llora

Oh Dios, no guardes silencio;
No calles, oh Dios, ni te estés quieto.

Salmo 83:1

¿Qué debe hacer cuando tenga este sentimiento?

Dígale a Dios exactamente cómo se está sintiendo.

Derrame su corazón ante Dios. Desahóguese de cada emoción que está sintiendo. Job hizo esto cuando dijo: “¡No puedo estar quieto! Estoy enojado y amargado. ¡Tengo que hablar! Cuando Dios parecía distante, él sollozó: “Oh, por los días cuando estaba en todo mi apogeo, cuando la amistad íntima de Dios bendecía mi casa.” Dios puede manejar sus dudas, su enojo, su temor, su dolor, su confusión y sus preguntas.

¿Sabía usted que admitir su falta de esperanza puede ser una declaración de fe? David, teniendo fe pero sintiendo desesperación al mismo tiempo, escribió: “Yo creí, por lo tanto dije, ‘Estoy completamente arruinado.’” Esto suena como una contradicción: confío en Dios, ¡pero estoy completamente acabado! La franqueza de David en realidad nos revela una fe profunda: primero, él creyó en Dios. Segundo, él creyó que Dios escucharía su oración. Tercero, él creyó que Dios le dejaría decir lo que sentía y que aún así Dios lo seguiría amando.

Concéntrese en quién es Dios – en su naturaleza inmutable.

Cualesquiera que sean sus circunstancias y a pesar de cómo se sienta, no deje de asirse del carácter inmutable de Dios. Recuérdese de lo que sabe que es eternamente verdadero acerca de Dios: Él es bueno, El me ama, Él está conmigo, Él sabe por lo que estoy pasando, Él se interesa en mí y tiene un buen plan para mi vida. V. Raymond Edman dijo, “Nunca dude en la oscuridad lo que Dios le dijo en la luz.”

Cuando la vida de Job se derrumbó, y Dios guardaba silencio, aún así él encontró razones por las que podía alabar a Dios:

· porque Él es bueno y amoroso.

· porque Él es todopoderoso.

· porque Él nota cada detalle de mi vida.

· porque Él está en control.

· porque Él tiene un plan para mi vida.

· porque Él me salvará.

Confíe que Dios cumplirá sus promesas.

Durante tiempos de sequía espiritual, tiene que depender pacientemente en las promesas de Dios, no en sus emociones, y darse cuenta que Dios lo está llevando a un nivel más profundo de madurez. Una amistad basada en emociones es obviamente una relación superficial.

Por lo tanto, no se agite por los problemas. Las circunstancias no pueden cambiar el carácter de Dios. La gracia de Dios todavía sigue en todo su vigor; El sigue estando de su lado, aún cuando no lo sienta. En la ausencia de circunstancias positivas, Job se aferró de la Palabra de Dios. Él dijo, “No me he apartado de los mandamientos de sus labios; he atesorado las palabras de su boca más que mi pan diario.”

Esta confianza en la Palabra de Dios causó que Job permaneciera fiel aún cuando nada parecía tener sentido. Su fe era fuerte aún en medio del dolor: “Dios me puede matar, pero aún así confiaré en él.”

Cuando se siente abandonado por Dios y aún así continúa confiando en El a pesar de sus sentimientos, lo adora de la manera más profunda.

Recuerde lo que Dios ya hizo por usted.

Si Dios nunca hiciera nada más por usted, aún así, Él se merecería su alabanza continua por el resto de su vida debido a lo que Jesús hizo por usted en la cruz. ¡El Hijo de Dios murió por usted! Esta es la mayor razón para adorarle. Desdichadamente, nos olvidamos de los crueles detalles del agonizante sacrificio que Dios hizo por nosotros. La familiaridad genera la complacencia. Aún antes de su crucifixión, el Hijo de Dios fue despojado de sus ropas; lo golpearon hasta dejarlo irreconocible; le dieron azotes; fue insultado y se burlaron de Él; le pusieron una corona de espinas; y le faltaron al respeto cuando lo escupieron. Abusado y ridiculizado por hombres crueles, fue tratado peor que un animal.

Después, estando casi inconsciente debido a su pérdida de sangre, fue forzado a arrastrar una cruz incómoda hasta lo alto de un monte, fue clavado a ella y fue dejado que sufriera la lenta y extremadamente dolorosa tortura a muerte de la crucifixión. Mientras su sangre se derramaba, había personas que le gritaban insultos y hacían bromas de su dolor y retaban su declaración de ser Dios.

Y después de eso, una vez que Jesús había tomado el pecado y la culpa de toda la humanidad sobre sí mismo, Dios apartó la mirada de tan horrenda situación, y Jesús sollozó en total desesperación, “Mi Dios, mi Dios, ¿por qué tú me has abandonado?” Jesús pudo haberse salvado a sí mismo – pero entonces no hubiera podido salvarlo a usted.

Palabras no pueden describir la negrura de este momento. ¿Por qué Dios permitió y aguantó un maltrato tan espantoso y malvado? ¿Por qué? Para que usted pudiera ser eximido de pasar la eternidad en el infierno, ¡y para que usted pudiera compartir de su gloria para siempre! La Biblia dice, “Cristo era sin pecado, pero para nuestro beneficio Dios lo hizo compartir nuestro pecado para que en unión con él pudiéramos compartir la rectitud de Dios.”

Jesús lo dio todo para que usted pudiera tenerlo todo. El murió para que usted pudiera vivir para siempre. Sólo esto es suficiente para que Dios se merezca que usted le dé las gracias y que lo alabe continuamente. Nunca jamás debería de preguntarse por qué tiene que estar agradecido con Dios.
Tomado de Vida con propósito de Rick Warren

Cuando Dios parece distante – Pastor Joel Peña (La IBI)

 

Anterior Siguiente

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Scroll al inicio