limites

Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

Génesis 2:16-17

Tener y conservar límites en nuestra vida, es un tema poco tratado en el cuerpo de Cristo. Sin embargo, es de suma importancia para poder tener vidas ordenadas y que agraden a Dios, pues Él pone la mayoría de los límites y luego, nosotros vamos agregando los nuestros.

¿QUÉ ES UN LÍMITE?
Viene a ser como una línea, borde o frontera que nos separa y distingue de los demás seres humanos, los cuales no deben ser rebasados. Poner límites es tener muy claro qué consideramos propio, ya sean pertenencias, derechos, opiniones, etc., y tener la confianza de hacérselo saber a los demás en el momento oportuno y no dejar que nos quiten el lugar que nos corresponde.

DIOS NOS PONE LÍMITES
Desde el principio de la Creación, Dios puso orden y empezó a poner límites dentro de Su creación. Límites en el horizonte, donde se unen la tierra y el cielo; puso órbitas prefijadas por Él, para los planetas. También ordenó las medidas de la tierra; encerró con puertas el mar, para que no se salgan las olas (Job 38:8,11).

En el jardín del Edén, puso los primeros límites al ser humano: que no comieran del árbol del bien y del mal, pues si lo hacían, morirían (Génesis 2:16-17).

Dios nos ha puesto límites, pero también nos ha dado libre albedrío para que coloquemos límites importantes en nuestra vida. Somos responsables de esos límites. Un día daremos cuenta a Dios por ellos.

¿POR QUÉ DIOS NOS PONE LÍMITES?
Dios nos pone límites por 2 razones (pueden haber más, pero estas son las que yo reconozco):
1) Como protección – Dios desea protegernos de:

afuera – peligros naturales, accidentes, ataques de otras personas, o del enemigo.
adentro – el pecado. La palabra “transgresión”, viene del latín y significa “atravesar, sobrepasar”. Es cuando no respetamos, o saltamos más allá de las costumbres o normas.
2) Por diseño divino – Dios tiene un diseño (bosquejo, esquema) para nuestra vida, para lo cual nos ha puesto límites. Debemos vivir dentro de esos límites, si queremos cumplir el diseño divino en esta tierra (Ezequiel 43:10). Dios ha señalado nuestro tiempo de vida y los lugares donde hemos de vivir (Hechos 17:26).

Cuando nosotros sobrepasamos los límites puestos por Dios, hay consecuencias, y no buenas. Muchos de nuestros problemas vienen porque no hemos aprendido a ponernos buenos límites o porque no ejercemos el fruto del Espíritu Santo llamado “templanza” (moderación de carácter, equilibrio, autocontrol).

En el mundo físico, vemos límites como: vallas, cercas, señales, puertas, que señalan el principio y el fin de cada propiedad. De igual manera, los seres humanos debemos ponernos límites, que sirvan de protección en nuestra vida.

ALGUNOS LÍMITES EN LA BIBLIA
Éxodo16:35 límites para cambiar de un tipo de bendición a otra
19:21 límites para encontrarse con Dios
19:22 límites para santificar el monte
23:31 límites (fronteras) para señalar naciones
Deuteronomio 19:14 no reducir los límites de la propiedad del vecino
Job 14:5 Límites en la edad
Ezequiel 11:10-11 límites de juicio
47:13 límites en la heredad que Dios da
Miqueas 7:11 límites que se extienden al edificar muros
Hechos17:26 Dios ha determinado los límites donde hemos de vivir

LÍMITES PERSONALES – TIPOS
Establecen nuestra propiedad personal y marcan las cosas de las que somos responsables. Definen quiénes somos o no somos y afectan diferentes aspectos de nuestra vida.

Existen los límites internos y externos:

Límites Internos:

Espirituales – son los que tienen que ver con nuestra relación con Dios. Nosotros nos comunicamos con Dios por medio de nuestro espíritu. A veces nuestro espíritu se cierra a Dios, generalmente por el pecado (rebeldía, desobediencia) que nos separa de Él (Isaías 59:2).
Almáticos – no tenemos el control de nuestros pensamientos, emociones y voluntad, lo cual hace que se desborden, perdiendo así los límites.
Límites Externos:

Físicos – es el resultado del descontrol de nuestra parte espiritual y almática, lo cual redunda en el área física; llámese, nuestro cuerpo. El cuerpo es el vehículo que lleva a cabo lo que ocurre en nuestro interior.

¿CUÁNDO COMIENZAN LOS LÍMITES?
Los límites comienzan en la niñez. Conforme vamos creciendo, nuestros padres y otras personas en autoridad sobre nosotros, nos van enseñando cuáles son nuestros límites (puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro), los cuales estarán con nosotros toda la vida. Luego, nosotros iremos agregando nuestros propios límites, de acuerdo con nuestros principios, creencias y valores.

¿LÍMITES BUENOS O MALOS?
Límites buenos, son los que Dios ha puesto. Siempre pensando en nuestro bienestar, nunca para hacernos daño. Esos son los límites que debemos cumplir a cabalidad, sin excepción, para que podamos ser personas satisfechas con lo que Dios nos ha dado, poder ser felices, porque romper los límites trae daño e infelicidad. El obedecerlos traerá paz y conciencia limpia a nuestro corazón.

Límites malos, son la falta de ellos o no tenerlos bien definidos.

El no tener límites es muy peligroso, pues estamos expuestos a que cualquiera haga lo que quiera con nuestra vida; que nos usen y abusen.
Lo mismo pasa en el caso de no tener límites bien definidos. La inseguridad hace que nos rijamos más por lo que dicen, que por lo que creemos. Nos dejamos influenciar fácilmente y muchas veces a disgusto, después de haber hecho o dicho algo sobre lo cual no creíamos verdaderamente.
En ninguno de estos casos tendremos vidas satisfactorias, pues no habrá paz en nuestro corazón y puede llevarnos a la desdicha y fracaso.

CONCLUSIÓN
Es necesario establecer límites claros para poder tener vidas saludables. A veces no es muy agradable hacerlo, pues implica morir a nuestros deseos o sentimientos, pero son necesarios para poder vivir en paz y armonía con nosotros mismos y las personas que nos rodean.

El mundo respetará nuestros límites si les indicamos cuáles son. La salud emocional está íntimamente relacionada con la salud de nuestros límites. Algunas personas intentarán invadir nuestros límites, pero es nuestra obligación mantenerlas a distancia para defender nuestros intereses. Mi libertad acaba donde empieza la libertad de la otra persona.

Para poner límites de una forma efectiva, hay que saber controlar las propias emociones. Ante cualquier muestra de atropello, no dejarse llevar por la ira ni por el decaimiento, sino mantener una actitud firme y serena. Necesitamos tener límites claros, que nos proporcionen el bienestar que todo ser humano requiere para enfrentar los desafíos básicos de su existencia.

Lo principal es saber que Dios está de nuestro lado, para ayudarnos a colocar y mantener esos límites.

¿Estamos poniendo límites en nuestra vida?

¡DIOS TE BENDIGA!

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