de una manera normal. Te vuelves irresponsable y tienes la tendencia de desatender tus obligaciones.
Algunos jóvenes se la pasan soñando despiertos o de flojos sin cumplir sus obligaciones. Alguien quizás le pregunte a una chica: “¿Qué te pasa? ¿Por qué no te estás portando como siempre?” Ella contestará con una sonrisa dulce: “¡Es que estoy enamorada!”
¡Pero no lo está! Está encaprichada. Si estuviera enamorada, y su amor fuera verdadero, se preocuparía por realizar sus obligaciones, preparándose y haciendo planes para el futuro.
La mayoría de los caprichos no dura mucho tiempo. Lo que sí dura mucho tiempo es el fruto amargo por los errores cometidos durante el capricho. Recuerda, cuando tienes un capricho, no usas el sentido común. Tus sentimientos románticos están en control. Cuando esto sucede, es posible que hagas algunas cosas por las cuales te arrepientas el resto de tu vida.
Débora estaba encaprichada con Daniel. El era guapo y el hecho de que era un héroe de fútbol lo hacía aun más atractivo para ella. Entonces un día lo que ella tanto soñaba sucedió en realidad. Daniel le habló por teléfono y le pidió que saliera con él. ¡Ella estaba emocionada!
Cuando él llegó, ella le preguntó a dónde iban a ir y él le dio una respuesta vaga. Manejaron hasta un lugar solitario dónde él se estacionó. Entonces él le dijo cuánto la “amaba”.
Antes de que pasara mucho tiempo, las cosas estaban avanzando, pero ella no lo detuvo. Pensó: “Un poco de experiencia no me hará daño“. Esa “poca experiencia” resultó ser una relación sexual total.
Después Débora dijo: “Fue terrible. Yo estaba muy asustada. No sentí excitación en lo mínimo. Estaba pensando, ‘¿Qué tal si alguien pasa y nos ve?’ Unos minutos después, me estaba vistiendo otra vez y me estaba odiando a mí misma por haber entregado algo tan precioso a un muchacho que ni siquiera se interesaba en mí—y en el cuál yo tampoco me interesaba”.
¿Qué es la lujuria?
La lujuria es un deseo intenso de satisfacer el apetito sexual propio. La lujuria suele considerarse bajo el nombre de “amor“, pero la lujuria y el amor son dos cosas muy distintas.
La lujuria es EGOCENTRICA—El énfasis es obtener algo. La lujuria exige satisfacción inmediata. La lujuria dice: “Lo deseo para mi propio placer, y lo deseo sean cuales sean las consecuencias y lo deseo ahora mismo”.
El amor NO ES EGOISTA—el énfasis es dar. El amor desea lo que es mejor para la otra persona. El amor está dispuesto a esperar. El amor verdadero espera el momento correcto y las circunstancias correctas.
La Biblia nos da ejemplos tanto de lujuria como de amor. Amnón, uno de los hijos de David, pensaba que estaba locamente enamorado de Tamar, su media-hermana. La deseó tanto que literalmente se enfermó. Uno de sus malos amigos le sugirió un plan para tener a Tamar a solas. Amnón cumplió ese plan y forzó a Tamar a tener relaciones sexuales con él.
¿Pero qué sucedió después? Ya no se interesó en ella. Es más, la odió. El “amor” de Amnón ni siquiera fue amor. Sólo fue lujuria.
Por otro lado la Biblia nos dice mucho del amor que Jacob tuvo por Raquel. Jacob tuvo que trabajar para el padre de Raquel por siete largos años para poder tener a Raquel como su esposa. Jacob estaba dispuesto a esperar a Raquel, porque su amor era real. La Biblia dice que los siete años “le parecieron pocos días” por el amor que le tenía.
¿Qué es la atracción sexual?
La atracción sexual es una atracción física entre un hombre y una mujer. Somos creados con el impulso sexual que nos hace interesarnos en el sexo opuesto. No hay nada malo o pecaminoso en esto. Dios nos hizo de esta manera. El pecado viene cuando intentamos satisfacer nuestro deseo sexual de la manera equivocada.
Sentirse atraído sexualmente a alguien NO significa que estás enamorado de esa persona. Cuando un muchacho ve a una chica con un cuerpo hermoso, él dice: “¡Vaya, qué belleza!“ Una muchacha ve a un futbolista guapo y su corazón palpita. ¿Es eso amor? No, simplemente es atracción física entre un muchacho y una chica.
Las películas, la televisión, la música popular, las revistas y los libros constantemente nos bombardean con esta idea: “Busca a alguien que te atraiga, si logras una buena relación sexual, eso es todo lo que importa“. La reina de la hermosura de la universidad se casa con el capitán del equipo de fútbol y todos suspiran y dicen: “¡Qué pareja más hermosa!“ Pero dentro de poco tiempo, su matrimonio se quebranta. ¿Por qué? Porque no había amor verdadero entre ellos. Sólo se sintieron sexualmente atraídos el uno al otro y además, tenían pocas cosas en común. Pronto se aburrieron el uno del otro.
Recuerda, la atracción sexual no es amor verdadero. Hay un lugar vital para la atracción sexual en el matrimonio, pero el matrimonio no se puede edificar sólo en base a la atracción sexual. Existen miles de parejas que no pudieron resistir involucrarse sexualmente antes del matrimonio, pero ahora que están casados, no soportan ni siquiera tocarse el uno al otro.
¿Qué es el amor verdadero?
El amor verdadero tiene muchas cualidades. El amor sí incluye el elemento especial de la atracción física. Pero es mucho más que eso.
El amor verdadero tiene sus raíces en la amistad. En el amor verdadero, se ama a la persona total. Uno disfruta estar con esa persona y compartir cosas con ella.
El amor verdadero no es egoísta. Se sacrifica por la persona que ama. Y lleva consigo mismo la cualidad vital del compromiso. No se da por vencido cuando vienen los problemas.
El amor verdadero hace relucir sus mejores cualidades. Tú deseas que la persona que amas se enorgullezca de ti. Si sólo estás encaprichado con alguien, te la pasarás como un soñador y sin hacer nada; pero si tu amor es real, te esforzarás en tu trabajo y te prepararás para el futuro.
El amor verdadero no es sólo un hermoso sentimiento que se apodera de ti súbitamente. Toma tiempo para crecer y desarrollarse. Algunas de las canciones populares del mundo de la música dan la impresión equivocada de que enamorarte de alguien a primera vista es amor verdadero.
Pero uno no se enamora de repente—sino que el amor crece. Debes de conocer a la persona antes de que puedas amarla con amor verdadero. Es imposible conocer a alguien de verdad a primera vista; y por lo tanto, es igualmente imposible tener amor verdadero por alguien a primera vista. Quizás te sientas atraído a alguien a primera vista. Incluso, quizás te emociones con alguien la primera vez que lo veas. Pero no puedes genuinamente amar a una persona a quien no conoces de verdad.
Amor precioso
Satanás no desea que tú conozcas y experimentes el amor verdadero. Es por eso que él promueve toda clase de amor falso. El desea que tú te involucres sexualmente fuera del matrimonio. El desea echar a perder tu vida en general, para que te parezca que la vida no vale la pena.
Por otro lado, Dios tiene amor supremo por ti y desea sólo lo que es mejor para ti. El desea que tengas amor precioso—no sexo ilícito. Si es la voluntad de El que tú te cases, El tiene a la persona ideal para ti. El desea que tú tengas un compañero que te ame sin egoísmo y que esté comprometido contigo para toda la vida. También desea que tú te comprometas a esa persona de la misma manera. El desea que tu hogar sea un poco como el paraíso.
En mayo de 1973, en el pequeño pueblo en West Point, Mississippi, en los Estados Unidos, un hermoso matrimonio de 25 años terminó de una manera muy dramática. La dedicada esposa del editor de un periódico local, salió del servicio vespertino de su iglesia. Sonreía felizmente al hablar con sus amigos, cuando repentinamente cayó muerta sobre el jardín de la iglesia.
Los esfuerzos para revivirla no dieron resultado.
A sus amistades y a su esposo les pareció que salió de la iglesia y caminó directamente al cielo.
El pequeño pueblo estaba aturdido. El esposo se inundó de cartas y telegramas, porque ella había sido muy amada y admirada.
Un día, después del funeral, su esposo, Henry Harris, escribió un tributo largo, con todo su corazón, para su esposa:
Ella salió de la iglesia y caminó directamente al cielo.
Como un amigo lo expresó, llegó a West Point para ir a la iglesia, y de la iglesia se fue.
Ese amigo estaba recordándome la primavera de 1946, cuando ella se había graduado de la universidad estatal de mujeres de Mississippi, y había llegado a West Point para ser asistente del pastor de la Primera Iglesia Bautista… En realidad, ella consideraba su trabajo en West Point como temporal. Estaba convencida de que el Señor la había llamado para ser misionera al extranjero…Pero el Señor me había dado otro mensaje a mí. Yo sabía que ella era la mujer para mí. Más adelante, ese mismo año, en la noche del 10 de diciembre de 1946, con mucho nerviosismo le pedí que fuera mi esposa.
Su respuesta no fue claramente un “No”. Más bien, fue silencio. Y ese silencio duró días y semanas. Ella me amaba. Me lo dijo tímidamente. Pero sentía muy firmemente que el Señor la quería en un campo misionero. Por todos los medios intenté persuadirla que Henry Harris sería su campo misionero para toda la vida. Y tomó meses de convencimiento. Y mucho más que eso. Verán, fue un noviazgo muy extraño pero maravilloso que incluía mucho más que “dulzuras vacías”. Aunque yo deseaba que ella fuera mi esposa más que cualquier cosa en el mundo, también yo deseaba que se hiciera la voluntad de Dios. Por semanas y meses nuestros “paseos” fueron largos períodos de oración.
Exactamente un año después de que le propuse matrimonio, llegamos a ser marido y mujer. Nunca hubo lugar a dudas que se había hecho la voluntad de Dios. Nunca hubo un matrimonio más feliz. Algunas parejas más “modernas” no creerán esto, pero por veinticinco años, cinco meses y diez días nunca tuvimos un pleito. Seguramente, alguna vez estuvimos en desacuerdo; pero ahora, al mirar hacia atrás esos hermosos años, no puedo recordar un solo desacuerdo importante.
Sé que las siguientes semanas y meses serán extremadamente difíciles. Habrá momentos cuando tendré que encontrar un lugar tranquilo para dejar que las lágrimas fluyan. Eso no tiene nada de malo. Pero el cielo me parece más hermoso, porque Wanda me está esperando allí. Y sigo teniendo parte de ella a través de nuestros cuatro hijos hermosos.
Cada año en nuestro aniversario el día 10 de diciembre, yo le daba una rosa roja para representar cada año de matrimonio. En el último ramo, hubo 25 rosas. Luego, el martes, le dije a la mujer de la florería que cubriera todo el ataúd de rosas rojas y que pusiera dos urnas grandes a cada extremo llenas de rosas rojas. Verá, tienen que durarle por mucho, mucho tiempo…hasta que estemos juntos de nuevo.
No creo que haya pasado ni un solo día en esos veinticinco años que no le dije que la amaba. Y sin embargo, creo que ella nunca comprendió cuánto significaba realmente para mí, ni cuanto la amaba de verdad… y aunque no puedo seguir diciéndole de mi amor todos los días, puedo seguir dándole gracias a Dios por permitir que uno de sus ángeles verdaderamente preciosos compartiera esta porción de mi vida.
Cómo he dicho antes… al tratar débilmente rendirle tributo a una amiga que ha fallecido… pero nunca con más sentimiento que ahora… “¡Gracias a Dios por los recuerdos!”
Esto es amor precioso. ¿Qué joven no desearía lograr un matrimonio como este? Este tipo de matrimonio puede ser tuyo si buscas la voluntad de Dios, la encuentras y la sigues.
- + 2. Tres clases de amor
-
¡Roberto pensaba que estaba enamorado de tres chicas al mismo tiempo!
Carolina era miembro de su iglesia y se veían frecuentemente en los servicios. ¡Había algo diferente en esa chica! Estaba completamente entregada al Señor y era totalmente desinteresada—siempre pensaba en los demás. Cuando Roberto estaba con ella, pensaba en cosas grandes y tenía grandes sueños. Sentía el deseo de salir y hacer cosas para los demás y para su Señor.
Pero también existía Susana. Ella era vecina de Roberto y habían crecido juntos. Le resultaba fácil hablar de cualquier tema con Susana. Era agradable y divertida. Lo mejor de todo es que ella lo comprendía. Cuando necesitaba consejos y deseaba hablar de algún problema con alguien, Roberto iba directamente a ver a Susana. Aunque le interesaba profundamente, Roberto nunca la había besado. Incluso nunca había tenido el deseo de besarla. Su amor por Susana era un amor de amigos.
La tercera chica en la vida de Roberto era Linda. ¡Era una hermosura! No sólo tenía un rostro bonito, sino también una figura preciosa. Roberto se sentía orgulloso cuando acompañaba a Linda a una fiesta. Pero cuando salían a pasear, Roberto no podía pensar cómo conversar con Linda. La atracción era casi exclusivamente física.
Los tres “amores” de Roberto ilustran el hecho de que hay tres diferentes clases de amor.
Tres clases de amor
La mayoría de los jóvenes sueña con casarse algún día y, por supuesto, desea tener un matrimonio feliz y de éxito. Pero no es fácil lograr esa clase de matrimonio. La realidad es que uno de cada dos matrimonios termina en divorcio.
Eso significa que la mitad de los individuos que pensaban estar “enamorados”, rápidamente quedaron desilusionados, amargados, infelices y dispuestos a darse por vencidos en sus matrimonios.
¿Acaso el matrimonio es una gran lotería en la que la mayoría de las personas pierden y terminan odiándose los unos a los otros, mientras que unos pocos que corren con suerte logran una buena relación? No, no es así en absoluto. Hay ciertos ingredientes específicos en un matrimonio feliz.
En un matrimonio feliz hay tres clases de amor. Será de beneficio si las consideramos como tres partes de una pirámide. (1) La base de la pirámide es una clase de amor especial que llamamos “ágape”. La porción de en medio de la pirámide es el amor de la amistad y la parte de arriba es el amor físico o sexual. Consideremos estas tres clases de amor. Empezaremos con el amor “ágape”.
