padreehijo

Cuando un hijo ha pasado por este taller y ha aprovechado toda la instrucción y se convierte en padre, comprende la importancia de esos valores que ha adquirido y que ahora forman parte de su día a día, y cuando tiene un hijo, su deseo es entrar de nuevo al taller del Maestro acompañado de su hijo.

Es verdad que algunos de estos hijos al llegar a la edad adulta, no demuestran aprecio o compresión con los valores de sus padres y la instrucción de este taller del Maestro. Con tristeza, los padres se dan cuenta demasiado tarde que la instrucción allí recibida no penetró muy profundo. Y podemos encontrar padres que se culpan por ello durante toda su vida.

Cada vez que ocurre esto me acuerdo de la historia de Elí en el Antiguo Testamento (ver 1ª Samuel 2-4). El piadoso sacerdote fracasó y no pudo salvar a sus propios hijos, que se habían vuelto inicuos y blasfemos. Lo que me perturba más, sin embargo, es que Samuel, uno de los grandes hombres de la Biblia, fue testigo de las equivocaciones de Elí, y con todo él también perdió a sus hijos.

El mensaje es claro y alto para mí: ¡Dios no salva a nuestros hijos como premio a nuestra devoción!. El cristianismo no se hereda por parte de la nueva generación. Hemos de hacer nuestra tarea de casa día a día.

Aunque los padres han recibido esta orden directa: Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”, esto presenta una pregunta crucial: ¿Qué camino debe seguir?, ¿Qué es lo que deberíamos enseñar?, ¿Qué experiencias habría que incluir?, ¿Qué valores hay que subrayar?.

Frente al taller del Maestro, tenemos nuestro propio taller, dónde la Voluntad de Dios no se tiene en cuenta, pero como padres, tenemos definido que camino sería el mejor para nuestros hijos, y parece que tenemos claro que cosas deben aprender, que experiencias debemos incluir y que valores hay que potenciar para que estén en ese camino.

Más el camino del que habla el libro de Proverbios, no es nuestro camino, es el camino que pasa obligatoriamente por el taller del Maestro, y es dónde yo quiero invitarte si eres padre a que me acompañes dentro, para considerar en el día de hoy solamente seis versículos.

En este taller vamos a tener una primera etapa y una segunda etapa:

La primera etapa, es poniéndote tú en la posición de hijo, porque el material que encontrarás, te ayudará a comprender de una forma personal cómo debe ser nuestra mirada hacia nuestros hijos, no exigirles más de lo que a nosotros mismos estemos dispuestos a exigirnos.

La segunda etapa, es siendo ejemplo a nuestros hijos, porque ellos aprenderán con nuestro ejemplo, ya lo decía el apóstol Pablo 1ª Corintios 11:1 “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo”, y en Efesios 5:1 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados”.

Entremos de lleno en la primera etapa, y recuerda lo que vas a encontrar, no es para tu hijo o los hijos de otros padres, lo que aquí hay es ti como padre y como hijo de Dios.

Pulsa para entrar en la primera etapa
Marcos 12:30 “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”.

¿Aprendes tú como hijo a amar a Dios por medio del amor, ternura y compasión que Dios te muestra en Su Palabra? (Lo más importante de todo)

¿Estás aprendiendo a hablar del Señor, y a incluirle a Él en tus pensamientos y planes?

¿Estás aprendiendo a volverte a Jesús en busca de ayuda siempre que estás asustado, ansioso o solitario?

¿Estás aprendiendo a leer la Biblia?

¿Estás aprendiendo a orar?

¿Estás aprendiendo el significado de la fe y la confianza?

¿Estás aprendiendo a conocer el significado de gozo de la vida cristiana?

¿Estás aprendiendo a conocer la belleza de Jesús en su nacimiento y su muerte?Marcos

12:31 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.

¿Estás aprendiendo a comprender y a empatizar los sentimientos de los otros?

¿Estás aprendiendo a no ser egoísta o exigente?

¿Estás aprendiendo a compartir las cosas y el afecto?

¿Estás aprendiendo a ser amable para con los demás?

¿Estás aprendiendo a aceptarte a sí mismo?

Salmo 143:10 “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”.

¿Estás aprendiendo a obedecer a tus padres como preparación para la ulterior obediencia a Dios? (De la mayor importancia)

¿Estás aprendiendo a comportarte de modo apropiado en la iglesia, la casa de Dios?

¿Estás aprendiendo a tener un aprecio sano por los dos aspectos de la naturaleza de Dios: el amor y la justicia?

¿Estás aprendiendo a cooperar con las autoridades aparte del yo propio: padres, maestros, policías, etc?, ¿Te somete a ellos?

¿Estás aprendiendo el significado del pecado y sus inevitables consecuencias?

Eclesiastés 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.

¿Estás aprendiendo a ser veraz y sincero?

¿Estás aprendiendo la relativa insignificancia de las cosas materiales?

¿Estás aprendiendo el significado de la familia cristiana, y la fidelidad a la misma que Dios quiere?

Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.

¿Estás aprendiendo a dar una porción del dinero que posees a Dios?

¿Estás aprendiendo a controlar tus impulsos?

¿Estás aprendiendo a trabajar y a tener responsabilidades?

¿Estás aprendiendo a tolerar pequeñas frustraciones?

¿Estás aprendiendo de memoria y citar las Escrituras?

Lucas 14:11 “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”.

