Taller familiar
Samuel Clark
¿Santa Muerte o Santa Vida?
Queridos amigos:
Hay una secta relativamente nueva que está haciendo un impacto en varios países latinoamericanos y hasta en los Estados Unidos entre los mexicanos especialmente. Se llama “La Santa Muerte”. La mayoría se viste de negro, tienen “templos” oscuros con cultos a la Santa Muerte, una figura de esqueleto con una manta negra que adoran con oraciones especiales, cánticos y con muchos “testimonios” de fenómenos milagrosos que ocurren. No nos debe de sorprender este símbolo macabro pues el diablo está muy metido en todo lo que se contrasta a Jesucristo. EL es el Hijo Unigénito de Dios, cuyo mensaje es de vida eterna por la fe en El como Único Camino, Única Verdad y Única Vida para llegar a Dios Padre (Juan 14:6). Cristo dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá, y todo aquel que cree en mí no morirá jamás.” Y luego nos pregunta: “¡Crees esto?” (Juan 11:25,26). Si creemos esto no vamos a creer en las doctrinas heréticas y diabólicas de “La Santa Muerte”.
¿Por qué? Miren lo que enseñan:
Primero, y más importante, enseñan que la Santa Muerte es “un ser poderoso”, un siervo de Dios, actualmente el segundo en poder y autoridad después de Dios. Displace por completo a Jesús como “el Camino a Dios”. Es un ángel poderoso pero completamente negativo. Su principio es: “La muerte es justa y pareja para todos, pues todos vamos a morir.” Todo esto es extra-bíblico.
Segundo, se le hace culto de rezos, ofrendas de flores, tequila, comida, tabaco y mariguana. Las capillas públicas se adornan con rosas y botellas de tequila y se encienden velas en su honor. La gente se refiere a la imagen del esqueleto, con su túnica negra, con apodos como La Flaquita, Niña Blanca Santita, Chiquita, etc. Hay mucho sincretismo con el culto a santos y vírgenes. Una oración citada es “Santísima Muerte de mi adoración, no me desampares de tu protección.” O “Santísima Muerte de mi salvación, no me desampares de tu protección.” Obviamente viola los primeros dos mandamientos dados por Dios. Nunca debe un cristiano dar adoración a otro sino solo al Dios Eterno y Verdadero. Nunca debe hacer ni adorar imágenes.
Tercero, tanto la Iglesia Católica Romana como todas las Iglesias Evangélicas se oponen a este culto a la Santa Muerte como una herejía mayor. Aun el gobierno mexicano no lo reconoce como un culto religioso permitido en el país porque enseña doctrinas dañinas a la cultura mexicana.
Cuarto, es comprobable que esta secta, recién fundada en Cutemaco, Veracruz en los años ’60 y que se extendió al Estado de Hidalgo en 1965, tiene orígenes que datan de los griegos y luego de los Aztecas y Mayas. Se manifiestan en el pueblo mexicano especialmente en las fechas del 1 y 2 de noviembre en el culto a los muertos. Hay algo muy parecido en el Santerismo cubano y en el Espiritismo brasileño.
Las únicas escrituras bíblicas que los maestros de la secta usan para propagar su herejía es la figura del Caballero o Jinete de la Muerte en el Apocalipsis capítulo 6, y “La Muerte” mencionada en el capítulo 20. Ambos pasajes son solamente simbólicos y tienen que ver con el tiempo de la Gran Tribulación y el Juicio del Gran Trono Blanco, no la actualidad. Ninguna enseñanza de Jesús o de los apóstoles mencionan este fenómeno de la muerte personificada.
Además, ¿qué hay de santa de la muerte? Es el último enemigo y fue vencido por la resurrección de Cristo, como menciona Pablo en 1 Corintios 15:25. En 1 Corintios 15:54-57 queda muy claro: “Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE EN VICTORIA. ¿DÓNDE ESTÁ, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DÓNDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJÓN? El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley, pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.” Vean también Romanos 14:9; “Porque para esto Cristo murió y resucitó, para ser Señor tanto de los muertos como de los vivos.”
Mejor deberíamos estar hablando de la Santa Vida y no de la Santa Muerte, pues Cristo murió para que nosotros vivamos nuevas vidas de resurrección ahora mismo (Rom. 6:4,5) y después por toda la eternidad (1 Tesalonicenses 4:13-18). El cristianismo histórico y ortodoxo afirma que la muerte para el que está en Cristo es el paso inmediato a la presencia de Cristo (véanse Fil. 1:19-24; 2 Cor. 5:1-8). La muerte no debe ser algo que tememos sino lo que esperamos con confianza.
Mira lo que Dios nos enseña en Hebreos 2:9-17: “Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos. Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos. Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un Padre; por lo cual El no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo: ANUNCIARE TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA CONGREGACIÓN TE CANTARE HIMNOS. Y otra vez: HE AQUI, YO Y LOS HIJOS QUE DIOS ME HA DADO. Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida. Porque ciertamente no ayuda a los ángeles, sino que ayuda a la descendencia de Abraham. Por tanto, tenía que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de que llegara a ser un misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer propiciación por los pecados del pueblo.”
Fíense en los puntos principales de esta doctrina clave:
- Cristo Jesús, el Eterno Hijo, vino como humano para poder morir por nosotros y quitarnos la condenación.
- Cristo venció a Satanás y quitó su poder de la muerte.
- Cristo nos libró del temor de la muerte.
- Cristo es nuestro Fiel y Misericordioso Sumo Sacerdote y Salvador.
Mi consejo, amigos, es que no escuchen a esos predicadores de un falso Dios que no puede salvar, sino que más bien engañan a los ignorantes para su condenación eterna. Recuerden siempre que toda doctrina que no enseña la victoria completa y eterna de Cristo en la cruz como único camino de salvación y vida es una herejía que Dios va a destruir un día cuando el Señor Jesucristo vuelve y establece Su Reino en la Tierra como Rey de Reyes y Señor de Señores. Cristo es la figura central del libro de Apocalipsis como el Cordero que quita el pecado de los hombres por Su muerte, como el Vencedor de Satanás y su reino maligno. Si no es exaltado Jesucristo en una doctrina religiosa, es una gran mentira, un engaño y un peligro grave para los cristianos. Cuiden especialmente a sus hijos de esta secta tan fea y peligrosa.
Una vez más quiero exhortarles a estudiar las Escrituras. No acepten nada que no está fundado en la Palabra de Dios. Nuestra seguridad está en Su Palabra, no en las viejas/nuevas mentiras satánicas.
Abrazos, Samuel