Amor Agape.
La palabra “ágape” es una palabra griega que se usa para describir cierta clase de amor. La razón por la que utilizamos esta palabra griega es que no hay una palabra en español que dé a entender bien esta clase de amor.
¿Qué es el amor ágape? El amor ágape es el amor que da y se sacrifica por lo que es mejor para la otra persona.
El amor ágape tiene dos características principales: (1) No es egoísta—busca lo que es mejor para la persona a quien ama y (2) es un amor de compromiso—sigue amando pase lo que pase.
El capítulo 13 de Corintios se llama el “capítulo del amor” porque nos dice cómo actúa el amor ágape. Así se expresa esa clase de amor:
El amor es sufrido.
El amor es benigno.
El amor no tiene envidia.
El amor no es jactancioso.
El amor no se envanece.
El amor no hace nada indebido.
El amor no busca lo suyo.
El amor no se irrita.
El amor no guarda rencor.
El amor no se goza de la injusticia.
El amor se goza de la verdad.
El amor todo lo sufre.
El amor todo lo cree.
El amor todo lo espera.
El amor todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser.El amor ágape no es sólo un sentimiento hermoso; es una decisión definitiva de la voluntad. Una de las cosas sorprendentes del amor ágape es esto: Cuando tú decides amar a una persona sin egoísmo y comportarte con esa persona con amor, con el tiempo tendrás el sentimiento de amor.
Dios nos ha dado un lugar hermoso donde aprender el amor ágape. Ese lugar es el hogar. Si tú estás viviendo en casa, Dios desea que tú empieces a mostrar un amor que no es egoísta con los otros miembros de tu familia.
Recuerda, no tienes que esperar hasta que sientas amor por los demás en tu familia. Puedes decidir amarles y empezar a comportarte de manera no egoísta con ellos. Esto es un entrenamiento excelente para el matrimonio.
Cualquier chico o chica puede comportarse de una manera amorosa con la persona con quien planea casarse. Le conviene hacerlo. Pero una vez que estén casados y que la rutina de la vida diaria se establezca, su naturaleza básica se expresará. Si son egoístas en su situación familiar presente, serán egoístas en su matrimonio.
Uno de los errores más grandes que cometen los jóvenes es casarse de prisa porque ya no aguantan vivir en casa. Pero hasta que tú aprendas a vivir en casa, aceptando y amando a los demás miembros de tu familia, en realidad no estás preparado para el matrimonio.
Antes de considerar el matrimonio necesitas estar seguro que tienes amor ágape por esa persona especial y que él o ella también tiene esa clase de amor por ti.
Un matrimonio feliz no es un matrimonio entre dos personas “perfectas” que por casualidad se conocen y se casan. ¡No existen las personas “perfectas”!
Un matrimonio feliz es un matrimonio entre dos personas imperfectas que se aman el uno al otro con un amor comprometido que no es egoísta. El amor ágape no es ciego—ve las faltas de la otra persona, pero las cubre con amor.
Cuando tú amas de verdad a una persona, no intentas cambiarla. La aceptas y la amas tal y como es. El amor ágape dice: “Te amo, no importa lo que suceda, y siempre te amaré“. Puedes ver por qué esta clase de amor es esencial para un matrimonio feliz y de éxito.
El amor ágape no es sólo para el matrimonio. Debemos desarrollar amor ágape por todas las personas. Cada persona es objeto del amor de Dios. Cada persona es sumamente preciosa para El. Su amor incluye a todas las personas y el nuestro deber hacerlo también.
Dios nos ha dado el ejemplo perfecto del amor ágape. El dio a Su Hijo para morir en la cruz por personas pecaminosas como tú y yo. La Biblia dice:
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8).
El amor de amistad.
Ese es el amor y el afecto tierno que tenemos por buenos amigos—personas con las que nos gusta estar. Debemos tener esta clase de amor tanto por personas de nuestro mismo sexo, como del sexo opuesto.
Los cristianos deben desarrollar un amor ágape sin egoísmo por todas las personas, pero no todos pueden ser amigos íntimos. La ilustración de la pirámide muestra cómo los objetos de nuestro afecto empiezan a disminuir cuando llegamos al nivel de amor de amistad.
Para tener un matrimonio feliz, necesitas tener amor de amistad por tu cónyuge para que puedan disfrutar estar juntos, hablando y compartiendo cosas el uno con el otro. Un matrimonio sin afecto tierno entre esposo y esposa no será satisfactorio aunque haya mucha pasión en la recámara.
Amor físico o sexual.
Este es el amor más especial y más íntimo que comparten un esposo y su esposa.
Debemos tener amor sexual con una sola persona—con la que estamos casados. La pirámide ilustra cómo nuestro afecto se reduce a una sola persona cuando llega al nivel de amor sexual.
En el principio Dios creó un hombre y una mujer. Estaban comprometidos el uno al otro para toda la vida. Este es el diseño de Dios para el matrimonio y para el amor sexual: Un hombre y una mujer comprometidos para toda la vida.
Dios diseñó las relaciones sexuales tanto como un medio para reproducir hijos como una fuente de placer. A través de las relaciones sexuales, un esposo y su esposa pueden expresar de manera total su amor el uno por el otro. Este es uno de los privilegios y bendiciones más grandes del matrimonio.
Para proteger esta bendición del amor sexual dentro del matrimonio, Dios dio este mandamiento: “No cometerás adulterio”.
Este mandamiento prohíbe toda impureza sexual. El adulterio es cualquier relación sexual entre una persona casada y otra persona que no sea su cónyuge. La fornicación es una relación sexual entre un hombre y una mujer no casados. Tanto la fornicación como el adulterio están prohibidos por Dios, junto con toda clase de pecado sexual.
Debemos comprender que Dios no se opone a las relaciones sexuales; se opone al uso indebido de las relaciones sexuales. Después de todo, las relaciones sexuales fueron idea de Dios. Dentro del matrimonio, son una de las bendiciones más maravillosas que podemos disfrutar. ¡Ese fue el plan de Dios!
Pero por hermoso que sea el amor sexual, nunca puede ser el fundamento para un matrimonio de éxito. Muchas parejas intentan construir su matrimonio sobre el fundamento del amor físico o sexual. El matrimonio quizás dure por un tiempo, pero cuando las tormentas de la vida lleguen, su matrimonio fracasará. La pareja descubrirá demasiado tarde que no puede edificar un matrimonio feliz y de éxito con el amor sexual como el fundamento.
Necesitamos las tres clases de amor
Hemos discutido las tres clases de amor—ágape, amistad y amor sexual. ¿Cuál de estas tres clases de amor crees que se necesita más en un matrimonio feliz? ¡La respuesta es todas! Es como una banca de tres patas—¡necesitas las tres patas para no caerte!
Sin embargo, es muy importante que estas tres clases de amor se unan en el orden correcto. En primer lugar, para un matrimonio feliz y de éxito, necesitas tener amor ágape—el amor que no es egoísta y que desea lo mejor para la otra persona. Después necesitas el amor de amistad—ese amor que permite que el esposo y la esposa disfruten estar juntos. Finalmente, en un matrimonio feliz hay amor sexual que satisface.
Desdichadamente, muchos jóvenes ponen énfasis en el amor físico o sexual. Se lanzan a la intimidad física sin averiguar si tienen amor ágape y de amistad el uno por el otro. Quizás parezca más emocionante, ¡pero es como intentar construir una pirámide de cabeza! No funcionará.
Una muchacha, cuyo matrimonio duró sólo cinco meses, les explicó la situación a sus amistades diciendo que su esposo no era capaz de tener amor verdadero. No estaba hablando de amor sexual. Esa había sido la gran atracción en primer lugar. Además, había cierto amor de amistad, porque les gustaba ir a los partidos de fútbol juntos y escuchar cierta clase de música.
¿Qué les hacía falta? El amor ágape—la clase de amor que no es egoísta y que busca lo mejor para la otra persona. Esta clase de amor produce un compromiso y permite que las personas permanezcan juntas y solucionen sus problemas.
Si tú valoras tu felicidad futura, evita involucrarte físicamente antes del matrimonio. Y no te cases hasta que estés seguro que tú y tu futuro cónyuge verdaderamente tienen amor ágape y de amistad genuina el uno por el otro.
El amor de Dios es el fundamento
Hemos considerado las tres clases de amor como los tres niveles de una pirámide. Pero una pirámide no se puede construir sobre arena. Necesita un fundamento sólido.
El fundamento sólido para nuestra pirámide es el amor de Dios. Nosotros mismos no podemos amar a otras personas como debemos. Pero una de las cosas maravillosas que sucede cuando Jesucristo llega a ser nuestro Salvador es que Dios pone Su Espíritu en nosotros. A través del Espíritu Santo, el amor de Dios se derrama en nuestros corazones. La Biblia dice:
“…Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. Romanos 5:5
El amor de Dios en nosotros hace que las cosas funcionen. Hace posible que amemos a otros como debemos. Nos capacita para amar a nuestras amistades como debemos. Nos permite amar a nuestro cónyuge como Dios desea que lo hagamos para que nuestros hogares puedan ser como un paraíso aquí en la tierra.
Necesitamos ser amados
Cada persona necesita ser amada por alguien que le es importante. Como esta necesidad es tan grande en los jóvenes, muchas veces buscan el amor de maneras equivocadas.
La Biblia dice:
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón”.
Esto significa que debes guardar tus afectos sobre todo lo demás. No tienes por qué estar “enamorado a ciegas”. No tienes por qué estar tan locamente encaprichado que hagas cosas tontas.
El amor verdadero no es ciego—debes usar tu sentido común al decidir si quieres o no involucrarte con alguien. No es necesario “enamorarte” de alguien. Puedes decidir no amar a alguien que no sea ideal para ti.
No tengas prisa. El tiempo es tu mejor amigo al decidir si hay amor ágape verdadero entre tú y otra persona o simplemente es un capricho o una atracción física.
La siguiente carta de “Patricia” relata la búsqueda de amor de una chica, los errores que cometió y cómo finalmente encontró el amor que buscaba tan desesperadamente. Patricia dice: “Me hubiera gustado recibir una carta como esta hace nueve años, pero no la recibí. Estoy escribiendo esta carta en cuanto a mi experiencia para las adolescentes que desean encontrar el amor verdadero de un hombre”.
Estimada jovencita:
Por todos lados observo a personas que se enamoran, aman, crecen con el amor que han encontrado—y eso me hace sentir más sola. Porque aquí me encuentro, habiendo concebido dos hijos: uno lo regalé y sola voy a dar a luz a otro. Lo único que quería era amor. Lo único que anhelaba era un hogar y brazos fuertes que me sostuvieran para que pudiera dormir toda la noche sin despertar. Quería que alguien estuviera conmigo cuando llegara la mañana.
Cuando tenía quince años, no me imaginaba que los próximos nueve años me traerían tanta desilusión, soledad y tristeza. Ahora que tengo veinticuatro años, sigo estando sola. Tú estás esperando que el amor llegue a tu vida, pero yo destruí la esperanza porque nunca estuve dispuesta a esperar. Tenía tantos deseos de amar que probé todo demasiado pronto, demasiado rápido—y ahora casi no queda nada.
El temor que tú sientes cuando amas a alguien y le dices: “No” a lo que te pide, y el dolor que podrías sentir si él te deja por haberte negado, te parece increíblemente devastador ahora—pero el dolor más grande viene cuando le dices: “Sí” y él se aburre de ti, y dice que no eres la chica con la que se quiere casar. Quizás no me quieras creer, pero es verdad.
Un hombre que de verdad te ama no pedirá primero tu cuerpo. Primero te pedirá que te cases con él. Querrá ser el que provea para ti y cumpla tus necesidades para que así tú puedas poner en él tu confianza y los secretos de tu alma. El apreciará la hermosura sagrada de tu regalo y lo cuidará con la ternura de un hombre que aprecia una perla que ha estado buscando por largo tiempo.
Valórate a ti misma, porque eres muy preciosa. No te vendas. Cualquiera que sea el precio, el amor que no está comprometido y dispuesto a esperar—no vale la pena.
Esperar quizás te parezca difícil. Piensas eso porque sigues siendo joven y eres impaciente como una niña. Aprende a ser paciente; es el principio de la auto-disciplina, una lección que se tiene que aprender tarde o temprano. Entre más pronto aprendas, más gozo tendrás y menos sufrirás. Yo lo sé. He tenido que aprender ahora, y quisiera haber aprendido antes.
Ahora hay un solo Hombre que me cuida. Ese Hombre es Jesucristo quien me ama así como estoy: cicatrizada, herida, quebrantada, ya no soy bonita y mis ojos delatan el secreto de mi soledad. Pero sólo a los ojos de El, sigo siendo una joven fresca con ojos que aún brillan como las estrellas y una sonrisa que no muestra mi dolor.
Su amor no se acaba. Me acompaña en la mañana y me ayuda a enfrentar un nuevo día. Su amor me ayuda a soportar el dolor de saber que no veré a mi primer hijo hasta llegar al cielo. Me sostiene al saber que voy a dar a luz a otro hijo que nunca debió haber existido—pues es el resultado del pecado de haberme vendido.
Creo que por fin he aprendido que no me puedo vender y salir ganando. Ahora hay sólo Uno al que le puedo dar mi todo sin que mi regalo se convierta en un sacrificio vano. Ahora hay sólo Uno que sabe quien soy. Sólo hay Uno que me considera hermosa, y soy de El.
Aprende del amor de El. No aprendas en las calles o en el asiento de un auto. Lo que recibirás allí en el nombre del amor es un veneno—la perversión de algo sagrado.
Aprende del amor verdadero del que ES amor. El te habló de Su amor hace mucho tiempo, y si puedes comprender esa verdad sencilla (la que les enseñamos a los niños) comprenderás que El es el fundamento de todo lo que has anhelado. Dios es amor: Cree esto y permite que esta verdad te lleve hasta la hermosura de ser verdaderamente una mujer.
Con amor,
Patricia
Dos amores
Construir una relación que durará toda una vida no es tarea fácil.
He experimentado dos clases de noviazgo—una que sigue la mentalidad de esta generación y otra que está edificada sobre el fundamento firme de los principios de Dios. Hay poco en común, y gran contraste entre las dos cosas.