¿Estás aprendiendo a tener un sentido recto de apreciación de lo que te rodea?

¿Estás aprendiendo a dar gracias a Dios por las buenas cosas de su vida?

¿Estás aprendiendo a perdonar y olvidar?

¿Estás aprendiendo la vasta diferencia entra la autoestimación y el orgullo egoísta?

¿Estás aprendiendo a inclinarte con reverencia ante el Dios del universo?

Si has sido sincero en la primera etapa, ha llegado el momento de entrar en esta segunda etapa, porque aquí da comienzo el taller dónde padre e hijo están juntos, y recuerda que aquí en esta etapa es dónde Dios desea que tú ejerzas de padre de tu hijo, siendo aquel de quien tu hijo debe ser imitador.

Pulsa para entrar en la segunda etapa
Marcos 12:30 “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”.

¿Experimenta mi hijo el amor de Dios, su ternura y perdón a través de mí

¿Me oye mi hijo hablar de Dios cuando de un modo sistemático le incluyo en mis pensamientos y mis planes?

¿Me ve, mi hijo dirigirme a Jesús en demanda de auxilio cuando estoy asustado, ansioso, trastornado?

¿Me ve mi hijo leyendo la Biblia de modo regular?

¿Me oye y ve mi hijo orar cada día?

¿Tiene mi hijo evidencia de mi fe en Dios porque confío en Él para mis necesidades diarias y dirección?

¿Me ve mi hijo demostrar un aprecio y gozo genuino por la bondad de Dios?

¿Estoy enseñando a mi hijo quién es Jesús y que vino al mundo a ser su Salvador y Amigo?

Marcos 12:31 “Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos”.

¿Ve mi hijo que me esfuerzo por comprender los sentimientos de otras personas, por ponerme en su lugar?

¿Ve mi hijo que me ocupo en actos específicos de generosidad? (De un modo particular,

¿soy generoso en mis relaciones con mi hijo?)

¿Ve mi hijo que comparto con otros mis posesiones y mi tiempo? (Especialmente ¿le doy mi tiempo a mi hijo?)

¿Me ve mi hijo ser amable en formas específicas?

¿Ve mi hijo que me acepto a mí mismo como soy, sin tratar de ser otra persona (es decir, que soy genuino, transparente)

Salmo 143:10 “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”.

¿Ve mi hijo que soy obediente a la autoridad, especialmente a Dios?

¿Doy culto en espíritu y en verdad, manteniendo una actitud reverente y atenta en las diferentes reuniones de la iglesia? (¿Estoy educando a mi hijo por medio de exigirle que mantenga la debida compostura en las diferentes reuniones?)

¿Me oye hablar mi hijo del amor de Dios, así como del juicio de Dios?

¿Me ve y oye mi hijo hablar de modo positivo de las autoridades, y que las obedezco: policías, jefes, anciano de la iglesia y otros?

¿Me oye mi hijo pedir a Dios perdón por mis pecados en términos específicos?

Eclesiastés 12:13 “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre”.

¿Soy veraz y sincero en los tratos con mi hijo, lo mismo que con otros?

¿Me ve mi hijo hacer planes para mis actividades del domingo de tal modo que resulten en honor a Dios?

¿Se da cuenta mi hijo que creo que la gente es más importante que las cosas y que el “tener cosas”?

¿Muestro a mi hijo que considero que nuestra familia es importante porque paso tiempo con ellos, amándonos y apoyándonos unos a otros?

Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”.

¿Me ve mi hijo dando una parte de mis ingresos a Dios?

¿Me ve mi hijo practicando dominio propio?, por ejemplo; ¿Me altero cuando me contradicen o las cosas me van mal?

¿Me ve mi hijo como me disciplino a mí mismo en mi actitud y mi enfoque de las responsabilidades y el empleo?

Cuando me enojo, ¿es como una ira justificada que se para rápidamente, o bien estoy hirviendo por dentro y acabo vengándome, o por lo menos consigo la revancha a costa de los que me rodean?

¿Me ve mi hijo usar las Escrituras en la vida cotidiana: aplicándolas, citándolas, dándoles importancia y explicándolas?

Lucas 14:11 “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido”.

¿Me ve mi hijo demostrar aprecio a los otros en mi familia? ¿A los amigos? ¿A los conocidos? ¿A Dios?

¿Me oye mi hijo de modo sistemático, dar gracias a Dios por las muchas cosas buenas que nos da en la vida?

¿Práctico el perdón de los demás delante de mi hijo? (¿Le perdono fácilmente a él?)

¿Me ve mi hijo como una persona confiada y segura, y que no soy orgulloso o altanero?

¿Tengo reverencia auténtica a Dios y me ve mi hijo expresar esta reverencia?


¿Qué te ha parecido el taller del Maestro?, ¿Te han venido sentimientos de culpa?, no te preocupes todos los padres hemos pasado y seguimos pasando por el mismo proceso, habrá áreas en las que necesites mejorar, trabaja en ellas, esto forma de ese momento a solas con Dios.

Y recuerda cuando permitas a Dios que te guíe y dirija tu vida, tu hijo tendrá el mejor modelo para aprender y para imitar.

Ahora te dejo este breve estudio, sólo para ti padre (no es para las madres):
Esta enseñanza pone de relieve el llamado que tienen los padres de honrar a Dios con la crianza y educación de sus hijos.

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