Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.1ª Pedro 5:7 |
Día a día son muchas las preocupaciones que tenemos tales como: que comeremos, que vestiremos, el trabajo, los estudios, la seguridad, la salud, un evento especial, un proyecto, un negocio, nuestra familia; vivimos de preocupación en preocupación y mucho más en esta época post-modernista donde el ritmo de vida es en extremo acelerado, cada día son más y más las personas que sufren de ese estado mental llamado estrés.
La RAE define el estrés como “Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.”, y cada vez son más las personas que sufren de esto, aproximadamente un 39% de la población con edad comprendida en los 18–33 indican sufrir de estrés, muchos de esos factores son casualmente los estudios, trabajos, expectativas de vida, y la situación país que les limita a cumplir sus sueños y metas (indiferentemente del país e n que vivan).
La biblia habla también del estrés pero usa otra palabra, habla de Cargas, actualmente la psicología laboral la define como “presión cognitiva y emocional resultante del enfrentamiento de las exigencias asociadas al ejercicio del trabajo.”
Artículo de Carlos Díaz Canepa para http://www.laboreal.up.pt; es un concepto muy parecido al del estrés, adicionalmente vemos que la Biblia también manifiesta el hecho de que el ser humano pueda sentirse cargado, agobiado, estresado por situaciones cotidianas de la vida, pero como “la Palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que espada de doble filo” Hebreos 4:12a, nos indica que debe hacer el ser humano para poder descansar y sobre llevar las cargas y el estrés.
Cuando nuestro Señor Jesucristo estuvo aquí en la tierra durante su ministerio vemos que también hablo y enseño sobre este tema, pues él sabe que sus palabras no solamente eran para esa generación sino para todas las venideras, incluyendo la presente “Dijo luego a sus discípulos: Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el cuerpo, qué vestiréis.” Mateo 6:25, y es que estas son preocupaciones básicas y elementales, y de allí se derivan el resto.
Por ejemplo, trabajamos para comer y vestirnos, estudiamos para obtener un buen empleo y cubrir la necesidades básicas, pero ¿cómo no preocuparnos cuando la competitividad y el diario vivir que es cada vez más complicado?, preguntémonos algo sencillo ¿Qué ganamos con estresarnos y afanarnos?
¿Podremos solventar la situación, haremos que nuestra necesidad se supla? De ninguna manera al contrario, nos generamos a nosotros mismos una presión innecesaria que puede acarrearnos daños, Jesús lo expresó así: “¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un codo?” Mateo 6:25.
¿Qué pues haremos cuando la presión a causa de las necesidades y del día a día nos agobia? Primeramente “Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo;” Mateo 6:29-30a, la receta es sencilla, no nos debemos preocupar, así que cuando vengan los estreses y preocupaciones a su vida dígase a usted mismo: “no debo preocuparme, no debo estresarme”, pero, ¿Por qué? “pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.” Mateo 6:30b-31.
No debemos estresarnos, afanarnos, presionarnos, porque nuestro Padre celestial sabe que tenemos necesidades sea el ámbito que sea; busquemos primeramente el reino de Dios y su Justicia, y aquello por lo cual nos afanamos serán resueltas y llegaran como bendiciones como un adicional.
Cuando nos hallemos estresados, agobiados, cargados, recuerde lo que hablamos anteriormente y recuerde estas palabras del salmista. “Echa sobre el SEÑOR tu carga, y Él te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido.” Salmos 55:22, suelta de ti esa carga tan fuerte que te estresa y colócala sobre el Señor, y Él te sustentará.
Redactado por: Erick Principal
Los Afanes de la Vida – Mateo 6:31-34 – (2)
Anterior | Siguiente |