Mi primer amor fue un chico que llamaré Samuel. Samuel había sido cristiano desde su niñez, y junto con su familia era responsable por mi conversión. Más allá, sólo había dos cosas que andaban bien en nuestra relación: ambos somos cristianos, y él es varón y yo mujer.
Puesto que nuestra relación se basaba en la atracción física, fuimos novios por cinco años con los problemas típicos de celos y egoísmo. Si no hubiéramos estado tan involucrados emocionalmente el uno con el otro, hubiéramos terminado mucho antes. Nos sentíamos miserables el uno con el otro, pero igualmente miserables cuando no estábamos juntos. Yo había conocido a Samuel por tanto tiempo que enfrentar la realidad de un futuro sin una relación con él era como adaptarme a un divorcio o a su muerte. Terminar esa relación fue terminar todo un capítulo de mi vida.
Sin buscar una nueva relación, un verano conocí a un joven llamado Ricardo. Sucedió que nos trasladábamos al trabajo en el mismo transporte, por lo que empecé a convivir casi una hora diaria con él. Al principio intenté conversar normalmente con él, pero después de dos semanas, decidí que o yo le parecía muy aburrida o él era un ermitaño.
Sin embargo, un día mencioné el juego de tenis, y él empezó a hablar sin parar. Yo estaba tan sorprendida cuando él me empezó a hacer preguntas en cuanto a la medida de mi raqueta y qué jugadas prefería, que inventé mis respuestas. ¡Nunca había visto un juego de tenis en toda mi vida!
Cuando me despedí ese día, de repente me di cuenta que había mentido y que al otro día tendría que confesar la verdad. Pero de alguna manera esa confesión rompió el hielo, y pasamos un lindo verano conociéndonos el uno al otro.
Desde ese momento en adelante, empezamos a pasar muchas horas conversando en persona y luego por medio de cassettes. Puesto que nuestra relación no incluía contacto físico (aunque sí había atracción física) conocimos nuestras metas, sueños y trasfondos. Incluso, sentí que conocía mejor a Ricardo que a cualquier otro chico—cristiano o no cristiano—porque conocía mejor su personalidad total. Mi emoción primordial en ese tiempo era de respeto que con el tiempo se convirtió en amor genuino.
El mundo sabe muy poco de esta clase de amor, la clase que dice: “Te conozco bien—conozco tus puntos fuertes y débiles—y te acepto de todos modos”. Cuando nos casamos un año después, los dos estábamos convencidos de que Dios nos había dado ese tiempo juntos y que nuestra relación había sido la voluntad de Dios. No fue hasta después del matrimonio que pude apreciar plenamente el significado de todo.
(Reimpreso del Discipleship Journal, 1983 de los Navegantes. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.)
- + 3. Diez motivos por los que debes esperar hasta el matrimonio
-
Como personas necesitamos desesperadamente ser amados por alguien que es importante para nosotros. Esto es especialmente cierto en los jóvenes. El simple hecho de saber que una persona del sexo opuesto piensa que tú eres atractivo o atractiva genera un sentimiento agradable en ti.
Cuando un muchacho y una muchacha se sienten atraídos el uno al otro y empiezan a pasar tiempo juntos, las emociones se acrecentan. Descubren lo agradable que se siente tocarse y acariciarse. Esto conmueve sus pasiones. Después de poco tiempo, se sienten atraídos hacia las relaciones sexuales y comienzan a pensar: “Si de verdad nos amamos, ¿Qué tiene de malo tener relaciones sexuales?“
Hay muchas razones por las que no debes tener relaciones sexuales antes del matrimonio. Pero todas las razones suman a una sola cosa: Lo que ganas al tener relaciones sexuales antes del matrimonio no compensa todo lo que pierdes.
¿Qué es lo que ganas? La excitación pasajera. Quizás placer momentáneo. Pero lo que pierdes al tener relaciones sexuales antes del matrimonio puede afectar toda tu vida. Veamos qué ganas y qué pierdes.
arruinan tus oportunidades de conocer el amor verdadero.Una chica comete un error trágico cuando intenta obtener el amor o aferrarse al amor al entregarse sexualmente. El amor verdadero puede llevar al compromiso, el matrimonio y las relaciones sexuales, pero las relaciones sexuales no conducen al amor verdadero.
Una chica de diecinueve años se había guardado pura durante todos sus años escolares y el primer año de la universidad. Tenía un novio que le gustaba mucho. La noche antes de las vacaciones de verano, ella cedió y tuvo relaciones sexuales con él. Pensaba: “¿Y por qué no? El me ama a mí y yo le amo a él”.
¿Qué sucedió? Durante las vacaciones, él casi no le habló ni le escribió a su “amante”. Cuando regresaron al siguiente ciclo escolar, él dejó caer una bomba. Le dijo: “Tú no eres la chica que esperaba que fueras”. Esa última noche que pasamos juntos fue una pesadilla. Me hiciste sentir vergüenza. Después de eso, nunca me podría casar contigo. Siempre me quedaría con la duda de que hubieras hecho lo mismo con otros. “Esta ha sido la desilusión más grande de mi vida”.
impiden que llegues a conocer algún día lo mejor de Dios para ti.Una de las ideas equivocadas referente a las relaciones sexuales es que son sólo una excitación física que debes disfrutar con quien quieras. Esto hace que las relaciones sexuales sean baratas y carezcan de significado, además no toma en cuenta ciertas verdades de cómo somos creados.
Las relaciones sexuales no son simplemente un acto físico. En las relaciones sexuales, tú y la otra persona se hacen una sola persona. Es una experiencia tan íntima que parte de ti permanece para siempre con la otra persona y una parte de esa persona permanece contigo. Cuando llegues a casarte, te darás cuenta que nunca podrás entregarte al 100% a tu cónyuge. ¿Por qué? Porque le has dado parte de ti mismo a otro. Tomar esto a la ligera, no sólo es insensato, sino que muestra una ignorancia total de cómo Dios nos ha hecho.
lastiman tu auto-estima.La Biblia dice que los jóvenes deben aprender a dominar sus cuerpos con honor y no seguir los caminos de los inmorales. La pureza de un joven es su posesión de mucho valor. Desdichadamente, muchos no se dan cuenta hasta que es demasiado tarde.
Algunas veces una chica tiene muchos deseos de amor, y se equivoca, pensando que el deseo sexual del muchacho es el amor que ella busca, y cede. En muchas ocasiones, ese muchacho no la ama realmente ni la respeta como persona. El desea tener relaciones sexuales y ella está disponible, así que la utiliza para obtener lo que él quiere. Después de un tiempo, él se aburre de ella. Ella es como la ropa en la tienda de segunda mano—“Un poco usada, pero muy barata”.
Ella ya no tiene a donde ir en busca de amor más que con otro muchacho que busca relaciones sexuales. Ella vale menos a sus propios ojos y a los ojos de los demás.
te pueden dejar toda una vida con un sentir de culpa.Dios te ha dado una conciencia y tú tienes que vivir con ella. Una mujer de 42 años escribió:
Tú puedes obtener unos momentos de “placer emocionante” al tener relaciones sexuales antes del matrimonio, pero ¿valdrá la pena?
pueden ser una gran desilusión.¿Descubren los jóvenes que las relaciones sexuales son tan emocionantes y satisfactorias como pensaban que serían? La respuesta es ¡No!
En una encuesta sobre las relaciones sexuales prematrimoniales que se realizó en una clínica grande para madres solteras, la pregunta que se les hizo a las madres solteras fue: “¿Le pareció a usted la experiencia sexual agradable, le resultó una desilusión o le pareció desagradable?“
Cincuenta por ciento contestó: “Fue una desilusión“, treinta por ciento dijo que fue “desagradable o asqueroso” y sólo veinte por ciento dijo que había sido “agradable”.
Bajo las circunstancias correctas, las relaciones sexuales pueden ser una experiencia excitante y emocionante, como Dios lo planeó. Pero fuera del matrimonio es probable que sea una desilusión. Una muchacha embarazada de dieciséis años dijo:
son peligrosas.Tener relaciones sexuales antes del matrimonio puede exponerte a enfermedades venéreas. La muchacha “fácil”, que no es de ninguna manera prostituta, puede ser fuente de cualquiera de esta clase de enfermedades. De la misma manera, los muchachos pueden ser “portadores”. Las enfermedades venéreas pueden causar infecciones serias, la ceguera e incluso la muerte. Se pueden transmitir a los hijos con resultados desastrosos. Algunas de estas enfermedades no tienen cura.
Una muchacha que había tenido relaciones sexuales con sólo un novio pensaba que no corría peligro. Se sorprendió demasiado cuando el doctor le dijo que tenía una infección. Una investigación “venérea” mostró que el muchacho había tenido relaciones sexuales con sólo una chica más. Pero esa chica había tenido relaciones sexuales con cinco hombres, los cuales a su vez habían estado con diecinueve mujeres, algunas de ellas siendo prostitutas. La muchacha que pensaba que su relación había sido limitada a una sola persona, había tenido contacto—a través de él—con por lo menos noventa y dos personas.
pueden arruinar tu vida.Los jóvenes que experimentan las relaciones sexuales fuera del matrimonio se deben preguntar: “¿Qué haremos si esto resulta en un embarazo?”
Una persona que visitó un hogar para madres solteras dijo: “Nunca puede uno olvidar esa mirada de falta de esperanza en los rostros de las chicas que no saben qué les espera en el futuro—chicas que no saben si algún día conocerán el amor verdadero o tendrán un hogar feliz”.
No son solamente las chicas “fáciles” las que se embarazan, sino también las chicas “buenas”. El aborto podría parecer una solución fácil ante un embarazo no deseado, pero no lo es. Esa opción te puede dejar con un terrible sentimiento de culpa que te atormentará el resto de tu vida. La siguiente carta relata una historia familiar:
“En junio de 1982, me di cuenta que estaba embarazada. Tenia 18 años y me faltaban dos meses para ingresar a la universidad. Mi novio era un cristiano carnal al igual que yo y decidimos optar por un aborto, porque no queriamos enfrentar a nuestras familias y amistades. Buscamos una salida “facil”.
“Después del aborto, me enfrenté al dolor emocional, derramé muchas lágrimas y me arrepentí totalmente por la decisión. Hasta este día sigo arrodillándome y llorando–¡suplicándole! al Senor que me dé Su amor bondadoso aunque hice algo tan malo!
“Lucho mucho con la incertidumbre de saber si Dios me dará una segunda oportunidad. El es un Dios tan amoroso qué creó con todo mi corazón que sí es Dios y sin embargo, siempre cargo una conciencia llena de culpa. Siento que Dios me ha abandonado y me desanimo tanto por la pesadilla de mi pasado. ¿Me perdona Dios? Creo que sí lo hace, sin embargo siento que el pecado simplemente fue demasiado grande.”
Debemos dejar en claro que nadie necesita pasar por la vida con una carga tan pesada de culpa. Jesucristo murió por nuestros pecados. Dios perdona a cualquiera que lo recibe como su Salvador.
pueden resultar en GRANDES problemas.Algunas veces los muchachos dicen: “Si quedas embarazada, siempre nos podemos casar”.
Quizá sea cierto, pero el matrimonio es un asunto bastante serio. Significa tomar una responsabilidad por la cual quizás no estés preparado. El matrimonio no es sólo romance a la luz de la luna y flores; ¡incluye la luz del día, los pañales sucios y la loza que se tiene que fregar! Considera esta carta:
“Tengo 17 años y mi vida ya está arruinada. Tino y yo fuimos novios por seis meses y luego empezamos a hacer cosas que no teníamos derecho de hacer. Quedé embarazada.
“Los dos dejamos de estudiar y nos casamos de inmediato. Mis padres pensaban que sería mejor que nos fuéramos del pueblo, así que lo hicimos. Odio mi vida y lo que le he hecho a Tino. El bebé llora todo el tiempo y pone de malas a Tino. Tino toma demasiado y no puedo culparlo. Vivimos en un departamento de lo peor y no hay dinero para ir al cine a comprarnos ropa. Tino nunca me dice nada, pero sé que debe odiarme porque le metí en todo esto. Tengo miedo que también odie al bebé. Nunca lo carga ni le presta atención.
“Hay momentos cuando creo que todo esto es una pesadilla y que me despertaré en mi casa en mi propia cama, me vestiré e iré a la escuela con los jóvenes que tanto me gustaban. Pero sé muy bien que esa época ya pasó para mí y que estoy atrapada.
“No estoy escribiendo para pedir consejos. Es demasiado tarde para eso. Sólo estoy escribiendo con la esperanza de que esta carta se imprima para beneficio de los otros adolescentes que creen que saben todo—igual que yo lo creía”.”
pueden convencerte que te cases con la persona equivocada.Si tienes relaciones sexuales con alguien antes de casarte, quizás pienses que has encontrado el amor verdadero, cuando en realidad sólo es la excitación de la atracción sexual. Te casas, y luego descubres que te casaste con la persona equivocada. Descubres demasiado tarde que no es amor verdadero, sino sólo atracción sexual.
pueden arruinar tu matrimonio.Algunas personas creen que si logran llegar al altar, todo saldrá bien. Pero no es así. Un matrimonio feliz y de éxito no es fácil bajo las mejores circunstancias, pero cuando se empieza mal, casi es imposible lograrlo.
Las relaciones sexuales antes del matrimonio reducen en gran manera tus posibilidades de tener un matrimonio feliz. Una razón es que los que juegan con las relaciones sexuales antes del matrimonio tienen la tendencia de hacerlo también después del matrimonio. Nunca se sienten satisfechos—siempre están buscando una nueva emoción.
Algunas veces las parejas se involucran en relaciones sexuales antes del matrimonio, y cuando se casan las cosas aparentemente marchan bien. Pero han sembrado semillas de duda y de desconfianza que rendirán fruto amargo más adelante.
Una pareja que había estado casada por 20 años fue a consejería con el doctor Henry Brandt, intentando evitar que su matrimonio se desintegrara.
El esposo dijo: “Mi esposa no confía en mí”.
“Tú tampoco confías en mí”, replicó la esposa. “Nunca hemos confiado el uno en el otro”.
