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Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: … |
“Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: …que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa; para que el mundo crea que tú me enviaste.”
(Juan 17:1, 21)
Hasta ahora hemos estado considerando la pregunta ¿Qué es el Amor? Desde la visión de una persona enamorada, que luego comienza una relación de noviazgo con el deseo y propósito de culminar esa relación en un acto de matrimonio.
También hemos considerado la pregunta desde la visión de Dios, cómo es el Amor de Dios y la forma en que se expresa.
En el día de hoy quiero que me acompañes para ver el resultado final “LA UNIDAD” que un día será manifestada en todo su esplendor pero que hoy ya podemos ver y experimentar.
Leamos ahora este pasaje que lo tenemos en el Evangelio del Apóstol Juan en el capítulo 17, y rápidamente comencemos a ver de una forma sintética los puntos relevantes que serán nuestro espejo para examinarnos a nosotros mismos si estamos reflejando esta UNIDAD desde dentro.
Evangelio del Apóstol Juan, Capítulo 17 17:1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 17:2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. 17:4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. 17:5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. 17:6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. 17:7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 17:8 porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. 17:9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 17:10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 17:11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 17:12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 17:13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 17:14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 17:19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 17:20 Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 17:21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 17:22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. 17:23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. 17:24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 17:25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. 17:26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
1. Un padre, el Padre de Nuestro Señor, que es en el Hijo. (vv. 1, 2, 5, 6, 11, 12, 21, 26)
2. Un Señor y Salvador, el Hijo, enviado del Padre: la Persona Teantrópita y Piedra Angular de la Unidad Cristiana, el Señor Jesucristo. (vv. 1, 3, 5, 8, 21, 23, 24, 25)
3. Un espíritu, el Espíritu Santo, nexo vital de Unidad Cristiana. No es mencionado por nombre, pero satura todas las palabras y además se halla implicado y contenido específicamente en dos expresiones del Señor que requieren con tal fuerza la Persona y la Obra del Espíritu, que sin ellas, esas expresiones carecerían de sentido y realidad.
(a). E significado de la preposición “en”, precisamente en la declaración fundamental: “Yo en ellos y tú en mí … que también sean ellos en nosotros…” (vv. 21, 23, 26)
(b). El significado de la expresión sustantiva “una cosa”: “Para que sean una cosa como nosotros somos una cosa” (vv. 11, 21, 22, 23)
Es indiscutible que esas expresiones señalan directamente al Espíritu, porque sin el Espíritu, no tendríamos jamás Unidad Cristiana.
Además, recuérdese que la Persona y Obra del Espíritu Santo fueron tratados ampliamente por el Señor, tal como lo registran los capítulos 14, 15 y 16 del Evangelio del Apóstol Juan.
4. Un cuerpo, es a saber, la Iglesia de Cristo. Formada por el Señor y los Apóstoles y cuantos creen en el Señor por la palabra de su testimonio.Aquí tenemos otro caso en que, sin mencionarse por su nombre, se define sin embargo implícitamente clara, otra realidad: La iglesia. (vv. 2, 6, 8, 11 a 18, 20, 21, 23,26).
5. Una Vida: Vida Eterna. (vv. 2, 3).
6. Una Palabra: la Palabra de Dios. (vv. 6, 8, 14, 17).
7. Una Verdad: La Verdad de la Palabra. (v. 17).
8. Una Fe: (vv. 6, 8).
9. Una experiencia de Unidad Sustancial: “Una cosa”. Como ya se ha dicho, ello implica la Persona y Obra del Espíritu Santo. Y respecto del creyente, también implica la experiencia del nuevo nacimiento; pues en esa experiencia somos hechos “una cosa” con Cristo, con el Padre, con el Espíritu y con los otros renacidos. (vv. 11, 21, 23, 26, 22).
10. Una Santificación. (vv. 11, 14, 15, 16, 17).
11. Un Gozo: el Gozo del Señor. (v. 13).
12. Un Amor: el Amor Eterno. (vv. 23, 24, 26).
13. Un Crecimiento: en el conocimiento de Dios y en la experiencia. (vv. 3, 7, 26)
14. Una Misión: enviados al mundo incrédulo. (v. 18).
15. Un Testimonio: testigos del Señor y Su Palabra. (vv. 20, 21, 23).
16. Una Gloria. (vv. 22, 24)
¿Te maravilla la riqueza de Elementos de Unidad que encontramos en estos puntos relevantes y sus distintos aspectos y áreas involucradas que se nos revelan en la Oración del Señor?
De esa forma podemos decir que UNA es la Unidad (singularidad), pero MUCHOS participamos de ella (pluralidad) y DIVERSAS son las Áreas de relación y manifestación (diversidad) pero siempre en plena y total UNANIMIDAD.
Pero seguramente te habrás dado cuenta que hay elementos contradictorios mencionados por el Señor Jesucristo, vemos cuales son esos:
– “el hijo de perdición” (v. 12) Judas Iscariote; y
– “el mundo”, o la esfera de acción diabólica, el sistema ordenado según el hombre caído bajo el “príncipe de este mundo”, Satanás; el “mundo” que aborrece al Señor y a la Palabra del Señor y a los que son del Señor (vv. 14 y 16). Es obvio, que el Iscariote y el “mundo” se hallan completamente excluidos de la Unidad Cristiana.
“Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo ….”
Si no eres cristian@ y quieres formar parte de esta UNIDAD, escucha este vídeo porque es necesario que conozcas quién es este Jesús y quién es el Padre y cuál es el deseo de ambos para que tú también entres en esta UNIDAD
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