¿Por qué nunca se habían tenido confianza? Porque habían tenido relaciones sexuales antes del matrimonio. El resultado fue 20 años de sospechas y desconfianza que finalmente arruinaron su matrimonio.
Hemos considerado diez razones prácticas por las que debes evitar las relaciones sexuales antes del matrimonio. Pero hay una razón que es más importante que todas estas diez razones. Es esta: Son pecado porque Dios dice que son pecado.
Nada puede cambiar eso. Dios ha dicho de manera muy clara que las relaciones sexuales fuera del matrimonio son pecado. En la Biblia esto se llama fornicación, y es uno de los pecados que causan más daño.
La Biblia dice:
“Huid de la fornicación…el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. 1 Corintios 6:18
Dios desea que sepamos que las relaciones sexuales dentro del matrimonio son santas y puras a Sus ojos y tienen Su bendición. Pero Dios juzgará a los que cometen fornicación y adulterio. La Biblia dice:
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”. Hebreos 13:4
La Biblia dice que las relaciones sexuales fuera del matrimonio y toda clase de relaciones sexuales anormales o pervertidas son pecado. Las personas suelen decir que los tiempos han cambiado. Es cierto que los tiempos han cambiado, pero Dios no ha cambiado, ni ha cambiado Su mente en cuanto a estas cosas. La Biblia dice:
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones (los homosexuales)…heredarán el reino de Dios”. 1 Corintios 6:9-10
Dios desea que tengamos lo mejor
Muchos jóvenes no comprenden por qué Dios nos dice que no tengamos relaciones sexuales antes del matrimonio. Algunos incluso piensan que Dios no desea que disfrutemos del sexo, pero eso no es verdad en absoluto.
La verdad es que Dios no nos dio mandamientos en cuanto a las relaciones sexuales para impedir que las disfrutáramos, sino para que sí pudiéramos disfrutar las relaciones sexuales al máximo por el período de tiempo más largo posible.
Para ilustrar lo que quiero decir, pensemos en los trenes. Algunos de los trenes más rápidos del mundo están en Japón. ¡Unos de esos trenes normalmente viajan a velocidades de más de 200 kilómetros por hora y en ocasiones alcanzan 250 kilómetros por hora!
¿Cómo pueden esos trenes lograr velocidades tan altas? La razón es que corren sobre vías que son excelentemente diseñadas y construidas con precisión. Las vías permiten que esos trenes corran a su velocidad máxima.
Supongamos que uno de esos trenes dijera: “Estoy aburrido de andar siempre sobre las mismas vías. Me restringen demasiado. Quiero ser libre para ir a donde yo quiero ir y hacer lo que yo quiero hacer”. Así que el tren se sale de la vía y se va por el campo.
En verdad está libre ahora—ya no está limitado por las vías. Bueno, sí está libre, pero ya no puede correr a 200 kilómetros por hora. Incluso, ya no corre. Más bien, está atorado en el lodo. Y allí se quedará hasta que algo más poderoso que él lo levante, lo limpie y lo vuelva a colocar sobre las vías.
Es igual con las relaciones sexuales. Dios ha puesto las “vías”—no para impedir que disfrutes las relaciones sexuales, sino para que puedas disfrutarlas al máximo por el período de tiempo más largo posible. Satanás te ofrece la emoción de “salirte de la vía”, pero terminarás en el lodo.
Es posible que alguien que está leyendo esta lección diga: “Pero yo ya me salí de las vías. ¿Hay esperanza para mí?”
¡Sí, hay esperanza para ti! Jesucristo puede levantarte del lodo de tus pecados y fracasos, limpiarte y volverte a poner sobre las vías.
En una ocasión, algunos líderes religiosos llevaron ante Jesús a una mujer culpable de adulterio. Arrojaron a esta mujer ante los pies de Jesús y dijeron: “Maestro, esta mujer fue atrapada en adulterio, en el mismo acto. La ley de Moisés mandaba que una mujer de esta clase fuera apedreada (muerta a pedradas). Pero, ¿Tú que nos dices?”
A esos hombres no les interesaba la mujer. Simplemente la estaban utilizando como medio para meter a Jesús en problemas. Si Jesús hubiera dicho: “No la apedreen“, se hubiera estado oponiendo a la ley de Moisés. Pero si hubiera dicho: “Apedréenla“, hubiera tenido problemas con el gobierno romano.
Jesús no les contestó de inmediato. Se agachó y empezó a escribir en la arena. Cuando los hombres siguieron insistiendo que Jesús tomara una decisión, El se paró y dijo: “El que esté sin pecado, que arroje la primera piedra”.
Los que le escucharon se sintieron convencidos de su pecado por sus conciencias y uno por uno se fueron. Jesús perdonó a la mujer por sus pecados y le dijo: “Ve, y no peques más“ (Juan 8:3-11).
Jesús desea perdonarte a ti y limpiarte ante los ojos de Dios. El derramó Su preciosa sangre en la cruz para que tú pudieras ser perdonado por tus pecados. Su sangre te puede limpiar de todos tus pecados. La Biblia dice:
“…La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. 1 Juan 1:7
No debes tener temor de venir ante Jesús. El perdonó a la mujer que fue sorprendida en el mismo acto del adulterio. El es el Amigo de los pecadores, y te invita a venir ante El. Jesús dijo:
“Al que a mí viene, no le echo fuera”. Juan 6:37
A ti te corresponde venir ante El; a El le corresponde recibirte. El no sólo perdonará tus pecados, sino que puede librarte de cualquier pecado que te esté atando. Jesús dijo:
“Si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”. Juan 8:36
Si esto es lo que deseas de verdad, busca un lugar donde puedas estar a solas con el Señor. Dile de tus pecados. Dile todo. El no te rechazará. Dale las gracias por morir en la cruz por tus pecados. Pídele que te limpie con Su preciosa sangre que fue derramada por ti.
Obtén una Biblia o un Nuevo Testamento y empieza a leer el Evangelio de Juan. Al leerlo, subraya las palabras “creer“ y “creáis“. Nota especialmente los siguientes versículos:
Juan 3:16-18
Juan 5:24
Juan 1:10-12
Juan 6:37
Juan 3:36
Juan 20:31 - + 4. Comprendiendo el deseo sexual
-
Al convertirse un adolescente en adulto, él o ella se empieza a dar cuenta de una nueva fuerza muy poderosa en su cuerpo. Esa fuerza poderosa es el impulso sexual. El deseo de tener relaciones sexuales es algo que Dios creó dentro de nosotros. No es sucio ni malo.
El deseo sexual fue idea de Dios—no nuestra. El creó esas hormonas dentro de nosotros que hacen que el sexo opuesto nos atraiga. Las relaciones sexuales, como las diseñó Dios, son hermosas. ¡Ninguna cosa creada por Dios podría ser menos!
El impulso sexual no es pecaminoso, pero Dios nos dice que debemos controlar ese deseo. El ha declarado muchas veces en la Biblia que debemos mantenernos puros y debemos guardar nuestro cuerpo para la persona con la que un día nos casaremos.
El impulso sexual se puede comparar al hambre. No es pecado tener hambre, pero sí es pecado robar comida para satisfacer nuestra hambre. De la misma manera, el impulso sexual en sí mismo no es pecado, pero sí es pecado si satisfacemos ese deseo de la manera equivocada.
El impulso sexual como lo planeó Dios
Dios creó todos los seres vivientes con la capacidad de reproducirse. Los animales tienen un impulso sexual poderoso que une al macho y a la hembra para el coito. Sin embargo, en el caso de los animales, el impulso sexual es en ciertas temporadas. La hembra sólo recibe al macho durante el tiempo en que ella está en celo. El resto del tiempo, ella no tiene interés alguno en el coito. Aparentemente, en el caso de los animales, Dios diseñó el impulso sexual sólo con el propósito de la reproducción.
Con los seres humanos es diferente. Dios nos dio el deseo sexual tanto como el medio para la reproducción como un medio por el cual el esposo y la esposa pueden expresarse de manera más completa su amor el uno por el otro.
En realidad, hay varias maneras en que Dios nos pudo haber creado. El nos pudo haber hecho con un impulso sexual sólo en ciertas temporadas, como en el caso de los animales, pero eso sólo nos hubiera permitido disfrutar poco de las relaciones sexuales. También nos pudo haber creado con un deseo sexual constante, pero eso hubiera hecho que la vida fuera casi intolerable.
Dios tenía algo mejor para nosotros que cualquiera de estas dos alternativas. El nos creó con un deseo sexual potencial que puede ser activado al ser estimulado.
Esto significa que un esposo y una esposa pueden vivir juntos sin ser controlados por sus apetitos sexuales. Pero pueden, en el momento oportuno, estimular el deseo sexual el uno al otro.
Dentro del matrimonio, el fuerte deseo sexual que surge cuando se estimulan el esposo y la esposa se puede satisfacer legítimamente a través de las relaciones sexuales. Así lo diseñó Dios.
Pero estos mismos deseos y pasiones fuertes se pueden estimular fuera del matrimonio. Sin embargo, en ese caso, no hay ninguna solución legítima para esos deseos estimulados. Detenerse sin consumar las relaciones sexuales produce frustración, y cumplir el acto es fornicación—uno de los pecados más dañinos que puede cometer un joven. Es por eso que la Biblia nos advierte que fuera del matrimonio no debemos estimular el deseo sexual que es tan fuerte.
Podemos comparar el deseo sexual con una caldera de vapor. Cuando se activa un fuego en la caldera, el agua que está adentro se convierte en vapor. Este vapor está bajo una presión tremenda, pero viene provista de un escape apropiado. El vapor es utilizado para impulsar una turbina que produce electricidad. Sin embargo, si uno enciende un fuego en una caldera que no tiene un escape seguro para el vapor, la caldera explotará.
Las relaciones sexuales son un hermoso regalo de Dios, pero no debes encender el fuego de la pasión sexual al menos que tengas una válvula de seguridad apropiada para la tremenda presión física y emocional que resultará. La única válvula apropiada que acepta la Biblia es el matrimonio. Fuera del matrimonio, es malo estimular el deseo sexual.
Los varones son estimulados visualmente
Todos nuestros sentidos juegan un papel en la estimulación sexual, pero hay una diferencia en la manera en que los muchachos y las muchachas reaccionan. Las muchachas son estimuladas principalmente por las caricias, pero los muchachos son estimulados tanto por lo que ven como por lo que tocan.
Una muchacha que lleva puesta ropa ajustada, una blusa escotada, o una minifalda puede excitar sexualmente a un muchacho. Algunas muchachas saben eso muy bien. Saben exactamente cómo vestirse, cómo caminar, cómo sentarse y cómo moverse para estimular a los muchachos. Esto es malo, porque causa que los muchachos piensen cosas pecaminosas.
Las muchachas algunas veces tratan de justificarse diciendo: “Si los muchachos no tuvieran mentes sucias, no pensarían esas cosas“. Pero la Biblia nos enseña que si nosotros hacemos que otro peque, nosotros también estamos pecando.
Ver cuadros o fotografías lujuriosas, leer revistas diseñadas para producir lujuria, escuchar música con ritmo y palabras diseñadas para producir lujuria e ir al cine para ver películas llenas de escenas de lujuria—todas éstas son cosas que “encienden el fuego“ de la lujuria sexual y de la pasión. La Biblia nos advierte en contra de eso. La Palabra de Dios dice:
“Vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne”. Romanos 13:14
Tener relaciones sexuales nunca es una emergencia
Al tratar de comprender el deseo sexual, los jóvenes deben saber que sí pueden decirle no al impulso sexual sin sufrir ningún daño en absoluto. El deseo sexual es distinto al hambre porque uno no puede sobrevivir mucho tiempo sin comer, pero sí puede vivir indefinidamente sin satisfacer el impulso sexual y no sufrir daño alguno. Sin lugar a dudas, las relaciones sexuales son importantes, pero no son esenciales para poder disfrutar la vida. Muchas personas viven toda su vida sin relaciones sexuales, y aun así tienen vidas llenas y felices.
Algunas veces un muchacho se excita tanto a través de las caricias y otras formas de estímulo que le dice a su novia: “Ya hemos llegado hasta aquí, ¡tienes que permitirme tener relaciones sexuales contigo!“ Por la forma en que lo dice, parece que algo terrible le va a suceder si ella no cede, pero eso no es cierto. Si no tienen relaciones sexuales, él no sufrirá ningún daño en absoluto. Sin embargo, no es sabio permitir que las cosas lleguen a tal punto en primer lugar.
Una palabra especial para los muchachos: El adolescente tiene deseos sexuales muy fuertes al ir madurando. Su cuerpo está produciendo miles y miles de espermatozoides. Estos espermas se acumulan en su cuerpo. Si no es casado y vive una vida de pureza, habrá momentos en que su “almacén” se llene demasiado. Dios ha diseñado el cuerpo humano para que cuando esto suceda, el exceso de semen se escape durante el sueño. Esto se conoce como emisión nocturna o sueño mojado. Esto es perfectamente normal para un joven, y no tiene por qué sentir vergüenza. Más bien, debe ser un motivo de acción de gracias al Señor por el alivio que se siente.
Lo que Jesús dijo en cuanto a la lujuria
El Señor Jesús dijo unas cosas muy fuertes en cuanto al asunto de la lujuria. Jesús dijo:
“Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”. Mateo 5:28
Jesús dijo que no es necesario cometer el mismo acto de adulterio para ser culpable de ese pecado. El dijo que si sientes lujuria por una mujer, ya has adulterado con ella en tu corazón.
David fue un gran hombre de Dios. Escribió muchos Salmos. Fue el rey más grande que tuvo jamás la nación de Israel. Pero David permitió que la lujuria lo venciera y cometió dos de los peores pecados que puede cometer una persona.
La Biblia nos dice exactamente cómo sucedió eso. Una noche, David estaba caminando en la azotea de su palacio cuando vio abajo a una mujer hermosa que se bañaba. Algunas veces uno no puede evitar ver algo por el primer instante, pero David siguió mirando hasta que el fuego de la pasión estaba ardiendo en su corazón. El mandó a traer a Betsabé, y cometió adulterio con ella.
Después de un tiempo, Betsabé mandó a decirle a David que estaba embarazada. Puesto que el esposo de Betsabé había estado lejos con sus obligaciones militares por algún tiempo, David se dio cuenta que su pecado de adulterio pronto quedaría expuesto.
Para poder cubrir su pecado y a la vez tener la oportunidad de casarse con Betsabé, David hizo arreglos para que el esposo de Betsabé fuera muerto. Luego, se casó con ella.
Aparentemente había escondido bien sus pecados de adulterio y asesinato, pero la Biblia dice que “esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová“.
Dios envió al profeta Natán para confrontar a David con su pecado de adulterio y asesinato. David se arrepintió de corazón por sus pecados, y los confesó a Dios. David oró:
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado”. Salmo 51:1-2
Por medio de esto, podemos ver que a David de verdad se le quebrantó el corazón por sus pecados. Dios perdonó a David y le restauró a la comunión consigo Mismo. Pero David siguió recogiendo las consecuencias de sus pecados. La Biblia dice:
“No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará”. Gálatas 6:7
A causa de los pecados de David, Dios le dijo a través del profeta Natán que la espada nunca dejaría su casa. Eso quería decir que David tendría mucha tristeza y tragedia en su familia. Y así sucedió, tal como lo había dicho Dios a través del profeta.
El hijo que le nació a Betsabé murió. Amnón, otro hijo de David, violó a su media hermana, Tamar. Absalón asesinó a Amnón. Más adelante Absalón también dirigió una rebelión en contra de su padre y fue muerto en la batalla. Estas fueron las terribles consecuencias del pecado de David.
A través de este relato del gran pecado de David, podemos aprender dos lecciones importantes:
- Aunque podemos ser perdonados por nuestros pecados, tendremos que sufrir las consecuencias de nuestras acciones.
- Algunos pecados tienen terribles consecuencias que duran toda la vida.
Quizás tú digas: “Pero eso no me sucederá a mí“. ¡Pero sí te puede suceder! David era un gigante espiritual, pero ni siquiera él fue suficientemente fuerte para vencer su lujuria una vez que había permitido que su pasión se estimulara. Tampoco tú podrás vencer tu lujuria si permites que ésta se estimule. Nadie puede continuamente buscar y permitir la excitación sexual sin caer en pecado.
Los Mandamientos de Dios con referencia a las relaciones sexuales
Para proteger el maravilloso don de las relaciones sexuales, Dios nos ha dado ciertos mandamientos. Consideremos algunos de ellos.
No causes que otros pequen.
La Biblia dice que es pecado que un hombre desee a una mujer con lujuria en su corazón. De la misma manera, es pecado que la mujer deliberadamente se vista y se comporte de una manera que cause que el hombre sienta lujuria.
No permitas que otros te hagan pecar.
Jesús dijo: “Todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado” (Juan 8:34). Algunos que han caído en la inmoralidad sexual se gozan cuando logran hacer caer a otros. Hablan de ser “libres” para hacer lo que desean hacer, a la misma vez que están atados por sus pecados. La Biblia dice:
“Les prometen [a otros] libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción”. 2 Pedro 2:19
Evita la fornicación.
La fornicación es cuando un hombre y una mujer no casados tienen relaciones sexuales voluntariamente. Este pecado tiene consecuencias desastrosas. La Biblia dice:
“…Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo…Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. 1 Corintios 6:13,18
Evita los deseos sexuales anormales.
Cualquier desviación de la relación normal de hombre y mujer en la relación sexual es un mal uso y abuso de la naturaleza sexual que Dios ha implantado en nosotros. En Su Palabra Dios dice:
“Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron”. Levítico 20:13
La Biblia dice que Dios destruyó las ciudades de Sodoma y Gomorra por su costumbre de practicar la homosexualidad. La Palabra de Dios dice que eso es una advertencia para todos los que viven vidas pecaminosas (2 Pedro 2:6).
No coquetees.
Coquetear estimula los deseos sexuales en otra persona que tú no puedes satisfacer legítimamente. No debemos encender los fuegos de la pasión en otra persona. Eso es pecado ante los ojos de Dios.
Manténte puro.
Esto significa que debes evitar toda inmoralidad sexual. No hay mejor regalo que le puedas dar a tu futuro esposo o esposa cuando te cases que el regalo de la pureza. Lo mismo es cierto en el caso de los muchachos como de las muchachas.
No des ni tomes lo que un día le podría pertenecer por derecho a otra persona.
Una de las cosas tan malas de la fornicación es que los que cometen ese pecado están dando o tomando algo que un día le podría pertenecer por derecho a otra persona. El muchacho que cede su pureza le está quitando a su futura esposa algo que le pertenece por derecho a ella. La chica que cede su pureza está defraudando a su futuro esposo de lo que por derecho le pertenece. Sus compañeros son igualmente culpables. Dios juzgará a los que hacen eso. La Biblia dice:
“Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto”. 1 Tesalonicenses 4:6
Evita las cosas que encienden la lujuria.
La Biblia nos advierte de los peligros de estimular y excitar los deseos sexuales fuera del matrimonio. La Biblia dice:
“Huye también de las pasiones juveniles”. 2 Timoteo 2:22
La manera de “huir de las pasiones juveniles” es darle la espalda totalmente a cualquier cosa que conduce a la lujuria. La lujuria podría parecer inocente, pero es un enemigo mortal.
Supongamos que un muchacho tenga compromiso para salir con una chica en la noche. Antes de ir por ella, lee una revista que está diseñada para producir lujuria. Mira las fotografías que estimulan su deseo sexual. Escucha un cassette que tiene palabras y un ritmo que producen lujuria. Pasa por su novia y la lleva al cine. ¿Adivina qué clase de película la llevará a ver?—Una llena de lujuria, diseñada para excitar las pasiones sexuales. ¿Está huyendo de las pasiones juveniles ese joven? No, más bien las está promoviendo.
Después de la película, se van a un parque solitario. Ambos han sido excitados por lo que han visto y escuchado. Empiezan a acariciarse y dentro de poco tiempo están involucrados en relaciones sexuales. ¿Deben sorprenderse por eso? No, no deben sorprenderse. Es el resultado lógico de todo lo que sucedió antes. La Biblia dice:
“¿Tomará el hombre fuego en su seno sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas sin que sus pies se quemen?” Proverbios 6:27-28
Así como no puede uno andar sobre brasas ardientes sin quemarse, tampoco puede continuamente buscar y permitir la excitación sexual sin caer en pecado.
Las relaciones sexuales son un don maravilloso de Dios
Las relaciones sexuales son un don maravilloso de un Dios amoroso. Dan vigor al matrimonio y sabor a la vida. Son una experiencia tan excitante que permiten que el esposo y la esposa verdaderamente sean uno solo. La Biblia dice:
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”. Efesios 5:31
Esta unión incluye más que la simple unión física. Es la unión de dos personas—en cuerpo, alma y espíritu. Se disfrutan al máximo las relaciones sexuales cuando tanto el esposo como la esposa son cristianos, y por lo tanto son “uno en el Señor“. Cuando este es el caso, experimentan una unidad que va más allá de cualquier otra cosa en el mundo.
Dios ha bendecido las relaciones sexuales dentro del matrimonio. En Su Palabra Dios dice:
“Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre”. Proverbios 5:18-19
Puedes ver a través de estos versículos que Dios sin duda está a favor del romance en el matrimonio. A Dios le agrada mucho ver un matrimonio gozoso y un hogar feliz. Si tú llegas a estar casado por cincuenta años, Dios desea que tú y tu cónyuge tengan cincuenta años llenos de amor.
Suponiendo que llegues a estar casado por cincuenta años, tu línea del tiempo se parecerá al dibujo de abajo.
Considerando el tiempo relativamente corto del noviazgo y el tiempo largo del matrimonio, seguramente es para tu propio bien esperar el tiempo y las circunstancias de Dios.
Supongamos que un tío rico te prometiera un regalo de diez mil pesos cuando cumplieras tus dieciocho años. Además, supongamos que cuando te los diera, te animara a gastar el dinero con cuidado prometiendo que la cantidad que aún tuvieras ahorrada al cumplir los 21 años ¡te la daría mensualmente por el resto de tu vida!
Con una promesa como esa, serías un joven sabio al no gastar tu dinero en tonterías. Más bien, esperarías el tiempo en que obtendrías más por más tiempo.
Esto se aplica al don maravilloso de las relaciones sexuales. Puedes “gastarlo todo” en el placer momentáneo y cosechar amargura por tu pecado, o puedes esperar el tiempo correcto y disfrutarlas al máximo por el período de tiempo más largo posible.
Para resumir lo que estamos diciendo: No debes sacrificar los beneficios a largo plazo de las relaciones sexuales a cambio del placer momentáneo de la excitación sexual.
Cuida tu corazón.
No es fácil ser paciente—queremos las emociones ahora mismo. No es fácil “guardar tu corazón“. No es fácil negar tu apetito sexual. No es fácil evitar los sentimientos de envidia al mirar a los que parecen estar disfrutando la emoción de las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Pero el camino de Dios es el mejor.
Como el autor de estas lecciones, ¿me permites compartir contigo un testimonio personal? En este año mi esposa y yo hemos cumplido 59 años de casados llenos de amor y esperamos pasar más años juntos. Dios nos ha dado seis hijos, y hemos pasado muchos días felices.
También hemos vivido tragedias—nuestro hijo mayor fue muerto en un accidente cuando tenía sólo siete años.
Estábamos muy enamorados cuando nos casamos, pero nuestro amor se ha profundizado y fortalecido a través de los años. Mi esposa tiene una hermosura especial que sólo tiene una mujer cuando está enamorada de un hombre, y es amada por el hombre que ella ama.
Muchas veces mi esposa y yo le hemos dado gracias a Dios que nos guardamos el uno para el otro y no jugamos con las relaciones sexuales antes del matrimonio. Seguimos siendo novios—¡nos gusta tomarnos de las manos! Es fantástico estar tan enamorados el uno del otro durante todos estos años.
Quizás tú digas: “¡Eso es hermoso!” Sí, lo es. Así lo planeó Dios. ¡Así desea que sea tú matrimonio!
(par Pastor George Gardner)
Una dulce adolescente entró a mi oficina en la iglesia y dijo francamente: “Pastor, necesito hablar con usted. Tengo un problema”.
Le pregunté: “¿Cuál es tu problema?“
“Mi novio”, confesó ella.
“¿Qué tiene tu novio?”
“No sé, es que siempre que salimos, las cosas terminan mal. He descubierto algo, los muchachos cristianos de nuestra iglesia son mucho más interesados en las relaciones sexuales que los muchachos que yo conocía antes de ser cristiana”.
Pensativamente afirmé: “Desafortunadamente, muchas veces eso es cierto“.
Ella continuó: “¿Qué debo hacer? Deseo servir al Señor. Deseo ser buena cristiana. Quisiera tener buen testimonio y ser pura. ¿Qué debo hacer? No quiero terminar siendo una solterona. No quiero terminar olvidada”.
Le aseguré: “Jovencita, no creo que corres mucho peligro de ser solterona, pero continúa”.
Insistió: “Bueno, ¿qué debo hacer?“
“Te quiero preguntar algo. ¿Es cristiano tu novio?“
Ella me contestó: “Usted lo conoce, pastor. Dice ser cristiano“.
“Y tú eres cristiana, ¿verdad?“
“Así es”. Le pregunté: “¿Has pensado en orar antes de salir con tu novio?“
“¿Orar antes de salir a pasear?“
“Sí, ¿por qué te parece tan extraño eso?”
“Los demás pensarían que soy un poco santurrona si oro antes de pasear. Está bien orar por una reunión en una iglesia o antes de ensayar el coro. También en la Escuela Dominical. Pero ¿orar antes de pasear? ¿Quién ora antes de pasear?“
“Bueno, por todo lo que me acabas de decir, creo que es tiempo de que empieces. Si él no te propone que oren antes de salir, ¿por qué no se lo propones tú? Pídele a Dios que bendiga su paseo“.
Ella dijo: “Sin duda eso cambiaría el comportamiento de mi novio”.
“Eso era lo que querías, ¿o no? Vale la pena intentarlo, ¿no lo crees? El Señor dijo que hagamos todo en oración…así que no tiene nada de malo”.
Sin duda, esa idea nunca le había cruzado por la mente antes, pero estaba satisfecha y dispuesta a intentarlo. Unas semanas después, volvió a verme. Estaba sonriendo.
Le pregunté: “Bueno, ¿cómo te fue?“
“¡Fantástico! ¡Hermoso! ¡Increíble!“
Curioso pregunté: “¿Qué fue lo que sucedió?”
“Me recogió en mi casa, y nos subimos a su auto. El estaba a punto de encender el auto cuando dije: ‘Espera un momento’. El exclamó: ‘¿Por qué?’ Le pregunté: ‘¿Adónde vamos a ir hoy?’ Me dijo que no sabía, y le dije: ‘Entonces creo que te voy a decir lo que yo quiero hacer ahorita mismo’. El preguntó qué era y le contesté: ‘Quiero que oremos acerca de lo que vayamos a hacer esta tarde'”.
Ella continuó: “Si le hubiera echado un pastel de crema a la cara, no se hubiera sorprendido más”.
El se quedó allí sentado y luego dijo: “¿Quieres hacer qué? ¿Quieres hacer QUE COSA?”
Ella dijo: “Somos cristianos, ¿verdad?”
“Sí”.
“Amamos al Señor, ¿verdad?”
“Sí”.
“Deseamos hacer Su voluntad en nuestras vidas, ¿verdad?”
“Sí”.
“No queremos hacer nada malo, ¿verdad?”
“No”.
“¿Entonces por qué no oramos antes de salir? ¿Por qué no oras tú?”
El contestó: “¡Yo no! Fue tu idea, ora tú”. Ella continuó: “Le pedí al Señor que pusiera Su mano sobre nosotros, que tuviéramos buen testimonio y que nos divirtiéramos. Pastor, le quiero decir que desde entonces, nuestros paseos han sido de lo mejor. Las cosas van de maravilla. Y siento que mi novio me respeta y admira de verdad, algo que no había sentido antes”.
- + 5. Lo que cada joven necesita saber sobre El Noviazgo
-
Una de las cosas emocionantes en la adolescencia ¡es que los muchachos descubren a las muchachas! Aquella niña flaca que el muchacho fastidiaba repentinamente se ha convertido en un cuadro de hermosura femenina. ¡Y ahora él disfruta estar con ella!
El deseo de asociarse con alguien del sexo opuesto es tan natural como el sol que se levanta por las mañanas. Esto nos trae al tema del noviazgo.
¿Qué es el noviazgo? El noviazgo es una relación entre un muchacho y una muchacha, en la que cada uno se compromete a no salir con otra persona. Casi todos quieren tener alguien con quien hablar—con quien compartir sus alegrías y sus problemas.
Los novios pueden pasear de diferentes formas. Pueden pasear en grupos, con varias parejas. Pueden pasear con otra pareja. O pueden pasear solos.
Es preferible que al principio de un noviazgo, paseen en grupos. Salir con otros jóvenes a excursiones, fiestas, funciones de la escuela y reuniones de la iglesia son paseos ideales para los que inician un noviazgo. Es un ambiente más relajado y no tienen que llevar la responsabilidad para que la conversación no sea aburrida. Es natural después salir con otra pareja. Salir solos debe ser más adelante. Definitivamente no deben empezar el noviazgo paseando solos.
Los beneficios del noviazgo
Ser novios no sólo es agradable, sino que tiene beneficios reales:
El noviazgo te ayudará a desarrollarte socialmente. Estar con alguien del sexo opuesto al principio será incómodo, pero esto te ayudará a aprender cómo sentirte cómodo con alguien del sexo opuesto.
El noviazgo te ayudará a desarrollar tu personalidad. Aprenderás cómo enfrentar situaciones difíciles y cómo crecer y madurar en tus relaciones con otros.
El noviazgo te ayudará a escoger a tu cónyuge. Casi todos los jóvenes desean casarse algún día. El noviazgo es una manera de conocer a tu posible compañero de matrimonio. Es invalorable porque te ayuda a decidir con qué clase de persona deseas casarte.
El Peligro del noviazgo
También hay peligro en el noviazgo. El peligro es que tú hagas algo que pueda dañar seriamente tus posibilidades de felicidad futura y de tener un matrimonio de éxito. Es fácil que los jóvenes piensen: “Tengo toda mi vida por delante. Las decisiones que tome hoy no cambiarán nada”.
¡Pero sí te afectarán! Tu noviazgo y las cosas que haces en el presente decidirán la calidad de tu vida y tu futuro matrimonio.
¿Quién puede ser tu novio o novia?
Cuando tú aceptas a alguien como tu novio o novia, en realidad estás aceptando a esa persona. Debes conocer algo de esa persona—su reputación y su trasfondo—antes de salir con él o ella.
Cada señorita y joven debe saber que es mejor quedarse en casa que salir con la persona equivocada.
Debes tener como novio o novia a una persona que cree las mismas cosas que tú crees. Hay mucho peligro al tener como novio a alguien cuyas creencias religiosas son muy diferentes a las tuyas.
¿Cuándo inicia un noviazgo?
Joven, cuando una señorita que te agrada aparentemente se interesa en ti, no debes suponer que ya es tu novia. Debes preguntarle si quiere ser tu novia. En la mayoría de los casos, también es recomendable pedir permiso a los padres de ella.
“¿Cómo invito a mi novia a salir conmigo?”
Joven, no debes suponer que porque tienes novia es seguro que ella querrá ir a donde tú quieras y a la hora que tú quieras. Por cortesía debes invitarla con anticipación, no a la última hora. Cuando le hables por teléfono, siempre dile quién está hablando. Habla con claridad y confianza.
Tu invitación debe ser cortés y específica. Por ejemplo, podrías decirle: “Hola Claudia. Habla Sergio. ¿Te gustaría acompañarme al juego de básquetbol el viernes por la noche?”
No le preguntes: “¿Qué planes tienes para el viernes?“ Ella tiene el derecho de saber qué le propones antes de contestar. Siempre debes decirle qué clase de evento será para que ella sepa qué ropa vestir. También debes decirle la hora y el lugar para que ella avise a sus padres. Si surge algún cambio en tus planes, debes decirle a tu novia, para que ella avise a sus padres.
Si tu novia no desea salir contigo, acepta su respuesta con gentileza. No tienes derecho de insistir que ella te explique por qué no acepta tu invitación.
“¿Cómo acepto las invitaciones de mi novio?”
Señorita, debes responder a las invitaciones con cortesía. Si quieres y puedes aceptar, debes decirle a tu novio que agradeces la invitación y que aceptas salir con él. Si no, simplemente le puedes decir algo así: “Lo lamento, pero no puedo ir. Gracias por invitarme”. Si tienes un buen motivo, y deseas decirle por qué no puedes ir, está bien. Pero no debes mentir.
Señorita, tú no tienes que sentirte obligada a aceptar cada invitación de tu novio. Si no deseas salir a algún lugar, dile eso.
Pero una vez que aceptas una invitación, cumple.
Tus padres deben saber el propósito y el destino de tu paseo y la hora en que piensas regresar a casa.
Los buenos modales entre novios
Joven, cuando pases a casa de tu novia, debes acercarte a la casa y recogerla desde la puerta. ¡Nunca le toques la bocina desde tu auto, ni le silbes desde la esquina!
Joven, si los padres de tu novia están en casa, diles donde piensas llevar a su hija y pregunta a qué hora desean que ella esté de regreso. Señorita, si tus padres no te fijan una hora en que debes regresar a casa, fíjate una hora tú misma. Ningún joven tendrá en alta estima a una novia que él puede recoger y dejar a la hora que él quiere.
A menos que haya un arreglo especial, el novio es el que debe pagar los gastos de los paseos. Cuando el novio esté pagando los boletos o la cena, la novia debe hacerse a un lado. Si la novia comparte los gastos, debe darle su parte del dinero de antemano y permitir que él pague todo.
En un restaurante, el joven le debe preguntar a la novia lo que desea cenar, y él debe pedir para los dos. Joven, debes ser franco en cuanto a tu presupuesto. Señorita, debes ser considerada del presupuesto de él.
Joven, si tus planes en cuanto a donde van a ir cambian, o si se les hace tarde, no se te olvide pedirle a tu novia que avise a sus padres, y tú también debes avisar a los tuyos. Esta es una acción responsable que agradecerán los padres.
Es responsabilidad del joven asegurarse que la novia llegue a su casa a la hora indicada. Pero no puede retirarse hasta que la novia le da las buenas noches y entra a su casa. Así que, señorita, tú tendrás que tomar la iniciativa de despedirte. Puedes hacerlo diciendo de manera agradable: “Disfruté la tarde. Muchas gracias por llevarme”.
“¿Qué tal si no tengo novio/novia?”
No todos los jóvenes tienen novios. Incluso, sólo la mitad de los adolescentes tiene novio. Debes saber que no es el fin del mundo si tú formas parte de la mitad que no tiene.
Concéntrate en ser amable, honesto y en interesarte en los demás. Asea tu cuerpo y tu mente. Si no eres muy inteligente, esfuérzate más. No siempre son los que tienen mucho talento los que salen ganando—son los que se esfuerzan más y nunca se dan por vencidos.
Intenta sobresalir en alguna cosa. Aprende a tocar un instrumento o desarrolla una habilidad que te ayude a tener más confianza en ti mismo. Sé generoso con palabras amables y sonríe con frecuencia.
No tienes que ser hermoso o hermosa físicamente para ser una persona hermosa. Los jóvenes expresan eso de manera maravillosa. Algunas veces dicen que cierta persona es hermosa, tenga o no un rostro hermoso. El punto es que la persona es agradable. Tiene cualidades internas que le hacen hermosa.
Esfuérzate por desarrollar tu personalidad y tus habilidades. Esfuérzate por ser la clase de persona que debes ser. Si es voluntad de Dios que te cases, la persona indicada llegará a tu vida algún día y te descubrirá a ti. Vale la pena esperar.
“¿Qué debo hacer cuando paseo con mi novio o novia?”
Uno de los motivos principales para el noviazgo es conocer mejor a tu novio o novia. Sin duda deseas saber cómo es alguien en realidad antes de comprometerte a pasar el resto de tu vida con ella.
No puedes conocer a alguien sólo al pasar horas y horas besándose y abrazándose. Quizás eso sea agradable, pero no les ayudará a conocerse mejor. Algunas personas han sido novios por varios años, paseando tres o cuatro veces por semana. Sin embargo, cuando se casan se dan cuenta que no se conocen el uno al otro en lo mínimo.
Evita este error conociendo bien a esa persona antes de tener un compromiso formal. No puedes conocer a alguien simplemente viendo películas o televisión juntos. Sé creativo y busca otras cosas que hacer, como lavar y encerar el auto. Quizás puedan hacer repostería. Aprendan juegos juntos. Hablen en serio en cuanto a sus prioridades. No conocerás mejor a la otra persona con conversaciones como la siguiente:
“Te amo”.
“Yo también te amo”.
“Creo que tienes ojos muy bonitos”.
“A mí también me gustan tus ojos”.Cuando estés con tu novio o novia, evita hablar de ti mismo al menos que te haga preguntas directas. Por otro lado, siempre es buena idea preguntarle a tu novio o novia en cuanto a sus intereses personales. Será bueno si cada vez que paseen juntos, le digas por lo menos dos veces que estás disfrutando el paseo.
“¿Qué me dice de los besos en el noviazgo?”
Para ti, ¿qué significa un beso? Algunas señoritas dicen que simplemente es una manera de decir: “Gracias“. Pero, entonces, ¿por qué no decir simplemente: “Gracias”?
Señorita, si tú das un beso en el primer paseo con tu novio, ¿qué harás más adelante cuando establezcan una relación más especial?
“¿Qué me dice del noviazgo formal?”
Establecer un noviazgo formal—con compromiso matrimonial—no es buena idea si tienes menos de dieciocho años. Antes de esa edad, no has tratado a suficiente gente como para decidir que “esta persona es la única“.
Tener un noviazgo formal tiene ventajas y desventajas. Una de las ventajas es que pueden sentirse seguros en su relación. No tienen que estar siempre preocupados de que el otro los deje por cualquier cosa.
Esto parece un arreglo cómodo, pero tiene unas desventajas peligrosas.
Una de las desventajas es que se pueden sentir demasiado seguros el uno del otro. Pueden desarrollar costumbres de descuido. Después de todo, ¿por qué ser caballeroso, si la tienes segura?
Otra desventaja es que al formalizar un noviazgo, los demás jóvenes los tratarán diferente, y tendrán menos oportunidad de conocer a otras personas. Conocer a muchas personas diferentes es importante antes de escoger un cónyuge.
Pero el aspecto más peligroso de ser novios formales es que muchas veces conduce a tener relaciones sexuales. Muchos jóvenes que formalizan su noviazgo nunca tuvieron intenciones de tener relaciones sexuales, pero el contacto frecuente e íntimo el uno con el otro, produjo una confianza que los llevó al acto sexual.
Quizás tú digas: “Pero yo no soy esa clase de persona”. Quizás no, pero eso les sucede a miles y miles de adolescentes cada año, y sí te puede suceder a ti también.
“¿Cómo termino un noviazgo?”
Después de ser novios por un tiempo, es posible que te des cuenta que tu pareja no es la persona indicada para ti y desees terminar la relación. Pero, ¿cómo puedes terminar sin lastimar mucho a la otra persona?
Terminar un noviazgo siempre va a producir dolor, pero algunas cosas ayudarán a sanar las heridas. No optes por simplemente desaparecer de la vida de la otra persona sin una explicación. Cuando llegue el momento de terminar, no lo hagas por teléfono ni por carta. Asegúrate de decírselo personalmente.
Sé honesto, pero sé amable. Sé breve y no digas cosas que lastiman. Si en verdad no son el uno para el otro, algún día ambos se darán cuenta que terminar era lo mejor.
Después de terminar, no publiques los detalles con tus amigos. Ni siquiera hables del tema—¡y punto!
12 Reglas que te ayudarán a evitar problemas
Algunas de estas reglas son para jóvenes y señoritas. Otras son especialmente para las muchachas, y otras son especialmente para los muchachos. Empezaremos con las reglas que son para ambos:
Aprende a decir: “No”.
La palabra más importante para cualquier adolescente es aprender a decir la pequeña palabra de dos letras: “No”. Aprende a decir esta palabra firmemente y con decisión. Dile: “No” al grupo que está haciendo cosas malas. Dile: “No” al muchacho o a la muchacha con falta de moralidad que quiere arrastrarte a ti. Dile: “No” a tus propios deseos y lujuria.
Fija tus normas antes de iniciar un noviazgo.
Decide cumplir tus normas, aunque pierdas a tu novio o novia.
Mantén “un toque de queda”—o sea, fija una hora para llegar a tu casa cada noche.
Si tus padres no fijan una hora, fíjala tú mismo. Andar de paseo muy tarde por la noche no es otra cosa que buscarte problemas.Nunca te sientes en un parque solitario ni estaciones tu auto “sólo para conversar”.
Es peligroso en más de una forma. El lugar más seguro para conversar con tu novia es en la sala de la casa de ella, siempre y cuando sus padres estén en casa.
No se acaricien.
Las caricias son como la marihuana—cada vez hace falta más. La muchacha que entrega cualquier parte de su cuerpo a cambio de un noviazgo sale perdiendo.
No coquetees.
Es un pecado prender los deseos sexuales de otra persona si no puedes satisfacerlos legítimamente.
Cuida tu mente.
Evita las revistas sucias y la música, las películas y los programas de televisión malos. Una mente limpia es invaluable, pero no puedes tener una mente limpia si la llenas de basura.
Especialmente para las señoritas
Escoge con cuidado a tu novio.
No salgas con un muchacho antes de presentárselo a tus padres. No salgas con un muchacho si tu padre o uno de tus hermanos lo desaprueba fuertemente. Los hombres conocen mejor a otros hombres. Lo mismo es cierto en cuanto a las mujeres, pues pueden percibir el carácter de otras mujeres más fácilmente que los hombres.
Ten cuidado cómo te vistes.
Quizás digas una cosa con tus labios y otra muy diferente con la manera en que te vistes.
No camines deliberadamente a lugares de tentación.
No entres en la casa de tu novio, ni lo dejes pasar a la tuya, sin que haya otra persona en casa. Muchos jóvenes creen que no es problema hacer eso, pero descubren, con tristeza y remordimiento, que estar solos produjo tentaciones que no pudieron resistir.
Especialmente para los jóvenes
Practica un deporte todos los días.
Te sentirás mejor y será más fácil controlar tus deseos sexuales si practicas algún deporte todos los días. El ejercicio canalizará tu energía y aliviará las tensiones que algunas veces sientes. Después de dos horas de fútbol o básquetbol o de correr 8 ó 9 kilómetros, no es probable que hagas cosas indebidas con tu novia por la noche.
Toma el liderazgo en asuntos espirituales.
Dios requiere las mismas normas de pureza en los jóvenes que en las señoritas. Dios también espera que los hombres asuman el liderazgo en asuntos espirituales. ¿Por qué no empezar ahora durante el noviazgo?
Una norma excelente es esta: No hagas nada con tu novia que no quisieras que otro hiciera con tu futura esposa.
Señorita, califica bien con tu novio
De acuerdo a una entrevista, hay diez cualidades que a los jóvenes les interesan más en cuanto a su novia:
1. Que sepa conversar
2. Que sea atractiva
3. Que se comporte de manera femenina
4. Que sea ordenada
5. Que no sea muy exigente
6. Que sea puntual
7. Que tenga una personalidad agradable
8. Que sea amigable
9. Que tenga un buen sentido del humor
10. Que tenga una actitud madura (que no se ría de todo)
Todas estas características se pueden desarrollar. Una chica puede mejorar su habilidad para conversar; puede llegar a ser atractiva al ser limpia y pura, sin importar si es “hermosa” o no. Puede aprender a portarse como toda una dama, a ser ordenada, puntual, tener una buena personalidad, ser amigable y tener un buen sentido del humor.
Señorita, cuando estés con tu novio, hazlo sentir que te interesas en él. Míralo de frente cuando le hables. Escucha con cuidado cuando él te habla. Conversa de lo que le interesa a él. No hables de tus novios pasados y no digas chismes. Si pasean con otras personas, recuerda enfocarte en él. Relájate y compórtate de manera natural.
Joven, califica bien con tu novia
En la misma entrevista, las señoritas mencionaron diez cosas que les gustan más en su novio—en orden de importancia:
1. Que sea caballeroso y cortés
2. Que sepa conversar
3. Que tenga buen humor (limpio y sano)
4. Que sea puntual para iniciar los paseos y para terminarlos
5. Sincero—que aprecie a su novia por lo que ella es en el interior
6. Considerado
7. Divertido
8. Que tenga una personalidad agradable
9. Amable
10. Que sepa escoger lugares y compañeros sabiamente
Joven, mira bien esta lista. No se menciona nada de ser rico o guapo. Las cosas que las muchachas han enumerado como importantes para ellas se pueden desarrollar. Empieza ahora a adquirir estas características.
Las muchachas también mencionaron varias cosas que NO les gustan de sus novios, como las siguientes:
- Los que insisten en las caricias íntimas
- Los que son vanidosos
- Los que proponen paseos a última hora
- Los que no le dicen a la novia a dónde van a ir cuando salen.
(Reimpreso con permiso, COMPASS Magazine, The Christian and Missionary Alliance, New York, N.Y.)
- + 6. Cómo decir: “¡No!”
-
Decir: “No” puede suceder en un parque solitario, pero tiene que nacer en tu corazón mucho antes.
La mayoría de los jóvenes desea y anhela un matrimonio feliz, pero muchas de las decisiones relacionadas con un matrimonio feliz se toman mucho antes de que dos personas digan: “Acepto“.
Tu novio o novia y las cosas que haces con él o ella influirán mucho en la calidad de tu vida después del matrimonio.
Le preguntaron a una persona reconocida que escribe consejos sobre las relaciones entre chicos y chicas por qué dirige la mayor parte de sus consejos sobre las relaciones sexuales a las chicas y no a los chicos. Su respuesta fue breve pero directa—“Porque las chicas son las que quedan embarazadas“.
Es un hecho verdadero que las chicas son las que sufren más cuando un noviazgo sale de los límites. Si resulta un embarazo, el cuerpo de la chica es el que cambiará. La sociedad generalmente le echa la mayor parte de la culpa a ella: “Debió cuidarse“. Eso nos parece injusto, pero así son las cosas.
Lo que cada señorita debe saber en cuanto a los jóvenes
Hay unas diferencias básicas entre los dos sexos que cada muchacha debe saber. El varón es diferente a la mujer, no sólo físicamente sino también de otras maneras. Básicamente, los hombres son agresivos y tienen deseos sexuales muy fuertes. Las mujeres, por naturaleza, suelen ceder o someterse.
Los muchachos se excitan rápidamente. Sus deseos sexuales se despiertan rápidamente y no siempre están relacionados con el amor. Cuando un muchacho dice: “Te amo”, quizás quiera decir simplemente: “Quiero tener relaciones sexuales contigo”. El deseo sexual NO es evidencia del amor verdadero.
Por otro lado, las muchachas tienen la tendencia de pensar en el amor en términos de sus sentimientos románticos. Una chica anhela que alguien con brazos fuertes la abrace, la ame y la cuide. Ella no está pensando principalmente en las relaciones sexuales. La muchacha típica de ninguna manera desearía tener relaciones sexuales con un joven al menos que estuviera convencida que ella lo ama y que él la ama. Pero no es siempre así con los muchachos. Un joven puede desear tener relaciones sexuales con una chica sin que le importe como persona.
Se ha dicho que una chica se entregará sexualmente para conseguir amor, y un chico entregará su “amor” para conseguir relaciones sexuales. Las chicas necesitan comprender que no pueden conseguir amor verdadero al entregarse sexualmente. La clase de “amor” que da un muchacho para conseguir relaciones sexuales NO es amor verdadero.
Supongamos que Dámariz salga a pasear con Luis y que le guste mucho. Van a un lugar solitario y él empieza a hacer avances muy fuertes. Le dice cuánto la ama. Empieza a respirar de manera agitada y sus manos andan vagando. Ella no necesita leer un libro para darse cuenta de lo que él tiene en mente.
Si ella no conoce los hechos reales de la vida, quizás piense algo así: “Luis desea tener relaciones sexuales conmigo. Yo no desearía tener relaciones sexuales con alguien sin amarle, así que sin duda Luis me ama“.
¡Un momento, Dámariz! No te adelantes con ese razonamiento. El deseo sexual por sí solo NO es evidencia ni muestra del amor verdadero.
La mayoría de los jóvenes sabe que una chica no accederá al menos que esté convencida que él la ama. Así que Luis aprovecha esa frase: “Te amo, Dámariz, y siempre te amaré. Quiero que tú seas mi única novia. Un día nos casaremos”. Es mejor que Dámariz no se deje engañar por esas palabras. Debe guardar su corazón.
Debes saber distinguir
Señorita, por el bien de tu futuro, DEBES saber distinguir entre el amor verdadero y el amor falso que puede ser simplemente lujuria o atracción sexual.
El amor verdadero—la clase de amor sobre el cual se puede construir un matrimonio—no es egoísta. Desea lo que es mejor para la otra persona. Está dispuesto a esperar y sacrificarse.
El amor falso, o la lujuria, por otro lado, es completamente egoísta. Desea la satisfacción inmediata, pese a las consecuencias para la otra persona.
Supongamos que tú salgas a pasear con un muchacho y él te diga: “Te amo de verdad. Si tú me amas, demuéstramelo“. Al decir esto, él quiere decir: “Demuestra que me amas entregándote sexualmente a mí“.
¿Te ama realmente? No, ¡no te ama! Si realmente te amara, él desearía lo que es mejor para ti. Pero, por el contrario te está pidiendo que:
Entregues tu pureza…
Cometas un pecado terrible…
Pierdas el respeto de ti misma…
Dañes tu reputación…
Y te arriesgues a meterte en problemas que podrían arruinar tu vida.¿Acaso es eso amor verdadero? ¡No, no lo es! Lo que él desea es excitarse a costa tuya. Un muchacho que ama de verdad a su novia desea lo que es mejor para ella, y preferiría cortarse el brazo derecho antes de hacer algo que la lastime a ella.
¿Qué tienen de malo las caricias íntimas?
Al decir “caricias íntimas” me refiero a tocar el cuerpo de otra persona de manera promiscua. Esto incluye los abrazos, los besos, las caricias e incluso la exploración de las partes más eróticas de los cuerpos del uno y del otro. No incluye el acto sexual.
Muchos jóvenes y señoritas se involucran en las caricias íntimas, y no les parece que sea nada malo, porque ninguno de los dos tiene intenciones de llegar a las relaciones sexuales. Pero casi siempre terminan haciendo lo que no tenían intenciones de hacer. ¿Por qué? Porque no comprendían “la ley de los rendimientos decrecientes” con referencia a lo sexual.
¿Cuál es “la ley de rendimientos decrecientes“? Simplemente es: Lo que te satisface ahora en el área de la estimulación sexual, no será suficiente satisfacción más adelante.
La primera vez que un muchacho le toma la mano a una muchacha, ¡es una sensación emocionante! El se siente totalmente satisfecho—por un tiempo. Después de un tiempo, él deseará seguir con algo más emocionante. A esas alturas, quizás un beso sencillo provea la nueva emoción que él busca. Sin embargo, después de poco tiempo, él buscará un beso más íntimo o cierta clase de caricia.
Tanto los jóvenes como las señoritas necesitan comprender esto con referencia a las caricias: Lo que te satisface ahora, no te satisfará más adelante. Entre más hagas, más desearás.
Los que son novios por un período largo de tiempo, casi siempre se vuelven más y más íntimos. Tienen la tendencia de iniciar cada “sesión de caricias“ donde terminaron la última vez. Pronto se involucran sexualmente y dicen: “Nunca fue nuestra intención llegar hasta ese punto“. No creas que eso no te puede suceder a ti. Aun el acero se derrite si es expuesto a temperaturas suficientemente altas por un tiempo suficientemente prolongado.
Cómo decir: “No”
Hemos dicho que los muchachos se excitan rápidamente. Las muchachas se excitan más lentamente. Esta característica creada por Dios es la protección de las señoritas—les permite poner un alto cuando las cosas corren peligro de salirse de los límites.
Por si acaso tú no sabes cuáles son “los límites“, los límites son cuando las manos del joven empiezan a recorrer tu cuerpo. Cuando eso sucede, él está intentando excitarte sexualmente. Si tú permites que él continúe, despertará sensaciones en ti que no podrás controlar.
Con algunos muchachos, el simple hecho de quitar su mano vagabunda callada pero firmemente, diciendo: “Por favor, no hagas eso“, será suficiente para dejar en claro tú mensaje. Con otros muchachos, quizá sea necesario darle una bofetada en la cara. Si un joven no acepta tu “No“, insiste cortésmente que te lleve a casa— INMEDIATAMENTE.
Correrá la voz entre los muchachos que tú NO eres esa clase de chica. Sin duda, eso causará que algunos muchachos (la clase que no debes tener como novio) dejen de interesarse en ti. Pero a la misma vez, podría crear un nuevo interés de parte de otros (la clase que sí debes tener). Algunas veces podría parecer que no es así, pero sí hay jóvenes buenos que buscan a muchachas buenas y puras.
Si de verdad se aman, las relaciones sexuales no son necesarias para tener una relación satisfactoria. Hay muchas maneras de expresar amor.
Al caminar por un recinto universitario una noche…me encontré con una pareja muy enamorada. Al llegar cerca del complejo de dormitorios de chicas, vieron que había mucha gente en la entrada. La pareja no quería hacer su despedida muy obvia a los demás. Cuando se acercaron más, ella sonriendo miró su rostro, puso un dedo sobre su barba y de manera muy dulce y personal, dijo: “Fue una tarde muy agradable. Me gustas mucho”.
Al entrar ella corriendo al dormitorio, él se dio media vuelta y se fue con una mirada tan llena de satisfacción que yo sabía que él no se daba cuenta qué se había perdido. Incluso, era evidente que no se había perdido de nada verdaderamente importante. Ella le había dicho todo lo que un joven desea escuchar de su novia. Ella le dijo que disfrutaba estar con él, que había pasado un rato agradable y que le gustaba mucho—y se lo dijo de manera muy especial.
Claro está, ¡esa chica no se la pasaba tocando la barba de todos los muchachos! El gesto fue importante para él, porque sabía que era sólo para él y le demostraba que él era especial para ella.
Joven, recuerda que Dios desea que tú tomes el liderazgo en estos asuntos. Tú debes tomar tu parte de la responsabilidad. No obligues a tu novia a decir: “No“. Trátala como tú deseas que otro joven trate a la muchacha con la que un día te casarás.
Algunas veces quizá sea necesario que le expliques a tu novia algunas cosas. Muchas chicas no tienen idea de cuantas cosas ellas hacen que excitan sexualmente a los muchachos.
Fernando y Gina se querían mucho. Habían sido novios por mucho tiempo cuando Fernando decidió hablar con Gina. Le dijo algo como esto: “Te amo mucho, tanto así, que te quiero a mi lado para siempre. Pero cuando te sientas sobre mis piernas, mis emociones son casi incontrolables. Así que toma asiento en una silla para que podamos cenar a gusto”.
Al hablar así, Fernando estaba tomando su parte de la responsabilidad en su relación.
Detener los avances sexuales cuando ya están avanzando rápidamente no es fácil, pero sí se puede lograr. Una señorita puede decir: “Tengo hambre. Vamos a algún lugar para cenar“. Una muchacha me dijo que cuando las cosas se pusieron demasiado intensas en una ocasión, ella encendió el auto y le dijo a su novio: “Si no manejas tú, manejaré yo“. Otra chica me dijo que en una emergencia empezó a decir de memoria Juan 3:16.
Si tú eres cristiano, puedes decir: “Tal vez parece que estamos solos, pero no lo estamos. Jesucristo está aquí con nosotros ahora mismo. No quiero hacer nada que le haría sentir vergüenza de mí“.
Decide ahora que dirás: “No”
Quizás tengas que decir: “No” en un parque solitario, pero la decisión tiene que suceder en tu corazón mucho antes. Las tentaciones sexuales sin duda llegarán tanto para muchachos como para muchachas. Debes prepararte desde ahora para tales situaciones.
Tarde o temprano probablemente estarás con alguien del sexo opuesto que te dirá que desea tener relaciones sexuales contigo, o que te permitirá tener esa experiencia. Cuando eso suceda, tus emociones quizás estén excitadas y tal vez no tengas mucho tiempo para decidir cómo reaccionar. Debes decidir de ante mano qué harás en una situación similar.
Prepárate ahora para esa situación. Decide ahora que deseas tener amor precioso en tu vida, no sexo barato. Decide ahora que vas a guardarte para tu cónyuge matrimonial.
Cuando llegue el momento de decir: “No”, dilo con firmeza y como tu última palabra. No puedes decir un “tal vez” en esta situación. Nunca debes permitir que alguien te presione para hacer algo que no deseas hacer, o algo que sabes que no debes hacer. No es cuestión simplemente de un noviazgo; es todo tu futuro. Tu felicidad futura depende en gran manera de tú decisión de mantenerte puro o pura para la persona con la que un día te casarás.
Dile claramente a tu novio o novia que no piensas tener relaciones sexuales con nadie antes de casarte…¡Punto y aparte! Dile a tu novio: “Un día me casaré, y entonces las relaciones sexuales serán como Dios quiere que sean. Pero mientras tanto no voy a echar a perder las cosas“.
“Pero no quiero perderlo”.
Las chicas continuamente se enfrentan a situaciones como ésta: “Mi novio está tratando de convencerme que tenga relaciones sexuales con él. Sé que no debo, pero tampoco quiero perderlo“.
Señorita, quizás tú piensas que la mejor manera de no perder a tu novio es permitirle que haga contigo lo que él quiera, pero existen miles de muchachas que te podrían decir por experiencia propia que no funciona así. La mayoría de las veces, cuando una chica, sabiendo que no es correcto, permite que su novio tenga relaciones sexuales con ella, termina perdiendo tanto su pureza como a su novio.
Puede ser que una muchacha nunca entienda por qué su novio la dejó después de que ella accedió y permitió que él hiciera precisamente lo que le había estado rogando. Pero la razón es sencilla: Para muchos varones, la emoción es la conquista. Después de que ha logrado conquistar a la muchacha, pierde interés en ella, y busca otro reto. La pobre chica se queda atrás, intentando volver a armar el rompecabezas de su vida de la mejor manera.
Hay otra razón por la que un muchacho deja a su novia después de que ella cede. Deja de respetarla. Muchas veces un muchacho convence a su novia que tenga relaciones sexuales con él, lo cual le satisface por un tiempo. Pero después la novia llega a ser “fácil“ a sus ojos, y con el tiempo se siente atraído por otra chica con normas más elevadas.
Señorita, decide ahora que dirás: “No” a las relaciones sexuales antes del matrimonio, aunque eso quiera decir que pierdas a algún novio que te guste mucho. Dile francamente a tu novio: “Creo que te gustaré más y me respetarás más si nuestra relación sigue como hasta ahora. De cualquier modo, no me voy a arriesgar a tener relaciones sexuales antes del matrimonio“.
Cualquier joven decente debe respetarte por tener normas altas y apegarte a ellas. Si pierdes a tu novio por tus normas, sabrás que lo que él quería era relaciones sexuales—no el amor.
Enfrentemos la realidad, chicas, hay muchachos que dejarán a sus novias si no se acuestan con ellos. Pero si un muchacho te deja a ti por decir: “No“ a las relaciones sexuales antes del matrimonio, puedes estar segura que él NO es el hombre que Dios ha escogido para ti. Quizás te guste mucho, pero no es el único joven en el mundo. Dios tiene muchos jóvenes—¡y tiene al indicado para ti!
¿Tienen también los muchachos la responsabilidad de decir: “No”?
Sí, ¡definitivamente tienen la misma responsabilidad! Algunos jóvenes creen que existe una norma para las chicas y otra norma para ellos. Pero no hay dos normas ante los ojos de Dios. El espera la misma pureza de los muchachos que de las muchachas. No puedes violar las leyes de Dios sin sufrir las consecuencias. Esto es lo que escribió un joven:
Tengo 16 años. Tengo un problema serio. Le hice el amor a una muchacha de 16 años a quien amo de verdad. Me avergüenzo de mi pecado. Mis padres son cristianos y se esforzaron por criarme bien. Ellos están abrumados…perdí a la única persona que jamás amé por eso de hacer el amor antes del matrimonio.
Susana dice que me ama, pero mis padres piensan que ella no es una buena muchacha, sólo porque hicimos el amor. Para ser honesto, fue la primera vez para los dos.
Estoy muy herido y también Susana está muy herida. No sé que hacer…Amo a esa chica y no quiero perderla…
Si tan sólo tuviera una segunda oportunidad.
Algunas veces no es el joven el que insiste—puede ser una chica “fácil” que anda en busca de relaciones sexuales. Joven, si te involucras con una chica como esa, prepárate para una vida de miseria, porque seguramente la tendrás.
Una persona sabia es una persona que puede prever las consecuencias de sus acciones y se comporta teniendo eso en mente. Si tú eres sabio, aprenderás a decir: “No”—
“¡No!” a tus deseos y pasiones.
“¡No!” a la chica “fácil” que no tiene normas o moralidad.
“¡No!” a los amigos que quieren que hagas cosas que te avergonzarán.
Claro, tienes deseos sexuales fuertes, pero tú puedes controlarlos. No tienes que permitir que tus deseos te controlen a ti.
El hombre que se conquista a sí mismo y que conquista sus pasiones llega a ser fuerte y noble. Algún día será un buen esposo para una mujer. Ella podrá confiar en él porque sabrá que él sabe controlarse. Y él le dará gracias a Dios porque no jugó con las relaciones sexuales antes del matrimonio.
La mejor manera de decir: “No”
La mejor manera de decir: “No” a las relaciones sexuales antes del matrimonio es decirle: “No” a las caricias íntimas. Las caricias íntimas no son satisfacción sexual: simplemente son estimulación sexual. No satisfacen. Entre más caricias íntimas recibas, más caricias íntimas vas a desear.
La mayoría de los jóvenes que se involucra sexualmente no tenía intenciones de llegar a eso. Los consejeros en todas partes escuchan los mismos lamentos: “¡En verdad! ¡No pensábamos llegar hasta eso!” Es verdad, no tenían intenciones de llegar hasta las relaciones sexuales, pero empezaron con las caricias íntimas y finalmente sus pasiones los vencieron.
Para estas alturas, tú debes haber decidido firmemente que no vas a tener relaciones sexuales antes del matrimonio. También debes decidir evitar las caricias íntimas.
Si no tienes intenciones de tener relaciones sexuales, entonces no tiene sentido estimular el fuego de la pasión, esperando que de alguna manera podrás detenerte antes de tener relaciones sexuales.
Dios desaprueba las caricias íntimas entre novios. A fin de cuentas la pregunta es esta: ¿Deseas obedecer a Dios o desobedecerlo?
Los Pretextos
A continuación vamos a analizar algunos de los pretextos más frecuentes que utilizan los jóvenes para convencer a sus novias que tengan relaciones sexuales.
“Todos lo hacen”.
Esto simplemente no es cierto. No TODOS lo están haciendo. Seguro, existen muchos jóvenes que se están involucrando con las relaciones sexuales. Pero también es cierto que en cada escuela y comunidad hay muchos que se están absteniendo. Si tú decides ser del segundo grupo, tendrás mucha compañía.
Jóvenes y señoritas, no permitan que las burlas ni las intimidaciones sirvan para convencerlos que hagan lo que bien saben que no deben hacer.
Una chica acudió a un consejero cristiano llorando. Dijo: “Siempre he deseado esperar al joven con el que Dios quiere que me case, pero no se puede imaginar las presiones. Una de mis amigas se rió de mí el otro día porque sigo siendo virgen”.
El consejero le dijo: “Mira, tú tienes que vivir tu vida y tu amiga la suya. Te deberías reunir con ella en diez años para ver quien sale ganando”.
“Nos vamos a casar lo más pronto posible”.
Muchas muchachas han caído ante esta promesa. Y siguen cayendo. La mejor respuesta es esta: “Si deseas hablar del matrimonio, primero pídele mi mano a mis padres“.
“No puedo controlar mi deseo”.
¡Vaya! No creo que te gustaría casarte con alguien que hace las cosas simplemente “porque no puede controlar sus deseos“. Diga lo que diga tu novio, recuerda que tener relaciones sexuales nunca es una emergencia. ¡Tu novio no sufrirá daño alguno si se abstiene! Dile que corra por unos minutos.
“Si me amaras, tendrías relaciones sexuales conmigo”.
Cualquier muchacha que cede a su novio para “demostrar“ que lo ama, está a punto de una gran desilusión. Lo único que va a demostrar es que no tuvo el sentido común y el control suficiente para decir: “No”.
Como hemos dicho antes, si de verdad se aman, las relaciones sexuales no son necesarias para satisfacer su relación. Hay muchas maneras de expresar amor. Si tu novio insiste que las relaciones sexuales son necesarias, debes buscarte otro novio.
“Sólo una vez”.
Hacer algo malo, aunque sea una sola vez, sigue siendo malo. Tu virginidad es algo precioso. Puedes entregársela solamente a una persona y solamente una vez. Guárdala para la persona indicada y para el momento correcto. Esa persona es tu cónyuge, y el momento es la noche de tu boda.
Jóvenes y señoritas, recuerden esto: No tienes que dar una respuesta apropiada para cada argumento que alguien te da. El hecho de que no deseas hacer algo es suficiente motivo para no hacerlo. Si crees que es malo, es malo para ti aunque otros lo estén haciendo.
No tiene nada de bueno la inmoralidad. No sólo es malo, sino que no tiene sentido. Causa que pierdas tu auto-respeto y daña tus posibilidades de tener un matrimonio feliz.
Por otro lado, ¡la pureza es hermosa! La pureza es poder. Muestra que una persona tiene carácter, auto-respeto y valor. Todos saben que se requiere de más valor para ser firme en tus convicciones que para seguir la corriente.
El camino de Dios es el mejor
Debemos ver esto: La voluntad de Dios es lo mejor para nosotros. Dios siempre desea lo que es mejor para nosotros. Cada mandamiento que dice: “No harás” es una expresión de Su amor. El piensa en lo que es mejor para ti. Dios no inventa reglamentos para impedir que disfrutemos la vida; nos provee de reglamentos para que sí podamos disfrutar la vida al máximo por el período de tiempo más largo posible.
Escoger la voluntad de Dios y Su camino no siempre será fácil, pero siempre vale la pena. Una jovencita llamada Julijanna escogió la voluntad de Dios y el camino de Dios en su vida. A sus amigas les parecía que ella se estaba perdiendo de los placeres juveniles. Pero Julijanna tuvo su recompensa. Después una amiga escribió:
Julijanna no siguió el camino del pecado durante su juventud. Decidió quedar sola en lugar de acompañarnos a los bailes y a las fiestas donde había gran pecado e inmoralidad.
Ahora miren a Julijanna. Tiene una vida maravillosa y un esposo fantástico que la ama profundamente. Ella es feliz hasta el alma. Julijanna está disfrutando del fruto de su vida de obediencia.
HECHO #1
Es más probable que los novios que tienen relaciones sexuales prematrimoniales terminen su noviazgo antes de casarse que las parejas que se abstienen.
La señorita que está pensando ceder a su novio para no perderlo tendrá más probabilidades de conservarlo si no cede.
HECHO #2
Muchos hombres y mujeres no desean casarse con alguien que ha tenido relaciones sexuales con otra persona.
Puesto que esto es verdad, ser virgen aumenta en gran manera las probabilidades de que alguien te escoja como pareja.
HECHO #3
Los que no han tenido relaciones sexuales antes del matrimonio suelen tener matrimonios más felices que los que sí han tenido relaciones sexuales antes de casarse.
No cabe duda que las probabilidades de ser feliz en tu matrimonio definitivamente mejoran si esperas hasta casarte para tener relaciones sexuales.
HECHO #4
Es más probable que los que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio se separen o divorcien después del matrimonio.
Entre más relaciones sexuales prematrimoniales hayan tenido los individuos, es más grande la posibilidad de que se divorcien.
HECHO #5
Es más probable que las personas que tienen relaciones sexuales antes del matrimonio cometan adulterio después de casarse.
De nuevo, entre más relaciones sexuales prematrimoniales haya tenido una persona, es más probable que él o ella cometa adulterio.
HECHO #6
Es más probable que los que tuvieron relaciones sexuales antes del matrimonio se casen con la persona equivocada.
Las relaciones sexuales pueden cegarte. Quizás pienses que has encontrado el amor verdadero, cuando en realidad lo único que los ha mantenido unidos son las relaciones sexuales.
HECHO #7
Es menos probable que las personas que han tenido relaciones sexuales prematrimoniales tengan satisfacción total con su vida sexual después del matrimonio.
HECHO #8
Tener relaciones sexuales antes del matrimonio puede hacer que termines con un matrimonio malo.
Muchas veces los novios creen que su relación es muy seria y que pronto se casarán, así que empiezan a tener relaciones sexuales. Después, tienen dudas en cuanto a casarse, pero se sienten obligados a casarse de todos modos porque ya han tenido relaciones sexuales. Su sentir de culpa los obliga a unirse en un mal matrimonio.
HECHO #9
Tener relaciones sexuales antes del matrimonio suele arruinar las relaciones sexuales después del matrimonio.
La culpa, el temor y la falta de auto-estima asociados con las relaciones sexuales antes del matrimonio continuarán afectando las relaciones sexuales de la pareja después del matrimonio.
(Tomado de Sex, Love, or Infatuation: How can I really Know?, escrito por el Dr. Ray Short. © Ausburg Publishing House, páginas 83-93.)
- + Los apartados del 7 al 12
-
Repasa y estudia bien estos seis primeros apartados, porque mañana pasarás un pequeño test y me gustaría que tuvieras las cosas bien claras, y luego seguiremos con estos siguientes apartados:
7. El Amor es más que un sentimiento hermoso
8. Diez trampas y cómo evitarlas
9. Cómo experimentar el amor de Dios (Parte 1)
10. Cómo experimentar el amor de Dios (Parte 2)
11. ¿Cómo puedo saber si es amor verdadero?
12. Eligiendo sabiamente
>
Ir arriba
Anterior | Siguiente |